Capítulo 9

1.3K 161 43
                                    


Ámbar no sabía por cuánto tiempo. Estaba tentada a decir para siempre, decidida como estaba a no abrirse así nunca más con nadie. A pesar de las emociones contradictorias que daban vueltas en su cabeza, respondió con un distante:

-El tiempo que sea necesario.

Pensó que su mensaje había sido alto y claro cuando no respondió a la nota que Simón le había dejado con Rey. Su manifiesto "mantente lejos de mí de una maldita vez" no pasó desapercibido, y los dos días siguientes a la segunda rosa y el folio doblado, Ámbar se encontró dándose palmaditas en la espalda por haber conseguido deshacerse del acoso de Simón Álvarez. Ahora todo lo que tenía que hacer era borrar todos los emails, olvidar los momentos vividos y mantener las rosas -una de ellas pegada a un álbum de recortes y la otra preservada en su caja- lejos de su vista. Luego estaban las emociones atesoradas, pero eso se abordaría a su debido tiempo bajo la estricta supervisión de una intervención con el espejo.

Debería haber sospechado que Simón se traía algo entre manos después de dos tranquilos días de tregua.
Se encontraba en su habitación cuando Mónica la interrumpió diciéndole que había correspondencia para ella. Ella observó cada uno de los sobres. Correo basura. Cupón. Facturas. Una carta para ella. Correo basura.

Detuvo su repaso a la correspondencia cuando echó una ojeada por encima a los sobres y encontró uno liso con su nombre y dirección garabateados y un sello en la esquina. El sobre, que no tenía remitente, despertó su curiosidad. Dejó a un lado el resto de la correspondencia y lo sostuvo en la mano mientras buscaba su abrecartas.

Tras abrir el borde superior, extrajo una página de papel escrita con la letra de Simón. Cerró los ojos con fastidio y soltó un gruñido entre dientes. Parecía que esa chico impertinente no sabía cuándo rendirse.

Uno podría pensar que Ámbar, la chica más poderosa y frívola, tiraría la carta al fuego de la chimenea sin más contemplación y asunto arreglado. Pero, si algo sabía Ámbar, era que tener información sobre tu enemigo te da poder sobre él. Por eso se había quedado con los emails, las rosas y la nota que encontró en su parabrisas. Por eso se inclinó sobre su escritorio con la nueva carta en la mano y la empezó a leer. Por interés informativo, por supuesto.

Querida Ámbar,

Creo que ésta es la primera vez que escribo una carta de verdad. Las que solía escribir a Papá Noel no cuentan. Ni siquiera eran cartas reales, sólo dibujos en los que salía con mis padres. ¿Tienes idea de lo sumamente caros que son los sellos? No me extraña que la gente prefiera mandar mensajes de texto e emails. Sí, he comprado un libro de sellos antes incluso de empezar a escribir esto.
Dijiste que te mentí, lo cual es verdad y acepto mi responsabilidad. No creo que vayas a acercarte a mí en un futuro inmediato y, por más que me gustaría poder decirte esto en persona, siento la necesidad de contártelo ahora.

La verdad es que llevaba muchísimo tiempo queriendo hablar contigo. Un tiempo ridículamente largo. Desde que nos atacabas a Luna y a mi. Siempre me preguntaba como una choca como tú podía estar tan a la defensiva.
Debo admitir que intenté cortar de raíz cualquiera que fuera la batalla que se estaba librando en mi cabeza con respecto a ti. Sin embargo, cuando me convertí en mesero, resultó que tenía demasiado tiempo libre para que las partes en conflicto lucharan la una contra la otra. Y ganaste tú.
No sabía cómo hacer para hablar contigo. Y, aún hoy, todavía no lo sé. Quiero decir, estoy escribiéndote una carta pero, por muy inaguantable que yo te pueda parecer, sé que te gusta cuando te provoco durante nuestras famosas disputas verbales. No, no pongas los ojos en blanco mirando al papel, Ámbar. Sabes que nos buscamos las cosquillas mutuamente.
Puede que haya mentido sobre mi identidad, pero sigo pensando que Imagine Dragons es una muy buena banda, el principito es el mejor libro del mundo y pienso que tú también opinas lo mismo.

Tienes un nuevo mensaje (:  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora