«Pero nosotros sabemos que tenemos un amor sin esperanza.»
Hay dos que cosas Yuri Katsuki tiene muy claras sobre Victor Nikiforov: el ruso tiene miedo (miedo que él mismo ha llegado a sentir) y dos, el amor que sienten el uno por otro es un amor s...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Llevo días preguntándome esto: ¿Los árboles de cerezo florecen para todos o sólo para ciertos afortunados?
Es gracioso todo esto porque, antes, al llegar a tu apartamento y cuando abrías la puerta con una sonrisa especial dedicada únicamente para mí pensaba que veía un precioso jardín de sakuras. Creía que era uno de los afortunados.
Y sí, quizá lo fui, pero sólo por una estación...
De igual forma es curioso el hecho de que pude presenciar dicho espectáculo de la naturaleza en invierno.
Pequeñas y constantes gotas chocan contra los vidrios de mi apartamento y gracias a esto, puedo escuchar una suave melodía. Puedo recordar una ocasión en la que me dijiste que era uno de tus sonidos favoritos pues te recordaba a un momento de tu infancia.
—Además —dijiste acariciando mi mejilla con tu nariz. Estábamos acurrucados en el sofá, compartiendo una frazada—te conocí en un día lluvioso —y yo sonreí mientras te escuchaba mientras pasaba mis fríos dedos por tu mejilla, provocando que tu sonrieras de lado y te estremecieras—. Ese día no tenía esperanza de que algo maravilloso me pasara... Sin embargo, apareciste tú con paraguas azul evitando que me mojara y sonreíste, cariño.Supe en ese momento que había conocido a mi alma gemela.
No dije nada en esa ocasión, sólo me erguí y te besé. Acaricié tus labios con los míos suavemente, como si se tratasen de delicados pétalos de una rosa. No dije nada, Victor, pero esa noche lluviosa en la que nos conocimos también supe que había encontrado a mi alma gemela.
Y ahora estoy aquí, solo mientras otra lluvia llega a la ciudad. ¿Estarás bajo alguna otra sombrilla?
Escucho el interfon sonar una y otra vez, con insistencia, y cuando por fin levanto el aparato, dejo de respirar.
—Yuri —hablas con voz agitada. —¿Puedes abrir, por favor...?
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.