Observándote dormir en una camilla de hospital, respirando tranquilamente con aparatos a tu alrededor que te mantienen con vida. Tu rostro se ve demacrado, aun así, estas muy hermoso, tu piel está más pálida y fría, pero si la toco, sigue conservando su suavidad. Has dormido por dos años, en pocos días será tu cumpleaños. Te traeré un gran ramo de tus rosas favoritas y una caja de chocolates, recuerdo que, en una ocasión, me dijiste que el chocolate te encantaba.
Perdóname, perdóname, por favor.
Hace dos años, la casa de Kenny fue revisada por los policías y encontraron una pequeña mano tirada en el suelo, esta pertenecía a un bebé, nuestra cachorra que fue asesinada cruelmente.
No pudimos conocerla, lo siento, enserio lo siento.
Cuando fuiste hospitalizado, me dijeron que aquellos infelices te extirparon la matriz, dejándote estéril, sin tener la oportunidad de volver a tener un bebé propio, pero eso no me importa, si lo deseas, p-podemos adoptar uno, me he divorciado de Isabel, la persona que te dejó en manos de Kenny, ella fue quien mando a esos hombres y te sacaron de la casa de tu padre en contra de tu voluntad.
Tengo un hijo de dos años que te ve como si fueses su propia madre, te quiere mucho, lo llevó conmigo al hospital de vez en cuando y, siempre te abraza cuando te ve y te llena la cara de besos esperando que despiertes. Sé que él no es nada para ti, ni siquiera un pariente lejano, pero te quiere, fuiste la primera persona a la que llamó mamá, ni siquiera le dice de esa forma a Isabel, a quien le tiene miedo y llora cuando intenta cargarlo.
Me incliné hacia tu rostro, admiré tus delicadas facciones por un momento desde cerca, acaricié tu mejilla con delicadeza, con el miedo latente de romperte, después acerqué mis labios a los tuyos y los uní lentamente, disfrutando del contacto entre ambos.
- ¿no dijiste que una vez que lo tuvieras frente a tí, lo matarías? - me separé de Eren y fruncí el ceño en dirección a la puerta, donde Mikasa observaba todo de brazos cruzados- oh, no me digas que los estas matando a besos- unió sus manos pegándolas a su pecho, fingiendo estar conmovida por la escena. Después bajó sus brazos he hizo una mueca de asco- deberías ir a tu casa y bañarte, apestas como un contenedor de basura orgánica.
-lárgate y no molestes- dejé de mirarla para observar a Eren y acariciar su cabello que se seguía manteniéndose suave.
-solo traje a tu hijo, se puso a llorar porque quería ver a su "mamá"- no me había percatado, pero Rivaille estaba abrazado al pie de Mikasa, cuando vio la camilla, se acercó con una sonrisa infantil hasta mí, suplicándome con la mirada para que lo subiera con Eren.
-tks...- chasqueé la lengua. Aún no me acostumbraba al chiquillo, sé que es mi hijo, pero no le tenía el cariño de uno, sin embargo, cuidaba de él. No lo veía como mi primogénito, lo veía más como una responsabilidad que debía cuidar.
Desde mi lugar pude ver como Rivaille besaba la mejilla izquierda de Eren y después se recostaba, rodeándolo con una de sus manos y pies, bostezó un poco y cerró sus ojos para dormir. Solo con él dormía cómodamente. Lo único que hice fue observar a Eren detenidamente.
Mi corazón dio un vuelco cuando vi sorprendido como su dedo meñique apenas se movía. Mikasa se miró extrañada, supongo que no todos los días me ven con una sonrisa sincera en el rostro.
- ¿Qué te sucede, enano de mierda?
-solo caya y observa- apunté a su dedo. Ella miró sorprendida y después salió corriendo a llamar a un doctor, la muy imbécil olvidó que había un botón especial aquí dentro.
Sus demás dedos comenzaron a moverse con dificultad, tomé su mano y él pareció soltar un suspiro cansado. Su parpado se apretó con fuerza, mientras el otro estaba cubierto con un parche oscuro. Abrió lentamente su ojo, mostrando un orbe de un color verde opaco que me dolió en el alma. Miró las paredes, moviendo su cabeza con lentitud, su mirada permanecía neutra, sin vida, cansada. De un momento a otro se detuvo en mí, parecía estar en trance, sin reconocer nada. Alzó ambas manos, temblando mucho cuando se encontraban en el aire, estaba muy débil, muy delgado, había perdido mucho peso en todo este tiempo. Al tocar su vientre, sus ojos se llenaron de lágrimas que rápidamente comenzaron a escurrir por su rostro, sus labios temblaron, comenzando a sollozar.
