Capítulo 4

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Izuku pidió a Ochako que trajese lo necesario para curar al Omega pelirrojo. Este permanecía en silencio mientras lo ayudaban a quitarse la ropa y adentrarse en el agua.

Izuku lo ayudo a quitar los restos de sangre en su piel y lavó su cabello con jabón aromático.

-¿Eres del clan dragón cierto?

El muchacho asintió mientras se ayudaba con uno de sus dedos para mostrar sus colmillos.

Los omegas del clan dragón nacían con colmillos para defender a sus crías. Se decía que más de 70% de los alfas sentían celos de sus crías cuando estás nacían y las atacaban, llegando a matarlas. Los omegas comenzaron a desarrollar colmillos con el paso de los años, la naturaleza les otorgó un método de defender a sus bebés.

-Es por eso que me traían encadenado y con la mordaza - Dijo en voz baja. - Los omegas Dragón somos algo violentos cuando se trata de defendernos.

Izuku suspiró.

- ¿No es bueno eso? Poder defenderse a uno mismo...

-¿De qué sirve si al final aquí he acabado? Tratado como un animal.

Se hizo el silencio por un momento, solo sonaba el ruido del agua.

-Me llamo Kirishima Eijirō.

-Yo soy Midoriya Izuku.

Tras el baño y curar las heridas del Omega dragón, Ochako sirvió unos dulces junto al té de flores. Kirishima no hablaba mucho, sin embargo parecía disfrutar mucho del sabor de los dulces.

-¿Ya conociste a tu alfa? - le preguntó con curiosidad.

-Aún no, me han dicho que es del Clan Bestia y que llegará a la noche.

Izuku suspiró un poco aliviado de que no fuese también un pretendiente para los hermanos Todoroki. Una parte de él temía tener que enfrentarse a una disputa.

-¿Llevas mucho tiempo aquí Izuku?

Este negó terminó de masticar el dulce que llevaba en la boca antes de responder.

-Apenas dos días. Fui vendido por el jefe de mi clan a Todoroki Enji.

-¡Oh! Ese es el viejo de Bakugou.

Izuku abrió los ojos sorprendido cuando escuchó el nombre de uno de sus pretendientes. Katsuki Bakugou, del clan del Dragón.

-¿Lo conoces?

-Claro que si. Somos amigos desde críos. No me puedo creer que él esté en esta casa de alfas. Normalmente es llamado por su padre una vez cada un año o dos, pero solía volver enseguida al clan, ya que los pretendientes que encontraba su padre siempre se interesaban más en sus otros hermanos. -Miró a Izuku un momento antes de continuar. - Si ya lo has conocido sabrás que tiene muy mal carácter. Pero te aseguro que es muy buena persona.

Izuku suspiró, apenas había tenido dos palabras con él así que no podía decir mucho.

Ambos chicos permanecieron juntos hasta caer la noche, hablaron de sus hogares, de a qué se dedicaban antes de llegar allí. Kirishina le contó que era mensajero, mientras él mismo le dijo que había sido curandero.

Kirishima entendió entonces porqué fue tan hábil curando sus heridas.

Por desgracia Kirishima se tuvo que marchar, pero ambos chicos prometieron que tomarían el desayuno juntos al día siguiente.

Cuando se quedó solo junto a Ochako ésta le preguntó si quería tomar la cena ya. El Omega asintió y se quedó en la habitación esperando.

Decidió que sería bueno tomar un baño mientras esperaba, así podría ir directo a la cama al acabar.

Sin embargo cuando estaba a punto de entrar al cuarto de baño una increíble ola de calor atravesó su cuerpo. Su piel se erizó y sintió como el interior de sus muslos comenzaba a mojarse.

Oh dioses, era su celo. Acababa de entrar en celo en una casa de alfas.

Rápidamente se encerró en el baño, cerró la puerta con llave y llenó la bañera con agua. Echó distintos perfumes para camuflar su olor una vez estuvo dentro.

Era la primera vez que su celo dolía tanto. Quería que terminase ya, no podía soportarlo.

-¿Joven Midoriya se encuentra bien?

La voz de Ochako lo sacó de su ensoñación. Alzó la cabeza, con la vista aún nublada y con su voz entrecortada le pidió que trajese alguno supresores para parar aquello.

La chica tenía llave del baño y también una copia de la del cuarto así que nadie podría entrar allí.

Se dió el placer de quedarse en el agua hasta que la puerta se abrió y la joven llegó con una pastilla y un vaso de agua, lo tomo todo enseguida esperando que hiciese efecto antes de desmayarse.

Ochako lo ayudó a salir del agua y lo secó antes de recortarlo sobre la cama.

-¿Se encuentra mejor?

Negó.

No se sentía mejor. El calor en su piel parecía menos intenso pero la sensación de ardor y dolor seguían allí.

¿Sería que su pareja destinada andaba cerca?

Y si era así. ¿Quién era? ¿Habría notado su presencia?

Sabía que los perfumes que había usado camuflaban el aroma de su celo. Mientras la pastilla terminase de hacer su efecto, nadie le molestaría.

-Ochako, por favor pide que nadie entre aquí a menos que sea beta u Omega.

La chica asintió y tras ayudarlo a acomodarse en la cama se marchó, dando la orden a los guardias Betas que habían a cada lado de la puerta, dejando también la orden en las cocinas, y finalmente comunicándole al señor Enji, que Izuku estaba en celo y no saldría de su habitación hasta que cesace su ciclo.

No comunicó nada a los hermanos por miedo de que estos escuchase, sin embargo no se dio cuenta de que uno de ellos lo había escuchado todo, escondido entre las sombras.

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