Cap 5

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El ambiente en este lugar era mucho más decadente. Todo era en tonos rojos y negros y habían butacas y sillones adecuados por todo el lugar, no había pista de baile, aunque sí una barra, sin embargo eso era lo de menos, el lugar tenía una especie de enrejado en el techo de cual colgaban algunas cadenas que finalizaban en un juego de esposas, había una especie de x de madera a un costado igualmente con esposas en cada extremo, un banco de forma extraña y varias vitrinas repartidas por el lugar con una especie de látigos y objetos extraños que nunca antes había visto. Sentía que me iba a desmayar de la impresión, jamás me imaginé que existieran sitios como éste. El aire entraba con dificultad por mis pulmones, las personas aquí actuaban naturalmente, parecía como si todo esto fuera de lo más normal. Habían varias personas que parecían a punto de hacerlo en esta misma sala, tocándose indisimuladamente, varias chicas estaban casi desnudas y arrodilladas a los pies de algún sujeto que sostenía una cadena atada a un collar en los cuellos de éstas. Parecían estatuas sin mover ni un milímetro su cuerpo, todo esto era una locura. Pero lo que me llevó casi al borde del colapso fue ver cómo de repente un sujeto tomó a una de las chicas, la esposo a una de las tantas cadenas dispuestas por el techo del lugar y le sacó el sujetador y las bragas, dejándola desnuda por completo en frente de todos, quienes presenciaron el espectáculo con cierto interés. El rubor en mi cara debía ser evidente, jamás había visto a nadie más sin ropa. Luego se encaminó a una de las vitrinas y tomó una fusta, como las que se utilizan para adiestrar a los caballos y regreso con ésta en sus manos a donde se encontraba la chica. Ella lo observó con un brillo en sus ojos, que parecía una mezcla entre miedo y deseo, era realmente extraño todo lo que estaba viendo y sin embargo la curiosidad me inundaba y no podía dejar de ver la escena. Recorrió el cuerpo de la chica, desde sus senos que al instante provocó que sus pezones se endurecieran con el contacto de la fusta, hasta su intimidad, la cual rozó con más detenimiento robando un gemido de la chica. Dios, sentía calor, mucho calor, jamás me había sentido así. Era solo yo o la temperatura había subido varios grados?

De repente el sujeto estampó la fusta en el trasero de la chica haciendo que ella soltara un leve quejido, que más que dolerle parecía que le había gustado, y así continuó en diferentes partes de su cuerpo, azotando piernas, abdomen, trasero, senos y su intimidad intercaladamente, haciéndola llorar y gemir a la vez. No podía creer lo que veía y menos lo que eso me estaba provocando, sentía una incomodidad entre mis piernas y la necesidad de apretar los muslos para que desapareciera, sentía que la sangre me hervía y escalofríos recorrieron mi piel cuando ví a la chica gemir incontrolablemente con el último golpe acestado en su punto sensible. El hombre la besó con delicadeza y luego la desató cuidadosamente y la llevo hacía una de las butacas.

Sentía el pulso acelerado por todas las sensaciones que me invadían. Y cuando el señor Hale posicionó una mano en mi espalda pegue un saltó por la corriente que su cercanía me provocó.

-Estás bien? Dijo con el ceño fruncido

-Creo que sí, dije agitada

- Ven, tenemos que hablar, dijo tomando mi mano y dirigiéndose a las puertas de un ascensor que no había visto.

Dentro del pequeño espacio del ascensor sentía que el ambiente estaba tan cargado que las piernas me temblaban ante la espectacion de lo que podía suceder y de lo que podía encontrar al salir. Por alguna razón mi cuerpo había reaccionado a lo que había visto y ahora sentía la necesidad de... De qué? No sabía, porque tampoco era como si conociera esas sensaciones. Yo estaba más pura y virgen que la mismísima monja del orfanato en el que crecí, que no sabía definir lo que realmente me estaba pasando, ni siquiera había sido besada debidamente en la vida a mis 22 años, así que era bastante difícil la situación en la que me encontraba.

