Fuerte.

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-Muchas gracias por traerme, Seungcheol. -Murmuró JiHoon con una tímida sonrisa. El más alto negó con su cabeza, metiendo sus manos en sus bolsillos.

-No es nada, JiHoon.

-¿No quisieras pasar a tomar una taza de café?

-Me encantaría. -Respondió el pelinegro con una sonrisa.

JiHoon volteó para abrir la puerta y entró primero.

-Con permiso. -Murmuró Seungcheol entrando.

La mirada del policía viajó por la sala e hizo una pequeña mueca. La noche era cálida, estaban en pleno verano, sin embargo aquel lugar era tan frío. Las cortinas estaban cerradas, bueno, JiHoon tampoco pasaba tanto tiempo en casa como para tener que correrlas; todo estaba ordenado, pero era todo tan... triste.

JiHoon dejó las llaves encima de una pequeña mesa y luego encendió la luz. Seungcheol dislumbró mejor la decoración, parecía un lugar tan hogareño con esos muebles de madera y esos sofás que combinaban.

-Estás en tu casa. -Dijo Jihoon dejando su maletín en el sofá. Luego caminó a lo que supuso era la cocina, dejando a Seungcheol solo en la sala.
-Gracias. -Murmuró mientras caminaba. El suelo de madera crujía leve bajo sus pies, se acercó a mirar con curiosidad las fotos que habían en la pared.
No pudo evitar soltar una risita al ver una foto de JiHoon cuando pequeño. Por el reflejo noto que en el mueble tras él habían muchas flores y velas apagadas. Volteó un poco extrañado y se acercó a aquel lugar. Miró la foto con detención, la conocía.
Era la foto de aquel policía que había fallecido, era la foto de Doyoon.
A un lado de aquella foto y entre los floreros y velas consumidas descansaba la placa del policía. Se estremeció un poco al saber que ahora él ocupaba ese rango.

-¿Pones azúcar al café? -Preguntó Jihoon volviendo a la sala, traía una bandeja la cual puso en la pequeña mesa de centro. Seungcheol se apartó rápido de aquel mueble, llamando la atención del más bajo.
-Yo... ah... sí, por favor. -Balbuceó el otro. Tenía curiosidad, Jihoon con un suspiro le indicó que se acercase.

Cuando ambos ya estuvieron sentados Seungcheol tomó su taza de café.

-JiHoon... ¿Cómo es que? -La seria mirada del rubio se posó en él estremeciéndole.- Bueno, no tienes que contarme, yo solo...
-Está bien. -Dijo el más bajo.- Fue un procedimiento, la verdad no recuerdo muy bien de qué fue. -Hizo una pausa bajando la mirada. Seungcheol tuvo que reprimir un quejido al quemarse la lengua con el café.- Llegó herido, yo estaba de turno... No pude hacer nada.

La apagada voz del más bajo hizo entender a Seungcheol que estaba hiriendo al otro al hacerle recordar. JiHoon mordió su labio tomando calor para continuar.

-Ese día me entregaron su placa y su uniforme. Son las cosas más preciadas que tengo.

Seungcheol se levantó y se puso en cuclillas frente al médico. Miró su rostro, los ojos del rubio estaban cristalizados, y era su culpa. Sin decir nada, tomó al contrario por los hombros y le acercó a él en un abrazo. JiHoon se tensó ante aquello, puso sus brazos en los hombros del otro chico pero no tenía la fuerza para apartarlo. No lo intentó siquiera, cerró sus ojos y dejó que algunas lágrimas cayeran.

-Eres muy fuerte, JiHoon. -Murmuró Seungcheol para consolarlo.

JiHoon no dijo nada, solo escondió su rostro en el cuello del pelinegro. Una vez se calmaron, bebieron el café escuchando anécdotas del policía las cuales le sacaron una que otra risa a JiHoon. Cuando se hizo muy tarde, Seungcheol partió.

MinGyu iba llegando tarde esa noche, Entró a la casa haciendo el menor ruido posible. Dejó sus llaves y su pistola en una de las mesitas.

-No me gusta que dejes eso ahí, MinGyu.

La voz grave de Wonwoo le hizo dar un pequeño saltito. Volteó encontrándose con esos afilados ojos y le sonrió un poco nervioso.

-Wonwoo, amor, qué sorpresa. No creí que estabas despierto.
-Tenía trabajo por hacer. -Respondió el otro señalando la mesa del comedor llena de libros y lápices por todas partes. MinGyu rió.
-Es hora de que descansemos. -Dijo el policía caminando hacia el otro chico y besó su frente. Wonwoo esbozó una pequeña sonrisa.
-Me encantaría... -Su sonrisa se borró de golpe, tal como aparecía. MinGyu frunció el ceño con un pequeño puchero.- No me mires así, tengo mucho por hacer.

MinGyu forzó una sonrisa y tras besar sus labios, fue a la habitación. Mientras subía las escaleras analizó mejor la situación.
Wonwoo no solía traer trabajo a casa, solo lo hacía cuando... ¿Entonces Wonwoo lo está evitando?
Bajo los peldaños que había subido y le hablo desde el inicio de la escala.

-Wonwoo.-El chico volteó.- Yo... amo... a ti... yo... -No entendía como la mirada de Wonwoo le hacía tan torpe.
El mayor al no entender Volvió la vista a su libro. -Ve a dormir, ya empiezas a balbucear y solo me desconcentra.

Derrotado, MinGyu volvió a subir la escalera. Debía pensar en un plan, y rápido.

-¡¿Donde está ese Niño?! -Decía Jun una y otra vez jalándose de los cabellos mientras caminaba como fiera enjaulada en el despacho de JiHoon.
-Aquí no está, así que fuera. -Gruñó el más bajo mientras firmaba unos permisos. El chino volteó.
-¿Te estas burlando de mi? -Cuestionó con fastidio, JiHoon respondió igual.
-¿No crees que tengo mejores cosas que hacer?
-¿Como salir con ese policía?

JiHoon intentó disimular como pudo el nerviosismo que aquello le provocó. Se acomodó en su asiento y cruzó sus manos encima de su escritorio.

-Si tienes problemas con Dino habla con él o con nuestros jefes. No creo que sea lo ideal que vengas a quejarte conmigo.

La puerta del despacho se abrió, Seungkwan se asomó por ella.

-Jun, JiHoon, a pabellón.
-¡Lo que me faltaba! -Exclamo Jun.- ¡Ir a Pabellón y Dino no está!
-De hecho... -Dijo Seungkwan abriendo la puerta por completo.- Es Dino quien está en el pabellón.

LOVE'S EMERGENCY. [JICHEOL]Where stories live. Discover now