La salida

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"¿¡Que quieres decir con que se largan!?"

Pregunto, nada mas llegar, el hombre de azul .

"¡Eso mismo, no planeo seguir aquí un segundo mas!"

"¡Imposible! No tenemos otro lugar a donde llevarlos."

"Nadie te lo pido, esto es todo. ¡Fin!"

"¿¡Que!? ¿Estas renunciando a la protección?"

"¡Así es! Esto ya no les concierne."

"¡Carajo! ¿¡Entiendes lo que estás haciendo!?"

"¡Si! ¡¡Maldita sea!!"

El hombre de azul lo miro detenidamente.

"Bien."

Dijo al fin.

"¡Guardia! Saquelos. Y denles sus cosas."

"Praaas!"

La reja se abrió.

"¡Pas!"

Ahora, sin nada entre ellos, el padre de Alejandra aprovecho para golpear al tipo de azul, lanzándolo contra el muro, dos guardias se apresuraron a detener al agresor antes de que diera otro golpe.

"¡¡Eso fue por lo de el tranquilizante, hijo de puta!!"

El tipo de azul se recobró y acomodo el saco.

"¡Esta bien! Esta bien, dejenlo."

Lo guardias lo soltaron, este se sacudió y aliso el saco. El hombre de azul continúo.

"Por supuesto, sabes que la casa, muebles y autos son propiedad del gobierno, asi que, al renunciar a la protección, también renuncias a ellos, en lo referente a sus artículos personales, se les seran devueltos en siete días hábiles y sus expedientes e identidades ya no estarán bajo nuestro resguardo. ¿Entendido?"

"¡Alejandro! Vámonos."

"Si papa."

El padre de Ale comenzó a caminar por el pasillo con su hijo tras él. Me acerqué al tipo de azul.

"¿Que pasará con migo?"

Me miró un segundo.

"¡Largo! No planeo gastar un solo centavo más en esto."

"..."

Me le quede mirando sin saber que hacer.

"¡Vete!"

"O.k, o.k, gracias."

Segui a Alejandra y a su padre, hasta la ventanilla donde se nos entregarían nuestras pertenencias, ellos pasaron primero, al terminar, el padre de Ale se apresuró a salir pero ella me miro.

"Nos vemos señor y... ¡Gracias!"

"¡¡Alejandro!!"

Le llamo su padre.

"¡¡Voy!! Gracias."

Me dijo por último y corrió con su padre perdiéndose en la esquina del pasillo.

"Aquí estan sus cosas, revisarlas y firme aquí."

Llamo mi atención una mujer obesa tras la ventanilla con una bolsa transparente llena de mis pertenencias y una hoja impresa en una tablilla, las tome y revise, note que entre el contenido estaban las llaves de mi auto con una ficha de estacionamiento atada.

"¡El auto está allí..!"

Me indico señalado la ficha.

"... Debe llevárselo antes de veinticuatro horas o será remolcado."

¿¿Quien Es Alejandra??Donde viven las historias. Descúbrelo ahora