Cuando salimos de ahí nos encontramos en un pasillo con varias puertas a lo largo. Hale tomó mi mano y se dirigió a la última puerta del pasillo, la cuál abrió con una llave que sacó de su bolsillo. Al abrir la puerta por completo me dejó pasar primero, quizás asegurándose que no saliera huyendo antes de tiempo. El lugar estaba oscuro y cuando él cerró la puerta encendió las luces dejándome nuevamente impresionada y con el pulso a mil por hora. Era una especie de habitación en la que se encontraba una enorme cama con dosel con postes en las esquinas en los que habían argollas a lo largo de estos, luego una especie de sillón con forma extraña, vitrinas repletas de diferentes objetos al igual que la sala de abajo, un estante con látigos y fustas, una especie de silla como las de los consultorios ginecológicos, una x con esposas en los extremos, enrejado con cadenas colgando, un banco muy alto y largo con argollas en las patas y una cómoda. Todo parecía irreal, no podía creer lo que veía, ni que hacía aquí todavía. Esto no era normal y no sabía que quería este tipo de mí, aunque recordando lo que ví hace un momento podía imaginarlo. Me gire abruptamente encontrándolo muy cerca de mí y observándome con cautela.

- Qué es esto?, Pregunté asustada

-Este es mi cuarto de juegos en el club, dijo tranquilamente

-Ju-juegos?

-Así es Alishea, aquí pongo en práctica mí estilo de vida. Soy un dominante y lo que viste abajo es una muestra de lo que aquí se hace y de lo que a mí me gusta hacer, explicó

-Por qué me llamó? Dije nerviosa, yo no tenía idea de lo que era éste club y de haberlo sabido jamás habría dejado mi hoja de vida

-Mi última sumisa terminó nuestro contrato y necesito una nueva, ví tu hoja de vida entre las aplicantes, por eso estás aquí

-Y-yo no sabía que era éste lugar, dije alterada, -Pregunté por un empleo y me dijeron que dejará mis datos, no pensé que...

-Este no es un trabajo Alishea, esto es algo voluntario, debió haber una confusión, dijo con el ceño fruncido

-Si, debió ser eso, yo lo siento, pero creo que no tengo nada más que hacer aquí habiendo aclarado la situación, dije apresurada e intentando pasar por su lado y llegar a la salida, pero el me tomó del brazo y me giró para que lo viera.

-Espera, ordenó seriamente y mi cuerpo se quedó estático a su orden, obedeciendo su voluntad. -Supongo que necesitas un empleo, tengo una propuesta para ti. Puedo darte un empleo normal en la sede de mi empresa en ésta ciudad y pagarte bien por ello, con la condición de que seas mi sumisa a partir de hoy y por un plazo de seis meses, al finalizar el plazo puedes continuar trabajando en mi empresa si así lo deseas, dijo con un brillo oscuro en la mirada.

Dios santo! En verdad necesitaba un empleo y al parecer ésta era la única oferta que tenía, pero no estaba segura de dejar que hiciera conmigo lo mismo que había visto allá abajo. Yo no tenía experiencia alguna ni trabajando en una empresa y mucho menos en el ámbito de las relaciones sexuales, además tendría que hacer todo lo que él me pidiera. Mi cuerpo se estremecía con su sola presencia y me traicionaba provocando sensaciones que me hacían plantearme aceptar su indecente propuesta.

-Aceptas entonces pequeña?

-Y-yo... Mierda, sí que es intimidante, y aún así siento un enorme cosquilleo cada vez que está cerca de mí. Si acepto estaré a su merced, pero no tengo más opciones, mañana estaré en la calle de no aceptar su propuesta.

-Necesito q respondas Alishea, mi paciencia se agota, dijo en un tono demandante. -Si o No?

-Si, respondí con los nervios a flor de piel y sin saber absolutamente donde me había metido y todo le que me esperaba.

Bittersweet SubmissionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora