- TEN.

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DIEZ.

—¿Por qué no te volviste a casar?—Preguntó Brisa, mirando los vibrantes ojos verdes de Harry. Se mordió el labio inferior y miró hacia su regazo por nerviosismo. Deseó que no fuera tan involuntario para él ponerse nervioso y tímido.

Él no era así originalmente. Antes, él era seguro y espontáneo. Le encantaba socializar con otras personas y no le tenía miedo a las miradas brillantes que recibía de otras mujeres porque entonces se sentía imparable con su esposa a su lado.

Lily. Ese era su nombre, uno que Harry nunca podría dejar de amar. Lily y él se conocieron en la universidad y se unieron instantáneamente el uno al otro hasta el punto de ser los mejores amigos, desde los amantes hasta las novios, y finalmente, hasta la mujer de su vida. Era una linda historia de amor, sí, pero Harry sabía que en su relación había una ausencia de autenticidad.

Con esto, quiero decir que Lily no era el paquete de alegría que la gente creía que era. Ella nunca fue sincera con Harry y nunca le expuso las verdaderas profundidades de sí misma. Lo que Lori y Brisa, y casi todos no sabían, era que la noche en que Lily murió no fue solo ella en el accidente automovilístico, si no su amante escondido.

Eso lo destruyó, pero él tomó el secreto y se lo escondió a Lori porque si Lori lo descubria estaría aún más dolida ya que apreciaba el matrimonio de su madre y de su padre, aparentemente feliz y exitoso.

Harry comenzó a tartamudear porque se sentía patético e inútil. Su autoestima disminuyó y la interacción con el mundo exterior se disipó. Estaba destrozado y sentía como si ya estuviera inclinado, ¿por qué perder el tiempo en enderezarlo?

Es por eso que sufrió el abuso emocional de su hija porque tenía algo de miedo de ella y sentía que merecía golpearlo por su falta de automotivación para mejorar.

Luego estaba Brisa.

Esa niña que siempre había conocido, pero que nunca reconoció realmente ya que ella era solo la mejor amiga de su hija, la hija de otro hombre.

Pero Brisa era diferente de todas las voces críticas y duras de las personas que lo rodeaban. Ella se convirtió en la luz en su época cuando lo ayudaba desinteresadamente y se preocupaba por él cuando Lori se retiraba. Se sintió vergonzosamente enamorado de la niña.

Durante un corto período de tiempo, se sintió como si fuera el Humbert para su inocente Lolita. Ella se convirtió en una joven radiante mientras él se sentaba en la oscuridad, cayendo irremediablemente para ella.

Te preguntarás por qué se enamoró de ella tan rápido en lugar de seguir enfurruñado por su difunta esposa. Ella lo hizo sentir joven de nuevo, hizo que todas sus preocupaciones se fueran con una simple palabra.

Ella era la luz que nunca vacilaba en la oscuridad, la única que nunca se apagaba mientras que las otras lentamente se atenuaban y se apagaban por completo. Dicen que realmente ves quiénes son tus verdaderos amigos cuando llegas a un punto bajo. Y Brisa era eso, la persona que se preocupaba por él en sus niveles más bajos y altos.

Por lo tanto, volver a casarse parecía fuera de lugar cuando sus ojos solo estaban puestos en ella. La quería para siempre y la necesitaba con él sin importar qué, incluso si tenía que eliminar las llamadas de Lori de su teléfono para mantener su atención en él, continuaría haciéndolo.

Estaba obsesionado con ella, necesitaba tocarla, sentirla, ser uno con ella. Brisa fue su gracia salvadora, el ángel que lo guió. Tenía que tenerla para él, sin importar si él era egoísta o no. Solo será ella y él.

Harry respondió.—N-nunca quise h-hacerlo.







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