Efímera, hija de don Tiempo, era la siguiente sucesora del Reino Temperis. Su padre ya estaba mayor para seguir con el trono, padecía de varias dolencias como la impaciencia e impuntualidad, algo catastrófico para el Rey que controlaba el espacio-tiempo del universo, así que se decidió empezar los preparativos para que su primogénita subiera al trono lo antes posible. Por suerte, se predecía que la siguiente sucesora iba a ser digna de su cargo, puesto que Efímera era conocida por su talento para gestionar el tiempo y vivir el momento, dado que tenía muy interiorizado el tópico literario carpe diem, que ella misma había creado pero, no obstante, se ha atribuido falsamente a lo largo de la historia a Horacio, un poeta romano. Sin embargo, su padre estaba preocupado por el futuro del reino, no porque dudara de la capacidad de su hija, sino porque aún la consideraba demasiado joven para ocupar un puesto de tal complejidad. A pesar de sus dudas, no podía hacer nada debido a que el Reino Temperis requería de alguien que lo gobernara, o el universo se hundiría en el más profundo caos, así que decidió silenciar sus preocupaciones y confiar en que su hija asumiría sus responsabilidades debidamente.
Al principio de su cargo, fue instruida por su padre para que aprendiera a manejarlo y, como era una chica inteligente, aprendió rápidamente; haciendo entonces que las preocupaciones de su padre apaciguaran en su debido tiempo. Pero un día cualquiera, en la mejor época que había tenido el reino en mucho tiempo, Efímera cometió un grave error. Se obsesionó con la vida una chica que parecía tener un futuro bastante trágico, así que saber eso le condicionaba en parte a querer hacer algo por ella para poder evitarlo. Tras varios días de meditar largamente el modo en que debería actuar, y tras considerar todas las posibles soluciones para evitar la catástrofe, se decidió finalmente por saltar una de las normas más importantes de su cargo: acercarse a humanos e influir en ellos para cambiar el curso de sus vidas. Para bien o para mal, si había algo que no le faltaba a Efímera era la determinación, así que, sin comentárselo absolutamente a nadie, hizo lo que creía que debía hacer.
Sofía, era una chica normal de 19 años, tenía buenos amigos y una familia que la quería. En ese momento estaba volviendo a casa de su trabajo, cuando entonces un teléfono público empezó a sonar. A ella eso la extrañó, ¿quién llamaría a un teléfono público? se preguntaba. No le dio más importancia y siguió caminando, cuando al pasar por otro teléfono público, volvió a sonar. ¿Qué pasa hoy?, se preguntaba inquieta. Ni siquiera se había dado cuenta que de camino al trabajo, que son a penas 15 minutos andando, había teléfonos públicos, ni siquiera sabía que aún existían. ¿Quién los usa hoy en día?, se decía así misma mientras el teléfono seguía sonando y sonando. Había algo extraño en todo ello y, sin saber porqué, se decidió a cogerlo.
- ¿Alguna vez no has deseado poder controlar el tiempo? - preguntó misteriosamente Efímera.
- ¿Qué? ¿Quién eres? - dijo Sofía agitada.
- Una persona que quiere ayudarte, Sofía.
- ¿Ayudarme? ¿En qué? Espera, ¿Cómo sabes mi nombre? ¿Quién eres?
- Ya te lo he dicho, una persona que quiere ayudarte. Sé el futuro que te espera y creo que te gustaría cambiarlo.
- ¿Cómo puedes saber mi futuro? ¿Es una broma?
- No te estoy engañando, sólo quiero ayudarte. Sé que es un poco extraño y no me crees, pero sé que hacer para que me creas.
- ¿Cómo?
- Mira a tu izquierda. ¿Ves a esa señora mayor vestida de rojo que está allí?, dentro de poco va a ser atacada por un ladrón que intentará robarle el bolso y, en el forcejeo, la señora se caerá golpeándose en la cabeza. Ahora que lo sabes, ¿no te gustaría evitarlo? No tienes mucho tiempo, va a pasar en 10, 9, 8,..
- ¿Qué? Eso no puede ser verdad...
- Se te acaba el tiempo. 3, 2, 1,... - Y de repente, en un instante, atacaron a esa señora mayor tal y como Efímera había predicho. Sofía empezó a asustarse de verdad.
- ¿Quién eres? ¿Lo has hecho tú? ¿No habrás planeado todo esto para hacerme creer algo imposible, verdad? Controlar el tiempo, ver el futuro,... ¡No son más que mentiras!, llamaré a la policía y...
- ¿Llamar a la policía? - empezó a reírse Efímera -. ¿Cómo vas a llamar a la policía? Ni siquiera estás en una cabina de teléfono de verdad.
- ¿Cómo? ¡Deja de reírte de mí! - dijo enfurecida. Intentó salir de la cabina, cuando de repente se percató que sucedía algo extraño. Era la misma calle, pero a la vez no. La gente parecía una autómata, todos caminaban hacia la misma dirección, al mismo ritmo, con la misma expresión. Entonces, sin terminar de comprenderlo, se fijó que había alguien delante de ella que parecía no sobresaltarle la situación. Se quedó mirándola fijamente y, entonces, se percató que era la misma persona con la que hacía un instante estaba hablando. - ¿Dónde estoy? ¿Qué es esto? - preguntaba Sofía, mientras Efímera se acercaba, haciendo que todos los autómatas parasen.
- ¿Ahora me crees?
- ¿Quién eres? ¿Dónde estoy?
- Disculpa por no presentarme antes. Soy Efímera, la nueva sucesora del Reino Temperis, el reino que controla la dimensión espacio-temporal del universo, y he venido a salvarte.
- ¿Salvarme? ¿Salvarme de qué?
- Cómo te he dicho antes, sé que te pasará en el futuro. ¿Quieres que te lo explique?, podrías cambiar tu destino.
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La noche es eterna
FantasiaEsta novela cuenta la vida de una chica aparentemente normal, llamada Luna y de 17 años. Lo que sucede es que, como todo ser humano en algun momento de su vida, se siente perdida en el mundo, desorientada y en falta de una brújula que la guíe en su...