Pov. Ethan
Esa chica le estaba dando un vuelco a mi vida. Nunca antes había tomado a ninguna mujer de la mano frente a mis empleados, o en público. Pero simplemente sentir la suavidad de su tacto y su pequeña mano entre la mía hacían que lo hiciera inconcientemente. Y verla enfundada en ese vestido entallado simplemente me generaba ganas de marcarla como mía y demostrarle a todo el mundo a quien le pertenecía. Definitivamente me estaba volviendo blando junto a ella, y apenas llevaba un día cerca de mí. Y qué decir de acceder a decir que somos "novios" ante todos tan fácilmente, antes ni siquiera lo hubiese pensado, pero la realidad es que no me disgustaba, me gustaba pensar que todos sabrían que era mía.
Cuando la encontré a punto de ser violada en ese sucio callejón, sentí un inmenso enojo y no pude contenerme de romperle por completo la cara al tipo que estaba sobre ella, mientras Hunter se encargaba de los otros dos, verla en esa cama de hospital luego del ataque que sufrió me había generado la necesidad de velar por ella hasta verla bien. Afortunadamente no había pasado a más. Cuando la ví despertar y ver sus hermosos ojos grises, quedé hipnotizado, sin embargo me dije a mí mismo que no podía relacionarme con ella, que se veía muy frágil y no podía formar parte de mí mundo. Pero cuando encontré sus datos en el club, sin pensarlo pedí que la llamarán para poder entrevistarla. Sentía deseos por poseer a esa pequeña chica de mirada inocente. Y sí sus datos estaban ahí significaba que conocía éste mundo, pero vaya que estaba equivocado y cuánto. Ella no sabía absolutamente nada de nada, era virgen por Dios! Cómo era eso posible a sus 22 años y con el ardiente cuerpo que tenía. Sin embargo no quería dejarla ir, no podía dejarla ir. Quería hacerla mía y verla enloquecer bajo mis brazos, pervertir cada parte de su precioso ser y marcarla como mía, someterla a mis deseos más oscuros y azotar ese precioso culo que se cargaba. Sin embargo ella parecía decidida a irse de inmediato al ver en donde se había metido, así que decidí jugar mi última carta, le ofrecí empleo a cambio de ser mí sumisa, sabía que estaba sola y seguramente necesitaba el empleo y yo necesitaba una asistente y una nueva sumisa, así que ambos ganábamos, yo por partida doble. Acepto con pánico plasmado en su mirada al sentirse presionada por mí y me sentí jodidamente feliz en ese instante.
Escucharla gemir era la misma gloria, me ponía duro de solo recordarlo, y su boca era exquisitamente deliciosa. Verla atada e indefensa despertaba mis más bajos instintos, pero tenía que ir despacio, así que decidí simplemente tocarla para hacerla venir por primera vez, y escuchar sus excitantes gemidos al tener su primer orgasmo casi logra hacerme correr sin siquiera tocarme. Era simplemente glorioso.
Necesitaba que firmara ese contrato, y lo iba a lograr a toda costa. Le exigí vivir en mi casa y su negativa casi me hace perder el control. Y que decir de escuchar mi nombre de sus labios, me había encantado, pero no podía permitir esas confianzas, yo solo quería follarla de todas las formas posibles, no esas mierdas de amor y sentimientos absurdos, así que decidí aclararselo de inmediato.
Cuando por fin firmo el contrato me sentí jodidamente feliz, por fin la iba a tener donde quería, la iba a follar hasta el cansancio, pero debía ir despacio. Además necesitaba que se hiciera el chequeo y los análisis y conseguir un anticonceptivo, eso era primordial.
Me preocupaba su salud, saber que tenía anemia, leve, pero anemia al fin, me disgustaba, y sumándole su problema de asma, era para tenerla bajo vigilancia y controlar su alimentación.
Verla agotada luego del recorrido en la empresa me hizo pensar en su salud nuevamente, así que decidí que era mejor irnos para que descansara un rato, pues de ésta noche no pasaba en hacerla mía. En el camino se quedó dormida sobre mi brazo y verla así me generaba sentimientos extraños que no conocía. Pasamos por una farmacia por las píldoras y luego llegamos a casa rápidamente. Me dió pesar tener que despertarla, pero quería que cenara antes de poder intentar algo con ella.
Tenía altas espectativas de ésta noche...
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Bittersweet Submission
Romance-Aceptas entonces pequeña? -Y-yo... Mierda, sí que es intimidante, y aún así siento un enorme cosquilleo cada vez que está cerca de mí. Si acepto estaré a su merced, pero no tengo más opciones, mañana estaré en la calle de no aceptar su propuesta. ...