Capítulo 41

15.4K 1.2K 174
                                    

ORGULLO


—¿Es cierto lo que he escuchado por ahí? —pregunta Tristan, sentado a mi lado.

Lo miro. —¿Qué de todo lo que dicen?

—Sobre que encontraste a tu pareja, o mejor dicho, tus parejas. —sonrió.

Vuelvo mi mirada al plato que tenía en mis manos. 

Habían repartido pastel a cada uno, pero por primera vez, no había comido nada. Aún sentía una extraña sensación en mi pecho. Si bien no supe nada de lo que querían decirme cuando Alexander me tocaba, pude sentir el cambio en su postura y lo tenso que se volvió. Sin comprenderlo, puedo jurar que sentí como Alexander temía perderme y si realmente era así, ¿qué podría esperar con lo que querían decirme?

—Sí, es cierto.

—¿Te sientes bien, Summer? —pregunta, dejando su plato en la mesa.

Lo miro una vez más y sonrío. —Sí, tranquilo.

Justo cuando Tristan iba a decir algo más, Liam apareció.

—¿Cómo demonios puedo ser el único en no saber lo que sucede con mi hermana? —preguntó, molesto— ¿Por qué tengo que enterarme por otras personas de que mi hermanita encontró a su pareja predestinada? Y, ¿dónde está?

—Oh, ¿sólo de eso te enteraste? —carraspeó su compañero.

—¿Qué? —inquirió, confundido— ¿De qué más me tenía que enterar?

Dejo mi plato en la mesa, sabiendo que no iba a comerlo.

—Tengo dos compañeros. —admito, levantándome del sofá.

Su sorpresa fue inmediata.

—¿Qué carajo? ¿Cómo que dos?

—¿Qué puedo decir? —sonrío— Soy muy codiciosa, hermanito. —digo, mientras comenzaba a caminar en su busca.

—¿Y todavía están vivos? ¿Qué dijo papá?

—Te aseguro que era lo que más quería hacer. —respondo, viendo a mi alrededor y cuando noto que ambos estaban a lo lejos, hablando entre sí, camino hacia ellos, decidida— Necesito hablar con ellos, ¿podemos hablar después, hermanito?

Notando cómo hice la pregunta, Liam no replicó, simplemente me dejó ir.

Ambos sintieron que me acercaba y rápidamente dejaron de hablar y me miraron. Siento como mi ritmo cardíaco aumenta al notar la profundidad con la que me miraban, como si fuera la única mujer en el mundo. 

Les sonrío y de inmediato me devolvieron la sonrisa, pero como era de esperar, no era sincera. Luchaban consigo mismos por no lucir preocupados, pero ¿conmigo? No funcionaba. Sabía que estaban preocupados por lo que sea que estén por decir. Y, ¿para qué mentir? Yo también lo estaba.

—Hola. —murmuro, deteniendo mi andar.

—Hola, preciosa. —me saludó el ojiclaro— ¿Nos acompañas? —pregunta, haciendo un ademán con su brazo, señalando hacia el patio.

—Claro. —respondo, nerviosa.

«¿Yo, Summer Cooper, nerviosa

Ambos hombres me están afectando más de lo que podría admitir.

Sin decir nada más, comenzamos a caminar fuera, pero esta vez no nos dirigimos hacia dónde anteriormente habíamos estado, sino que de lo contrario, comenzamos a caminar, alejándonos de cualquier persona que pudiera interrumpirnos o que pudiera escuchar.

Descubriendo un nuevo mundo. | Parte 1 y 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora