Cap 27

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Pov. Ethan

¿Cómo se había atrevido a levantarse de la mesa e irse sin esperar una respuesta de mi parte? ¿Que demonios está haciendo esta chiquilla conmigo? Creo que me estoy ablandando demasiado con ella y eso no puede seguir así. Es solo que, verla tan frágil me hace ser más suave con ella. Ninguna de mis anteriores sumisas habría osado hacer lo que ella ha hecho esta noche, porque sabían que acabarían muy mal. Probablemente habrían obtenido como mínimo una treintena de latigazos o las habría atado y golpeado con una vara hasta dejar completamente rojo su trasero. Sin embargo debo recordarme constantemente que Alishea nunca a sido una sumisa y que no ha tenido ningún entrenamiento, así que desconoce por completo que tan lejos puede llegar un castigo por su desobediencia. Respiro profundamente intentando calmarme y no ir tras de ella a amarrarla y castigarla como deseo. No es el momento adecuado, aún estoy muy molesto por su comportamiento de esta tarde con Smith y terminaría por desquitarme de más con ella, la castigaría sí, pero no en este momento. No sé porque me jodió tanto verla cerca de él y observar como éste trataba de persuadirla para llevarla a cenar. Conozco muy bien a Smith, es un tipo que no se conforma con algo tan simple y además lo he visto tratando de intimidar a sus acompañantes para que accedan a lo que él quiere, no es alguien de fiar. Y Alishea es demasiado ingenua en esos temas, no podía permitir que algo pudiera pasarle, ella es mi responsabilidad.

Anoche, cuando me pidió quedarme con ella, estuve muy tentado a hacerlo. Verla dormir está siendo muy adictivo para mí, pero debo tener presente que ella solo es mí sumisa, no pretendo nada más con ella. Las relaciones amorosas no están hechas para mí y aunque ví la decepción en sus ojos es algo que tendrá que aprender.

Todas las mujeres son iguales y terminan por ser frías y calculadoras, lo único que les interesa es el dinero. Así que una relación de amo/sumisa es lo único que puedo buscar en una mujer y Alishea no es la excepción.

Luego de un par de minutos creo que estoy más tranquilo, así que subo las gradas y me dirijo hacia su habitación, deseo que tenga claro que si vuelve a hacer lo mismo su castigo será muy severo, ella debe de tener claro que yo soy su amo y me debe respeto.

Entro en su habitación y no la veo, pero se escucha el agua caer en el baño, así que supongo que es ahí donde se encuentra. La idea de tomarla en el baño cruza por mí mente y no lo pienso demasiado y comienzo a quitarme la ropa mientras avanzo hacia ahí. Abro la puerta si hacer ruido y la veo de espaldas, está enjabonando su cuerpo con la esponja y yo estoy completamente duro de verla así. Me acerco sigilosamente y la abrazo por la espalda haciendo que se sobresalte.

-Shh... Tranquila, soy yo, le digo para que se relaje

-Señor Hale, ¿Qué hace aquí?, pregunta con la respiración agitada.

Siempre me había gustado que mis sumisas se dirigieran a mí como "Señor" o "amo", pero desde ayer que Alishea lo ha estado haciendo me resulta un tanto desagradable. Me encanta como suena mi nombre en sus labios y el día de su primera vez cuando grito mi nombre fue absolutamente exitante. Pero debo recordar que es una forma de demostrar respeto, sumisión y obediencia de su parte y permitirle llamarme por mi nombre sería darle demasiada confianza o hacer que cree falsas expectativas.

-Quería hablar contigo, respondo cerca de su oído. -Espero que sea la última vez que te levantas así de la mesa y sin esperar respuesta de mi parte, digo mientras mi mano recorre su abdomen hasta llegar a su sexo. -Por qué si vuelve a suceder, créeme que no podrás ni sentarte al día siguiente. ¿Quedó claro?, pregunto mientras comienzo a trazar círculos sobre su clitoris.

-Ahh... Gime al sentir como juego con su pequeño botón, pero no responde, así que aumento la velocidad y vuelvo a preguntar.

-¿Quedó claro Alishea?

-S-sí... Sí señor, dice soltando un suspiro

-Muy bien, respondo mientras deslizo mis dedos hasta su hendidura e introduzco dos poco a poco. Ella está muy mojada y eso me exita aún más. Es una chica muy sensible. Con mi otra mano estrujo su pecho y presiono su rosado pezon entre mis dedos y ella responde con pequeños gemidos y dejando caer su cabeza sobre mi hombro.

Todo el enojo que sentía se ha evaporado completamente y ahora lo único que deseo es verla gemir y suplicar que la haga mía. Dejo de tocarla y la giro para buscar sus labios y juntarlos con los míos. Sus besos son exquisitos, sus labios son del tamaño perfecto, muy suaves y el color rojo que adquieren cuando los beso me encanta. La beso ferozmente y ella responde con la misma intensidad tratando de seguir mi ritmo. Es fantástica. La aprisiono contra la pared de la ducha y la tomó en mis brazos, haciendo que enrolle sus piernas al rededor de mi torso. No puedo contenerme más, quiero hacerla mía en éste instante. Tomo mi ereccion y la dirijo hacia su vagina, la rozo contra sus labios y ella gime en respuesta. Sin previo aviso me introduzco en su interior y ella grita y presiona mi brazo mientras respira agitadamente.

-¿Estás bien?, pregunto para asegurarme de no haberle hecho daño

-Sí, responde asintiendo. Y es todo lo que necesito para comenzar a moverme rápidamente. Ella es tan estrecha y tan caliente que siento que pueda perder el control por momentos. Sus gemidos tampoco ayudan, cada vez que la escucho el calor aumenta considerablemente. Dirijo mi mano hacia su clitoris y con mi pulgar comienzo a trazar círculos, los cuales provocan que sus piernas comiencen a temblar

-Ahh... Dios, dice respirando agitada. Está a punto de venirse, puedo sentirlo.

-¿Te gusta Alishea?, pregunto con voz ronca, definitivamente me tiene muy exitado tenerla así.

-Mmm... Sí, sí señor, contesta en un suspiro.

Dios, se ve tan sexy así de exitada. Es una delicia poder contemplarla así.

-Correte pequeña, correte para mí, ordenó e inmediatamente ella grita y cierra los ojos, mientras siento como sus músculos vaginales se contraen, lo cual se siente absolutamente increíble y logra que yo me corra también.

Cuando nuestra respiración se normaliza salgo despacio de ella, la bajo y me aseguro que se pueda sostener en pie. Ella me mira unos segundos con sus hermosos ojos grises y luego baja la mirada. Yo tomo su mentón y lo levanto para que me vea. Tiene unos ojos preciosos, que transmiten mucho con su mirada. Sin embargo en este momento no puedo descifrar lo que veo.

-¿Estás bien?, preguntó para asegurarme

-Si señor, responde simplemente.

-Bien, te dejo para que termines de ducharte. Digo obligándome a alejarme de ella y salir de ahí.

Si sigo así esa chica terminará por ablandarme y eso es algo que no voy a dejar que suceda. Salgo de la ducha, enrrollo una toalla en mi cintura y no vuelvo a mirar atrás, a pesar de que lo deseo.

Bittersweet SubmissionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora