Capítulo 2: ¿Por qué eres así?

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Narra Farrah:

A la mañana siguiente fue la misma rutina de siempre. Otra vez estaba lloviendo y tuve que caminar hasta el café bajo el aguacero. Ésta vez ya estaba abierto y la gente estaba comenzando a entrar, así que me apresuré a ponerme el uniforme y ocupar mi lugar tras el mostrador. La música sonaba a través de las numerosas y pequeñas bocinas repartidas por el local, el olor a café y chocolate flotaba en en ambiente.

-¡Hola!-una voz frente a mí me hizo sobresaltar.-Lo siento.-soltó una risita.

-Hola. ¿Qué deseas ordenar?-era la chica del impermeable amarillo de ayer, pero no recordaba su nombre.

-Un latte macchiato, por favor.

-Seguro, y tu nombre es...

-Wow, sí que tienes poca memoria. Me llamo Maile, ayer estuve aquí.

-Oh sí, ya recuerdo. Bueno tu pedido estará listo en 5 minutos.

-Gracias, umm...

-Farrah.

-Gracias, Farrah.-sonrió y se fue.

Atendí a dos personas más hasta que alguien volvió a saludarme.

-Hola.

-Hola, ¿qué deseas ordenar?

-Un capuccino, por favor.

-¿Tu nombre?

-Lex.-levanté la vista y vi de nuevo al chico de ayer.

-De acuerdo, tu pedido estará en 5 minutos.

Luego de un tiempo, vi que se acercaba de nuevo.

-Oye, sé que no te conozco, pero, ¿te gustaría ir a tomar algo conmigo cuando salgas?

-No puedo, tengo cosas que hacer.-respondí fría.

-Está bien, entonces te veré luego.-salió del local y yo nunca aparté la vista de la computadora.

Cuando al fin pude salir, el cielo parecía seguir cayéndose a pedazos. Bufé y me puse la capucha de mi chaqueta para ir de nuevo al estudio. Entré y subí hasta mi salón apartado. Me cambié con mi ropa de danza y conecté el teléfono para que la música empezara. Loyal de Chris Brown llenó mis oídos y me hizo moverme con el ritmo. Otra de las coreografías que había creado para mí misma. Luego salió Confident y As Long As You Love Me de Justin Bieber y yo aún no descansaba. El sudor recorría mi cuello, mi pecho y mi abdomen descubierto cuando comenzó Wiggle de Jason Derulo.

Cadillac, Cadillac, pop that trunk

Let's take a shot

Alley oops that dunk

Tired of forking that 9 to 5

Oh baby let me come and change your life

Hot damn it

Your booty lights two planets

Go head, and go ham sandwich

Woah

I can't stand it

Meneaba mis caderas mientras me agachaba, luego me incorporaba y hacía lo mismo. Cuando la canción terminó, alguien irrumpió en el salón y yo ahogué un grito de susto.

-Wow, bailas genial.-era Lex, el chico del café.

-¿¡Pero qué mierda te ocurre!?-exclamé alterada y asustada.

-¿Qué?

-¿¡Qué haces aquí!?

-Te seguí.-contestó sin inmutarse por mis gritos.

-Vete, no te conozco y no quiero que estés aquí.

-Pero puedo quedarme, es un lugar público y no es de tu propiedad.-parecía un bebé.

-Entonces me voy yo.-recogí mis cosas y no me molesté en cambiarme de ropa, sólo me puse la chamarra y salí del aula.

Como era de esperarse, Lex me siguió escalera abajo.

-¿Por qué eres así?

No le contesté. Tal vez si lo ignoraba, se aburriría y me dejaría en paz.

-¿Farrah?

Silencio.

-Bueno, si no me quieres decir, lo averiguaré sólo.-se encogió de hombros y caminó junto a mí por la acera.

Los autos pasaban a nuestro lado y la lluvia caía en el piso, salpicando mis zapatillas de baile. Demonios, ojalá me hubiera puesto mi ropa abrigada antes de salir del estudio. Lex aún se encontraba a mi costado, sin decir una sola palabra.

-¿Vas a seguirme hasta mi casa?

-Ajá.

-Llamaré a la policía.-hice ademán de sacar mi teléfono y él me detuvo.

-¿Les dirás que estoy caminando junto a tí en la calle?-preguntó con sorna.

-Idiota.-me solté de él y seguí avanzando.

-¿Por qué tratas así a las personas, Farrah?

-Porque eres un maldito acosador que me estuvo siguiendo todo el día.-farfullé.

-Sólo fui a tomar algo al café y después te seguí al estudio. Eso no es ser un acosador.

-Sólo déjame en paz.-lo corté.

-A eso me refiero. No es que te conozca ni nada pero, he visto tu forma de ser con los demás. Hace mucho tiempo que todos los días voy a la cafetería y siempre estás callada. No saludas a los clientes de manera cálida, ni siquiera los volteas a ver. Tampoco te relacionas con tus compañero de trabajo y eso es muy extraño. ¿Por qué lo haces?

-Yo no tengo por qué explicarte nada, ahora déjame sola o te juro que llamaré a la policía.-dicho ésto, entré a mi edificio y le cerré la puerta en la cara. Entré en el elevador y por fin llegué a mi departamento.

Narra Lex:

Farrah se molestó y cerró la puerta con brusquedad. Sonreí divertido y me fui. ¿Por qué hacía ésto? ¿Por qué quería saber más de ella? Ella me había dejado claro que no tenía ganas de conocerme ni de que la conociera a ella. Sin embargo, no podía evitar sentir curiosidad y un poco de atracción hacia ella. Farrah emanaba frialdad, soledad y misterio y yo quería descubrir sus secretos.

Narra Farrah:

Cuando al fin estuve refugiada entre las mantas de mi cama con el pelo húmedo a causa de mi reciente ducha, encendí la televisión y busqué alguna serie entretenida en Netflix. Once Upon A Time parecía interesante, así que le di clic y comencé a verla. Iba en el capítulo 5 cuando me dio hambre y me vi obligada a levantarme para buscar algo de comida.

Cuando mis pies desnudos hicieron contacto con la madera fría del suelo, un escalofrío me recorrió. Entré a la pequeña cocina y abrí la alacena para sacar una bolsa de Cheetos cuando un sonido me hizo quedarme quieta. Agucé el oído y lo volví a escuchar.

Era un suave maullido, casi imperceptible gracias al sonido de la lluvia. Me acerqué a la ventana de la cocina y divisé a un pequeño gatito gris con franjas más oscuras y ojos verdes. Estaba mojado e intentaba ocultarse del frío y las gotas de agua acurucándose en el alféizar de la ventana. Sin pensarlo dos veces, abrí la ventana y lo tomé entre mis manos. La criatura volvió a maullar y noté que estaba temblando. Lo llevé al baño y lo coloqué en el lavabo para bañarlo, ya que no sabía si estaba sucio o tenía pulgas. Dejé que el agua tibia lo mojara y lo lavé con algo de mi shampoo, mientras que el gato no paraba de maullar. Terminé y tomé una toalla de manos limpia para secarlo y que no le volviera a dar frío. Luego de ésto lo llevé a la mi habitación y fui a la cocina por un platito de leche y mis Cheetos, por supuesto. Deposité el tazón en la la alfombra de mi cuarto y el animalito se acercó rápidamente a él. Sonreí complacida y volví a mi lugar anterior para seguir mirando la televisión.

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