"Querés que vayamos a comer algo a algún lado?"
Una sonrisa se dibujó en mi cara apenas leí aquel mensaje de Paulo.
Hace un rato había vuelto de correr y ya se hizo la hora de almorzar, por lo tanto ese me pareció un excelente plan.
"Dale, avisame cuando vengas"
Le respondí y fui a darme una ducha. Estuve unos 15 minutos en el baño y salí para buscar ropa. Era bastante indecisa y más si se trataba de salir, pero supuse que era una salida simple y al final opté por un short negro con un top gris, además en la ciudad hacía demasiado calor a esta hora. Me puse perfume y en los pies me coloqué mis adidas superstar y agarré mi pequeña mochila negra para guardar plata y algunas otras cosas más.
A todo esto, ya eran las 12:45. Me tiré en el sillón para hacer tiempo y agarré mi celular. Tenía muchísimas notificaciones en casi todas mis redes sociales. En mis fotos de instagram pude ver nuevos comentarios y la mayoría eran de fans de Paulo. Algunos me insultaban, otros me decían cosas lindas. Seguí mirando otras cosas hasta que la pantalla se iluminó, indicando que tenía un nuevo mensaje.
"Estoy afuera"
De nuevo sonreí y me puse la mochila en la espalda. Cerré con llave la puerta del departamento y me subí en el ascensor para marcar el piso principal.
Cuando estuve en el ascensor, empecé a sentir un poquito de nervios. Me gusta estar con Paulo, me divierte mucho. No pensé que me iba a terminar agradando pasar tiempo con él.
Salí del edificio y ahí estaba su auto. Al verme, Paulo salió y caminó hasta donde yo me encontraba.
—¿Como estás?—me pregunta, dejando un beso en mi cachete.
—Todo bien, ¿vos?—le respondo mientras me abre la puerta.
—Me alegro mucho, yo bien—me sonríe y una vez que entramos los dos al auto empezó a manejar—. ¿Y como estuvo tu mañana?
—Estuvo buena, creo. Fui a correr un poco y en eso se basó. ¿Vos hiciste algo?
Me contó que se organizaba con algunas cosas de Italia, ya que en unos pocos días seguro se volvía por el club. Y si soy sincera, no tenía muchas ganas de que se fuera. Quería pasar un poco más de tiempo junto a él.
Dimos un par de vueltas por la ciudad hasta que decidimos ir a McDonald's, mi lugar preferido. Estacionó el auto y los dos bajamos.
Empezamos a caminar hasta la entrada y pude sentir que me tomó levemente del brazo. Miré para adelante y pude ver a unos cuantos periodistas delante nuestro. Después a él y tenía la mirada en el piso, supongo que tenía mucha experiencia con esto. Apenas entramos, me dio una sonrisa torcida y fuimos a hacer nuestros pedidos.
(...)
—¿Sabés en que estuve pensando?—escucho a Paulo, quien estaba mirando por la ventana de donde estábamos sentados, comiendo unas buenas hamburguesas.
—¿En qué?—le respondí, sonriendo.
—Ya sé que seguramente todo esto sea por trabajo, pero pasando algo más de tiempo con vos, me di cuenta de que estaría bueno que algún día vayas a verme jugar.
Apenas dijo eso, me quedé callada durante unos pocos minutos.
No me esperaba eso.
Y tengo que admitir que aquella propuesta me había hecho sentir muy bien.
