Capítulo 20

107K 7.3K 1K
                                    

LA CONEXIÓN



DOMINIC

Frunzo repentinamente mi ceño, deteniendo bruscamente mi andar al sentir un fuerte dolor en mi pecho.

—¿Se encuentra bien, Alfa? —me pregunta uno de mis hombres, colocándose a mi lado.

—¿Dominic? —interviene mi beta con preocupación—. ¿Qué sucede?

—No lo sé... —le respondo, llevando una de mis manos a mi pecho, sintiendo como el dolor cada vez aumentaba—, es extraño.

Es ella, Dominic. Habla mi lobo con suma preocupación. Es Nora, ella está sufriendo.

«¿Cómo es posible que la sienta?» Inquiero, tragando saliva. «No la he marcado ni mucho menos hemos establecido una conexión». Comento con confusión, negándome a creer que ella estaba sufriendo.

El hecho de que tú no sientas la conexión, no quiere decir que no exista una. Ella está sufriendo, pero el dolor que siente es mucho más del que nosotros estamos sintiendo. Me explica a detalle sin dejar de estar desesperado por encontrarla, y ahora aún más. Necesitamos encontrarla.

—¿Dominic, qué...?

—¡Necesitamos acelerar la marcha! —exclamo para que todos logren escucharme— Si hace falta, conviértanse. Si alguien se interpone en su camino, saben muy bien lo que tienen que hacer.

—¿Qué fue lo que sucedió?

Miro a mi beta, mientras detrás de mí escuchaba como todos mis hombres se convertían y se mantenían detrás de mí, a la espera de que también hiciera lo mismo y de esa forma comenzar a seguirme.

—Nora está sufriendo, —le cuento, quitándome rápidamente mi camisa— y si ese imbécil fue el culpable, prepárate..., porque una jodida guerra estará por comenzar. —comento y sin más que decir, permito que mi lobo tome completamente el control.

Tanto mi lobo como los demás, comenzamos a correr, acercándonos cada vez más al territorio vampírico.

Sabíamos que al principio ningún vampiro se pondría a la defensiva con nuestra presencia, porque hacía unas cuantas décadas nuestras especies habían estado en paz, y para sellarlo habíamos firmado un tratado en el que afirmaba que un vampiro no podía dañar a un lobo y viceversa. No quiere decir que nos llevábamos de maravilla, pero al menos no actuamos de una manera agresiva cuando tenemos a un vampiro delante de nosotros..., al menos no si el momento no lo amerita. Es más, varios pertenecientes a mi manada estudiaban dentro de su territorio, por lo que nuestro olor está presente en el aire.

Sin embargo, si llegaron a dañarla o si tan solo le pusieron un dedo encima, me importará una mierda romper aquél tratado, y simplemente destruiré todo este jodido lugar.

Después de varios minutos, habíamos ingresado a su territorio y rápidamente su olor dulce me invadió, ocasionando que mi rabia creciera aún más y mi velocidad aumentara.

«Ella está aquí..».

Lo mataré. Amenaza mi lobo, y en ningún momento lo contradigo.

Antes de salir por completo del bosque, cada uno detiene su andar y se aleja para poder transformarse nuevamente en humanos, y de esa forma, poder vestirse con alguna vestimenta que se encuentra colgada en respectivos árboles, puesto que al seguir manteniendo regularmente contacto con los vampiros, fue indispensable no dejar cambios de ropa en estos lados.

Sin perder más tiempo, hago lo mismo que los demás y a los pocos minutos todos nos encontrábamos listos.

Les dedico una última mirada a mis hombres y ellos asienten, dándome a entender que estaban preparados para cualquier situación que llegara a suceder.

Descubriendo un nuevo mundo. | Parte 1 y 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora