Capítulo 3: ¿Aún me consideras un extraño?

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Viernes. Era mi último día de trabajo hasta el lunes, así que me puse una hoodie azul, unos jeans oscuros, unos vans color salmón, una bufanda del mismo color, un reloj de pulsera azul y dorado y mi chaqueta impermeable negra. Dejé un plato con leche en la sala para el gato y salí hacia el café. Por suerte, hoy no estaba lloviendo tanto, sólo caían unas pocas gotas de agua.
Al llegar, me coloqué detrás de la caja registradora y encendí la computadora, como siempre, para poner música. Atendí a todas las personas que se formaban y Maile, la chica del impermeable amarillo, intentó conversar conmigo de nuevo pero no lo logró. Pasaron las horas y al fin pude salir. Recogí todo y abrí la puerta de la calle cuando, de repente:

-Hola.-era Lex.

-¿Otra vez tú? En serio, voy a llamar a la policía y pedir una orden de restricción para mantenerte alejado.

-Sólo quería ver si querías ir a tomar algo conmigo.-sonrió.

-No.-contesté cortante.
-¿Por qué no?
-Porque no quiero y no me agradas.
-Wow, qué directa eres.-rió divertido.-Vamos, sólo quiero charlar contigo.
-Pero yo no, así que déjame en paz.
-Anda.-lo ignoré.-Aunque no me contestes, te seguiré.
Me encogí de hombros. Caminamos por un rato hasta que empezó a hacer ruiditos con la boca. Apreté los puños para mantenerme calmada y en silencio. Pasaron 3 minutos y Lex seguía sin callarse. Por fin, harta ya de él, abrí la boca.
-¿Si acepto, me dejarás sola?
Él asintió.
-Bien, vamos.-resignada, lo observé regocijarse por su triunfo.
-Genial, vamos a un restaurante que queda cerca.
Caminamos en silencio y cuando llegamos, él abrió la puerta y me cedió el paso.
-Gracias.-murmuré y entramos.
Nos sentamos en una mesa cerca de la ventana y de inmediato vino una mesera a atendernos.
-Hola Lex.
-Hola Mai.
Levanté la vista y vi a Maile.
-Oh, hola Farrah.-pareció sorprendida por mi presencia.
-Hola.
-Les dejaré las cartas, en un minuto vuelvo para anotar su orden.
Se marchó y nosotros observamos las cartas. Decidí ordenar una crepa de queso gouda con jamón serrano y una soda italiana de frambuesa.
-¿Están listos para ordenar?
-Sí, ¿Farrah?
-Yo quiero una crepa de queso gouda y una soda italiana de frambuesa.
-Ok, ¿Lex?
-Té helado de hierbabuena y sandwich de pavo.
-Muy bien.-sonrió y se fue.
-¿Y bien?-Lex se apoyó en la mesa y me miró.
-¿Qué?
-Cuéntame sobre ti.
-El trato era tomar algo contigo, no charlar contigo.
A él pareció divertirle mi respuesta porque soltó una carcajada. Fruncí el ceño y lo miré fulminante.
-Vamos Farrah, no seas antipática.
-No tengo ganas de hablar contigo.-solté.
-Pero yo sí.-miré a través de la ventana todos los autos pasar.-Bueno, entonces yo te hablaré sobre mí.
-No.
-Me llamo Lexinton Williams, tengo 19 años y trabajo en el hospital como paramédico. Me gusta el hockey y me mudé aquí cuando tenía 16 años. Tengo dos hermanas, una de 23 años y la otra de 16. La mayor se llama Jennifer y la menor es Lauren. Te toca.
Lo miré con cara seria y él hizo un gesto, incitándome a hablarle.
-No pienso hablarte sobre mi vida, eres un extraño que conozco hace 2 días.
Él se hizo el ofendido.
-¿Acabo de darte un informe sobre mi vida y tú aún me consideras un extraño? Hieres mis sentimientos pero como soy una buena persona, te contaré un poco más sobre mí.-la sonrisa regresó a sus labios de nuevo y se disponía a hablar, pero lo interrumpí.