-...mi b...bebita...-su ojo se achicó y sus manos apretaron débilmente la sabana de hospital que lo cubría-...n-no...ella no... m..i... princesa no...- los latidos de su corazón comenzaron a acelerarse, podía darme cuenta con facilidad por aquel aparato que medía su pulso. Me alarmé cuando se quitó con brusquedad la intravenosa y la mascarilla que lo ayudaba a respirar, despertando al chiquillo en el acto, quien se llenó de una gran felicidad al verlo despierto.
- ¡mami!
Eren lo observó por un momento, analizándolo poco a poco, con un brillo especial en su ojo bueno, como si esperará que ese pequeño fuese suyo. Pronto su ceño se frunció lentamente, sus dientes se apretaron con fuerza al igual que sus puños -tú...- dijo con ira y dolor. Me levanté de mi asiento y bajé a Rivaille de la camilla cuando vi que planeaba lanzarse a los brazos del castaño, quien liberaba un olor picante que raspaba mi garganta, un aroma de enojo puro- ¡tú no eres mi hija!, ¡mi niña está muerta!, ¡¡la mataron frente a mis ojos!!, ¡¡no tienes el derecho de llamarme madre cuando no eres nada para mí!!, ¡¡¡largo de mi vista!!!, ¡¡¡LARGOOOO!!!- los latidos de su corazón sonaban demasiado rápido, su respiración se volvió errática y sus uñas comenzaron a clavarse en su rostro y arrancarse tiritas de su pálida piel- ¡¡¡LARGO DE AQUIII!!!- el niño estaba tan asustado que sus piernas comenzaron a temblar, sus ojos se humedecieron y se hiso pipí encima, después comenzó a llorar con fuerza pronunciando con dolor "mami"- ¡¡¡NO ME LLAMES ASÍ!!!, ¡¡¡NO ERES MI NIÑA!!!, ¡¡¡LARGO DE AQUÍ!!!, ¡¡¡LARGO DE AQUÍ!!!, ¡¡¡LARGO DE AQUIIIII!!!
Los doctores entraron alarmados por los gritos. De inmediato se acercaron al castaño, quien retrocedió asustado pegándose a la pared y gritando que se alejaran de él o los mataría a todos. Los hombres sacaron una jeringa con un líquido dentro, dos de ellos tomaron a Eren para poder inyectarlo en la vena de su brazo. Pronto sus gritos fueron bajando de intensidad hasta que ningún ruido salió por sus labios, el omega había sido sedado para que dejara de lastimarse o lastimar a alguien más.
Yo no sabía qué hacer, solo estaba inmóvil, mirando el rostro ahora calmado del castaño, mientras los medico lo acomodaban en la camilla, le ponían la intravenosa nuevamente y su mascarilla. Me sentía horrible por lo que había presenciado, ni siquiera el llanto de mi hijo me hacía reaccionar, estaba paralizado, recordando todo el daño que le había hecho a ese chiquillo de ojos verdes, desde que lo conocí le mentí, diciendo que lo amaba y lo protegería cuando fue todo lo contrario.
El sufrió, y sufrió mucho.
Soportó maltratos y violaciones constantes al lado de su madre que lo vendió con mi maldito padre.
Vivió mentiras tras mentiras junto a mí, diciéndole que lo amaba y que era el único en mi vida.
Sufrió traiciones, pues me acosté con Isabel en la misma cama que compartía con él, lugar donde le juré un futuro inexistente a mi lado, como mi esposa y madre de mis cachorros.
Fue abusado sexualmente por la persona que creyó lo amaba con todo su corazón y que cuidaría de él.
Fue secuestrado por Isabel, la que lo entregó a mi padre, quien se encargó de que todos los sirvientes de su mansión violaran a Eren con siete meses de gestación.
Perdió a una cachorra y fue testigo de su asesinato. Observando sin poder hacer nada más que gritar y suplicar por la vida de la pequeña, retorciéndose al ver como nuestra pequeña era partida en pedazos y después la molian, para, cruelmente, dársela de beber con un embudo.
Resistió los golpes que esos malditos alfas le propinaban cuando intentaba resistirse de los actos sexuales.
Soportó quemaduras en todo su cuerpo.
Le arrancaron la matriz para fuese infeliz por el resto de su vida al no poder concebir, y le arrancaron un ojo por mero gusto.
También quedó en coma por dos años en una operación urgente.
Todo eso lo vivió un omega que está por cumplir sus 18 años de edad.
[Corregido]
GRACIAS POR LEER ♥
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I Hate My Life
Ngẫu nhiênEren Jeager es un omega que a pasado por mucho a pesar de su corta edad. Su vida a sido una miseria desde el día en el que se dieron cuenta de su existencia, pues al haber sido concebido por una violación, su madre lo odia a tal grado de intentar as...