Desde que te conocí, Victor, pude ver grandes y frondosos sakuras. Las bellas flores rosadas no dejaban de salir con esplendor; día a día frescos pétalos adornaban mi vida... Sin embargo, sabía que tarde o temprano llegaría una tormenta.
Y no me equivocaba.
Copos de nieve no paraban de obstruir mi visión. Tardé un poco, cariño, pero pude ver la seca realidad, nuestra triste realidad.
Por mucho tiempo intenté ignorarla. Fingí que las flores seguían a nuestro alrededor.
—La primavera seguirá aquí. —me mentía.
Y ahora que tus labios están sobre los míos, acariciándome, entrelazándose como si en una danza estuviésemos me doy cuenta de algo. No sólo eres primavera, también eres invierno.
Tus labios cálidos, tu tacto gélido.
Tu mirada es como día despejado, tus palabras de amor susurradas son como una lluvia.
Entonces, Victor, te alejas, pero sigues acariciando mi rostro con la misma calidez que antes.
Las frías gotas no dejan de caer sobre nosotros. Nuestros cuerpos se encuentran empapados pero permaneces uno frente a otro.
—Aún te amo. —aseguro, porque, cariño, no podría mentirte en eso. Tomo tu diestra que hace tan sólo unos instantes acariciaba mi rostro. —Tu lejanía es como una de daga en mi pecho, pero tu cercanía sólo la entierra más y más.
Permaneces en silencio, al igual que yo y lentamente dejas caer tus brazos. Dejándome nuevamente desprotegido... Aunque esto es necesario, Victor. Lo sabes bien.
Estamos rotos, estamos en invierno.
—Desearía que todo fuese diferente. —murmuras en un susurro roto.
Nos quedamos frente a frente, dejando que la fría lluvia siga mojándonos pues ninguno de los dos sabe como decir adiós realmente.
Ojalá veamos otras estaciones.
Ojalá cada uno pueda lograr apreciar el verano, el otoño, ¿y por qué no? También el invierno.
Ojalá no nos estuviésemos diciendo adiós.
Algo en mi interior se rompe cuando dejo un último beso en tu mejilla... Una parte de mi aún no puede creer que esto esté terminando.
—Te amo. —escucho que dices tras mi espalda.
Un suspiro quebrado sale desde el fondo de mi ser; nuestro amor jamás tuvo un hogar, cariño, y justo ahora se encuentra en la solitaria calle, buscando refugiarse de la tempestad.
No estaba muerta, shavooos, tomé un descanso ahre.
Lamento si sintieron esperanza en el capítulo anterior. Y lamento aún más habérselas roto lmao.
Arribita dejé una canción preciosa de mis nenes que me ayudó mucho con este capítulo y siento que refleja en parte lo que siente Yuri en este fic.
Gracias por leer, nos leemos prontito. <3
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But I still want you [Victuri]
Fanfiction«Pero nosotros sabemos que tenemos un amor sin esperanza.» Hay dos que cosas Yuri Katsuki tiene muy claras sobre Victor Nikiforov: el ruso tiene miedo (miedo que él mismo ha llegado a sentir) y dos, el amor que sienten el uno por otro es un amor s...