-Si fueras una buena persona, cerrarías la boca ahora mismo.-farfullé.
-Shh.-me cubrió la boca con la mano y yo la aparté de un manotazo.-Me gusta el rock y algo de pop y R&B. Mi canción favorita en éste momento es Why Don't You Love Me de Hot Chelle Rae y mi artista favorito es Owl City. Ahora sí, es tu turno.
-No voy a hacer esto.-me levanté de mi asiento pero él me tomó la mano y me impidió irme.
-Dijiste que tomarías algo conmigo y aún no han traído la comida, así que no puedes escapar.
Bufé y me solté de su mano para volver a sentarme.
-Vamos.-insistió Lex.
-Bien.-hablé fastidiada.-Me llamo Farrah Holt, tengo 18 años y trabajo en Carrie's Coffee Shop. Me gusta el baile y vivo aquí desde los 14 años.-terminé y me quedé callada.
-¿Y ya? ¿Eso es todo lo que tenías para compartirme?-Lex frunció el ceño.
Maile llegó con nuestros pedidos, los dejó en la mesa y se marchó con un "Que lo disfruten".
-Es todo.-asentí.
-¿Y tu familia?
Diablos, Lexinton, no hables más.
-No quiero hablar sobre ellos.-apreté los dientes, gesto que él notó porque enseguida cambió de tema.
-Bueno, entonces háblame de tos gustos.
-Rock y pop. Mi canción favorita es About A Girl de The Summer Set y tengo muchos grupos favoritos. ¿Contento?
-Sí, con eso basta.
Para éste punto, casi habíamos terminado de comer y guardamos silencio hasta que nuestros platos y vasos estuvieron vacíos. Maile trajo la cuenta y cuando saqué mi dinero, Lex ya lo había pagado todo.
-¿Por qué hiciste eso?-reclamé.
-¿El qué?-inquirió, confundido.
-Yo puedo pagar mi comida sola.
-Pero yo te invité, así que yo pago.
-Pero...
-No.-me cortó él.
Bufé y me levanté.
-Bueno, me voy, terminó el trato. Gracias por la comida. Adiós.-y antes de que Lex pudiera decir algo, salí rápidamente de ahí. Ya no llovía así que pude andar con tranquilidad. Tenía ganas de ir al estudio, pero por desgracia no traía mi mochila para cambiarme. En vez de éso, me vi obligada a ir al supermercado porque la comida de mi alacena estaba terminándose.
Compré mis dulces y mi chatarra, ésos eran infaltables en el carrito de compras. También llevé comida, un par de platitos y varios juguetes para mi nueva mascota. Cuando todo lo que necesitaba se encontraba en el carrito, fui hasta la caja, pagué y me fui de ahí.
Al llegar a mi departamento, encontré al gatito en la alfombra y cuando me escuchó entrar, rápidamente corrió hasta mí y se puso a maullar.
-Hola bonita.-la saludé.
Sí, era una gatita. Guardé todo lo que había traído y luego saqué sus cosas. Dejé los juguetes en el piso y le serví comida y agua en los platitos de metal. Estaba aburrida así que preparé mi mochila, tomé a Ellie (así le había nombrado a mi mascota) y salí hacia el estudio. Llegué y subí al salón, la dejé a ella sentada en el piso y me cambié de ropa. Como siempre, conecté el celular y dejé que la música sonara a todo volúmen.
"My heart was stolen.
I said I, I got my heart stolen from a robber
With some high hills on, uh
There's nothing I could do,
I couldn't stop her from leading me on, yeah
It's a love robbery, it's a love robbery, it's a love robbery, yeah."
La voz de Kalin y Myles inundó el salón y yo comencé a hacer lo que mejor sabía: bailar.

Change Me ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora