Tercer despertar

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Ha pasado un tiempo desde que hablé con el profesor. Y aunque me gustara su consejo, me siento perdida de nuevo. Supongo que no todo puede cambiar de un día a otro. Necesito más tiempo. La vida sigue pasando y con ella, más sueños aparecen que hacen cuestionarme muchas cosas. ¿Encontraré lo que busco en ellos? ¿Quieren decirme algo? Estas preguntas hacen que empiece a obsesionarme y a creer que en ellos podré encontrar la verdadera brújula que me conducirán por el buen camino. Pero entonces, cada día que pasa me siento en la confusa realidad de estar conectada a dos mundos totalmente diferentes: el mundo de los sueños y la vida real. Es verdad que siempre, desde muy pequeña, he tenido mucha imaginación y prácticamente he andando toda la vida por los nubes a causa de ello. Pero ahora resulta que tener tanta imaginación se ha convertido irónicamente en mi peor pesadilla. Principalmente, porque tengo que lidiar cada mañana con la frustración de tener que aceptar que los sueños, sueños son y que, lo que vivo en ellos, por mucho que no quiera aceptarlo, no es real y que lo real es la vida. Llega a un punto que los sueños me consumen. Me obsesionan. Y ello hace que, cada vez más, sienta que todo carece de sentido. ¿Estaré dejando atrás la vida real por un mundo de fantasía? No lo sé, pero espero descubrirlo tarde o temprano, antes de quedarme atrapada en mis propios sueños. El tiempo transcurre como el pasar de las olas y cada vez más siento que he llegado a un punto de mi vida que no me importa el mundo real, que solo quiero estar dormida y poder vivir una vida de sueño en mis sueños. Al final, lo que sucede cuando cierro los ojos es todo un mundo de posibilidades infinitas, dónde soy yo pero de mil formas distintas; en cambio, cuando abro los ojos es un gran golpe de realidad que me recuerda duramente que solo puedo vivir una vida, que solo existe una yo. Me levanto cada mañana y me pregunto con esperanza, aunque a la vez con cierta desilusión, si hoy será un día diferente, si hoy podré decir quiero estar despierta y no en otro mundo paralelo. Pero llego a casa, cierro los ojos y me pregunto: ¿qué mundo seré capaz de alcanzar hoy?


La noche es eternaWhere stories live. Discover now