No es justo

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La primera ronda de clases había terminado, comenzaba el receso, tome mis cosas y salí sin lograr ignorar del todo las miradas de mis compañeros y sobré todo las de Lana y Bety.

Antes éramos buenas amigas, antes me llevaba bien con mi grupo y por lo menos no hablaban de mí en la escuela, ahora apenas hablaba con mis compañeros de salón para los trabajos, en la escuela todos voltean a verme y cuchichean a mis espaldas, ahora solo me quedaba Alejandro.

Llegué a su salón pero no lo vi.

"Ah..."

Oí tras de mí, al voltear, una chica de trensa larga y anteojos estaba allí.

"Si buscas a Alejandra, está en el baño."

"¡He, he, he..!"

La risa vino de un grupo de chicos, estos se voltearon pero sabia que habían estado viéndome.

"¿Que pasó?"

"..."

La chica de anteojos no contestó.

"¿¡Que pasó!?"

"Lo siento."

Dijo por último y se alejo rápidamente.

Salí hacia los baños, unos sollozos me indicaron donde estaba, la puerta del cubículo estaba cerrada.

"Toc, toc, toc."

"Soy yo."

Le dije tras tocar.

"Clic."

La puerta se abrió y corrió hasta mi, me abrazo y continuó llorando.

"Ale..."

Al sentir su cuerpo temblando y respirando agitadamente no puede contenerme, lo abracé y llore también.

Así estuvimos por un rato hasta que poco a poco nos calmamos.

"¿Que paso?"

Le pregunté, su cabeza, aun contra mi pecho, se movió de derecha a izquierda.

"No podemos seguir así Ale, tarde o temprano, tendremos que pedir ayuda."

"Nadie puede ayudarme."

Dejo de agudizar la voz.

"Debe de haber alguien o algo que podamos hacer ¿Si llamamos a la policía?"

"No funcionará."

"¿¡Como lo sabes!?"

"Porque así fue como llegué aquí."

"¿Quieres decir que...?"

"En el lugar dónde vivía antes alguien llamó a la policía. Esa misma noche, un grupo de hombres llegó a nuestra casa, subieron todo a un camino, a mis padres y a mi en un auto y nos llevaron a otra ciudad, durante seis meses, cada poco, pasaba lo mismo hasta que llegamos aquí, creímos que sólo era cuestión de tiempo para que volvieran pero paso el tiempo y no sucedió, mis padres decidieron que era momento de volver a la escuela, fue cuando me inscribieron aquí..."

Las palabras de Alejandro me dejaron sin fuerza.

(¿Que podía hacer yo, mi familia, la escuela? Incluso la policía es inútil.)

"...Si llamamos tal vez vuelva a pasar y nunca te volveré a ver."

Era aterrador estar así, me sentía atrapada, las cosas no estaban bien en su casa, el acoso de nuestros compañeros era constante y tenía que decidir entre esto o no volverlo a ver.

(¡¡No es justo!!)

Lo apreté con más fuerza y apoye mi cabeza sobré la suya.

"¿Tienes hambre?"

Le pregunté intentado cambiar el tema. Asintió, lo liberé de mi abrazo.

"Bien, demonos prisa..."

"Pero..."

"¿Que pasa?"

Fue al cubículo y de la tapa del retrete tomo un toper, era mas grande de lo común.

"... quería que fuera para los dos, pero..."

Lo abrió, era una ensalada de pollo pero parecía mas aguada de lo normal, al acercarme distingui el olor característico de la saliva.

"¿¡Que ca...!?"

Me dieron ganas de vomitar.

"...cuándo menos lo pensé ya lo habían sacado de mi mochila, por mas que les rogué no me lo devolvieron y le hicieron esto."

"¡¡Imbéciles!!"

Le quité el toper y tire su contenido al retrete.

"¡Asquerosos!"

Fui al lavamanos y enjuague el recipiente.

"!Listo, vámonos. Te comprare un sándwich de atún."

"De verdad tenía ganas de pollo."

"Entonces que sea de po..."

Los ascos volvieron al recordar el contenido del toper.

"¿¡Estas bien!?"

"Si, si, solo que creo que no comeré pollo por un tiempo."

(¡Malditos ca..!)

"Lo siento."

"No te preocupes, vámonos ya."

Lamentablemente ya no había mucho en la cafetería y tuvimos que conformarnos con ordinarios sándwichs de jamón y jugo de naranja.

Lo acompañe a su salon cuando se acercaba el final del recesó.

"Nos vemos."

"Hasta luego Lau."

Dijo antes de darse la vuelta y detenerse casi de inmediato, frente a él estaba un tipo de cara burlona, fruncio la boca y dejó caer una enorme gota de saliva frente a Ale.

"¡¡Ja ja ja ja!!"

Ale se quedó paralizado mientras el tipo se carcajeaba.

Jale a Alejandro del hombro y me coloqué entre él y el tipo.

"¡Ah! Tu eres el hombre. ¡¡Ja ja ja ja!!"

"¡¡¡PLAS!!!"

La cachetada fue tan fuerte que tras ella todo el salon se quedó en silencio y mi mano me hormigueo.

El tipo se me quedo viendo con la cara colorada y verdadera ira en su mirada.

"¿¡Que pasa aquí!?"

Todos volteamos, la profesora acababa de llegar. Ale se pego a mi y empezó a temblar, sabía porque, se supone que ningun profesor debia saber lo que pasaba, ahora la posibilidad de perderlo parecía mas cercana que nunca.

¿¿Quien Es Alejandra??Donde viven las historias. Descúbrelo ahora