Capítulo 7: No jodas

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El joven azabache aun sentían sus piernas flaquear a pesar de que ya se encontrara en la puerta de su departamento. Tomó entre sus grandes y temblorosas manos el juego de llaves que traía en la bolsa trasera de sus jeans; para proceder a entrar a su hogar y dejar sus pertenencias y su bendito celular en el taburete de la entrada.

—¡Necesito dormir!.— gritó el chico y a pasos perezosos se dirigió a su alcoba, deteniéndose al instante en que escuchó el sonido del refrigerador y de comida siendo masticada.

¿Un ladrón?.— pensó mientras tomaba con sumo cuidado la escoba que se encontraba recargada en la pared y tratando de no hacer ruido con sus pasos se posicionó atrás del "ladrón" y con toda la fuerza de sus brazos le dio un golpe al supuesto criminal, cayendo inconsciente al igual que el plato de porcelana que contenía cereal y el bote de leche derramándose en el piso.

Rodeó el cadáver y tomó la mata de cabello rubio, jalándola hacia su dirección, dándose cuenta de que se trataba de Yoongi. Llevó sus manos a su obscura melena y después de tirar de ella tomó al pálido por los pies y se lo llevó consigo hasta el mueble más amplio de la sala, posicionándolo ahí.

Hoy definitivamente no era su día, tomando el pulso de su muñeca y asegurandose de que aún respiraba, a toda prisa se encaminó al baño revoloteando el botiquín de emergencia; sacando y tirando pastillas, pomadas, condones y lubricante que de seguro ya habían expirado. Se topó con el pequeño frasco de alcohol y a grandes zancadas regresó a la sala.

Nunca en su vida había tratado de revivir a alguien que parecían más muerto que vivo, por ello y a falta de algodón destapó el frasco de cristal y vertió todo su contenido de una sola vez en el área de la nariz. Haciendo despertar a Yoongi más por el susto que por el olor; el líquido se escurrió por el arco de cupido, mentón y parte de la mandíbula, desagradando al ahora rubio por el sabor generando escupitajos y leves arcadas.

—¡¿Qué te pasa?!, estás loco; casi me envenenas .—dijo mientras se limpiaba la lengua con el cuello de su camisa.

—Pe-perdón hyung yo...—¿cuántas veces me he disculpado el día de hoy?

—No necesito tus disculpas mocoso, nesecito.—tose— agua...

Rápidamente se fue a la cocina a concederle la petición a su hyung, para después regresar a su punto de inicio. Yoongi le arrebató el vaso y de una se lo tomó.

Pasaron algunos minutos en un profundo silencio incomodo, hasta que el de piel lechosa se dignó a hablar.

—¿Por qué?...

—¿Por qué, que hyung?

—Porque querías asesinarme mocoso.— levantó una ceja— si yo soy el que vela por ti, te alimenta y te cuida... Soy tu dios niñato.- se limpió una lágrima falsa.

—No lo quería matar, solo pensé que usted era, era un ladrón.—tímidamente pronunció esto último.

—Si yo fuera un ladrón, cosa que no lo soy; mi objetivo no sería la cocina y aparte... No tienes nada que me interese... Ya vi todo tu porno.

De nuevo esa maldita palabra que lo hacia sonrojar, que acaso todos ya lo había visto, nada mas faltaba que en su lapida de muerte le pusieran... "En memoria de Jeon Jungkook, el chico que veía porno y todos los sabían".

El rubio notó ese cambio y después de sonarse la nariz y dejar el papel en medio de un arreglo de cerámica se dirigió al menor y palmeo su espalda.

—¿Pasa algo enano?

—Soy mas alto que usted hyung.— contesto mientras se formaba un puchero en sus labios.

Gummy Smile Photography 📷 JenKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora