Opuestos [Leah Clearwater]

4~

/Defender por amor/

Narra Rebeca:

Se que puedo derrotarlos, incluso matarlos a todos pero... se que son importantes para Leah y debo controlarme.

"control"

Esa palabra pasaba por mi mente mientras esquivaba los zarpazos de esos chuchos, quienes me atacaban desde hace un rato.

Sam seguía peleando con mi novia y cada que quería acercarme a defenderla los estúpidos perros estos me alejaban.

Mire como Sam tomaba del cuello a Leah y la arrojaba contra un árbol, esa fue la gota que derramo el vaso.

-¡SUFICIENTE! –grite y una corrientada de aire mando a los lobos lejos de nosotras.

Me acerque rápidamente a Leah quien volvió a su forma humana, estaba desnuda y sangrando, me quite la chamarra y la cubrí con ella.

Cuando estaba por cargarla escuche gruñidos a mis espaldas, me levante y les hice frente.

-¡Ya basta! –arrugue la frente –¡Ella es como ustedes y la están lastimando!-

*Tu no tienes porque defenderla* gruño Sam.

[Las sanguijuelas como tu no sienten nada] dijo Paul.

-Ustedes no saben nada de mi –apreté los puños –Y si por las malas tengo que enseñarselos lo haré..-

Lo último lo dije con una sonrisa socarrona.. la manda entera se aventó contra mi,sentí como mis ojos se oscurecía y todos cayeron al suelo.

Todos regresaron a su forma humana, cargue a Leah quien estaba inconsciente y me heché a correr hacía la casa de Carlisle.

Al llegar los primeros en acercarse a mi fueron Seth y Jacob.

-¿Qué paso? –pregunto angustiado Jacob.

Sinceramente no me daba la gana de contestarle, estaba preocupada por mi chica.. por lo que le pudiese pasar.

Busque a Carlisle con la mirada, al encontrarlo me miro y entendió todo.. se llevo a Leah a su consultorio, al cual no me dejo entrar.

-Juro que si algo le pasa algo.. iré a matar a esa bola de perros sarnosos –musite molesta.

-Aguarda –hablo Jake –¿Sam tuvo algo que ver en esto?-

-¿Algo? –lo mire –¡El la ataco directamente!-

Tras eso la sala quedo en un silencio absoluto, hasta que después de unos 25 minutos Carlisle salió del consultorio.

-¿Cómo esta Leah? –pregunté.

-Bueno ella...

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