Después de que la tierra haya sido destruida, los humanos sobrevivientes fueron refugiados al planeta Sedna, donde los Atrex que son semejantes a los humanos los aceptaron. Los humanos están resguardados en el sector, lejos de los Atrex. Todo se des...
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Me encontraba en la cafetería con Enid y Dixie mientras desayunábamos.
—¿Ya tienen pareja para el baile? —preguntó Enid.
—Anakin me ha invitado a ir al baile —respondió Dixie—. ¿Con quienes irán ustedes?
—Aun no tengo con quién, pero ya le eché ojo a un Atrex —contestó Enid.
—No me digas que Rowen —añadí mirándola.
—¿Hay algo de malo en eso? —me preguntó con los brazos cruzados—. A mí me parece un buen Atrex, es... diferente.
—Siempre dices lo mismo con cada chico que conoces —me apresuré a decir.
—Mi instinto me dice que esta vez tengo razón —se excusó Enid.
—Conozco a Rowen desde que éramos niños —comentó Dixie—. Es como un hermano para mí, y les puedo decir que es confiable, y que jamás lastimaría a nadie, en especial a ti, Enid.
—¿Lo ves? —Enid me miró con una sonrisa ególatra—. Y bien, ¿Qué hay de ti?
—Bueno, a mí un Atrex me invitó —añadí, ambas me miraron con sorpresa.
—¿Quién? —preguntaron al unísono.
—Se llama Nixon, pero le dije que lo pensaría —comenté.
—¿Por qué lo pensarías? Hubieras aceptado —dijo Dixie.
—Oh, ya veo —Enid puso los codos sobre la mesa mientras me miraba, después detuvo su mirada en Dixie—. ¿Sabes si Aren tiene pareja para ir al baile?
Miré a Enid en silencio y después a Dixie, se llevó la mano a su mentón pensativa.
—Pues como todos los años va con Indra, supongo que irá con ella otra vez —respondió serena.
—Bueno, eso puede cambiar, ¿Verdad Ady? —inquirió Enid mientras me observaba.
—Bueno, yo... ahora vengo, iré al baño —dije levantándome de la mesa.
Salí de la cafetería con prisa, no sé por qué pero me sentía algo decepcionada. Quise darme una bofetada por ser tan tonta. Entré al baño y me mojé la cara, me miré al espejo y me observé por un momento, me pregunté si les parecía linda a los demás. Nunca me importó que pensaban los demás sobre mí, pero ahora que estaba rodeada de tanta perfección, ese pensamiento inundaba mi cabeza. Cuando salí del baño, me encontré con Aren recargado en la pared del pasillo.
—¿Me estabas esperando? —pregunté pasando por un lado de él.
—¿Es cierto que irás al baile con Nixon? —inquirió.
Lo miré de reojo, Aren venía detrás de mí mientras caminaba por el pasillo hacia la cafetería, donde me esperaba Enid y Dixie.
—Los chismes vuelan muy rápido, eh —dije con serenidad.
