Capítulo 6.

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Una vez que salimos de la casa de Dalma volvimos hacia los botes. Seguía molesta con Jack y se reflejaba en el ambiente ya que todos estaban en silencio mientras nos observaban a ambos. El camino hacia La Perla fue más incómodo que cuándo nos abandonaron en la isla y me peleé con Lizzy.

-La tormenta se sube al navío. El loro del Señor Cotton fue el único que pronunció palabra alguna cuando volvimos a estar a bordo del navío.

-Valerie. Oí la voz de Jack detrás de mí pero lo ignoré completamente y bajé hacia la cocina.

Ya en la cocina solté un suspiro que estaba aguantando desde hacía tiempo y cogí una manzana.

-Estúpido Jack. Mientras mordía aquella manzana iba murmurando cosas en contra de Jack, iba tan concentrada en ello que no noté cuando choqué con uno de los piratas. –Lo siento, estaba distraída. Me sobresalté al descubrir que se trataba de Ragetti, el antiguo marinero de Barbossa, no podía evitar recordar aquella noche en la que se llevaron a Lizzy.

-No te preocupes. Extrañamente me sonrió y todos aquellos recuerdos se marcharon. –Oye, no había tenido tiempo para pedirte disculpas, la primera vez que nos conocimos no fuimos muy amables contigo y con tu hermana. Me causó mucha gracia ver que estaba nervioso y no sabía hacia donde dirigir su mirada.

-No te preocupes. Una pequeña sonrisa se formó en mis labios. –Todo olvidado, es más, empecemos de nuevo. El pirata me miró extrañado y yo estiré de mano. –Soy Valerie Swann, encantada. Miró dudoso mi mano pero finalmente la cogió.

-Soy Ragetti, un gusto Señorita Swann. Ambos sonreímos.

-Bueno Ragetti, un placer hablar contigo, voy a volver arriba. Giré en camino hacia las escaleras pero oí su voz de nuevo.

-Valerie, el Capitán puede tener un temperamento extraño, pero se nota que le importas. Me limité a observarle. –Esa vez que os apresamos a todos, el Capitán te protegió de Barbossa, por lo poco que yo sabía de él, no suele mostrarse así con nadie.

-Pues debería de controlar su temperamento, he tenido mucha paciencia con el Ragetti y si quería conocerme enfadada lo está consiguiendo perfectamente. Dicho eso subí otra vez a cubierta.

-Valerie. Irritada di media vuelta de forma brusca.

-¡Qué!.Will me miró sorprendido.

-Oye, no pagues tu enfado conmigo, si quieres tirar a alguien por la borda es a Jack. Suspiré.

-Lo siento Will. Este se acercó y dejó un beso en mi frente.

-Cálmate, ¿vale?, ya sabes como es Jack, no ha querido decirlo enserio.

-Es idiota. Will rió ante aquello y colocó un mechón de mi cabello negro detrás de mi oreja.

-No te puedo negar lo obvio Val.

-¿Estamos muy lejos del lugar que ha dicho esa mujer?. Will miró hacia el timón y negó.

-Esta noche llegaremos ahí, pero se avecina una tormenta. Observé el cielo, Will tenía razón, la nubes estaban tornándose cada vez más oscuras. –Voy a hablar con Gibbs. Dicho eso fue en busca de Gibbs y yo me senté en uno de los barriles a mirar el océano.

-Lizzy, espero que estés bien. Susurré, estaba atardeciendo, habíamos pasado más tiempo en aquella cabaña de lo que había pensado, según aquella mujer debíamos buscar un barco hundido que por lo visto no estaba muy lejos de donde nos encontrábamos. Jugueteé con el anillo que me había dado Lizzy cuando se cumplió un año desde que Jack se marchó de Port Royal, era un anillo de plata que tenía en relieve un navío , en la punta del mástil había un pequeño zafiro ya que Lizzy decía que aquella piedra le recordaba a mis ojos. Sonreí ante aquel recuerdo, extrañaba muchísimo a mi hermana y en momentos como este me hacía muchísima falta.

Piratas del Caribe: El cofre del hombre muerto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora