ᴛʀᴏᴜʙʟᴇ ɪ'ᴍ ɪɴ

¿Realidad, o una simple ilusión?

Hello, bitches. ¡Estoy de regreso!

Si, lo sé. Ya sé que pasó mucho tiempo, pero lamento en verdad la enorme tardanza en actualizar. Pero ya saben, la vida de un universitario siempre es complicada.

Bueno, antes que nada, quiero desearles un muy Feliz Año Nuevo a todas❤️. Saben que les estoy muy agradecida por todo el apoyo que le dan a mi fic a pesar de la espera, en verdad se los agradezco mucho💕💕.

Espero que disfruten el nuevo capítulo, dejen sus votos y comentarios sobre que les pareció ❤️.
Prometo que en estas vacaciones actualizaré más seguido.

Las quiero 💕.

-Bett✨

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El odioso sonido de más de una docena de personas hablando al mismo tiempo y corriendo de un lado a otro, el lloriqueo de un niño que está a mi lado y la estruendosa alarma de las ambulancias que recién llegan a emergencias, provocaban que el dolor de cabeza fuera en aumento por cada segundo que pasaba. Odiaba estar aquí.

La noche paso a una lentitud horrible, que ni los chequeos continuos de los doctores y los cientos de estudios que me realizaron, hicieron que avanzará rápido.
Desde el momento en que recibí el golpe del arma sobre mi cabeza, mi cuerpo no perdió la conciencia de lo que pasaba alrededor. Estaba despierta desde ese instante en que Mary decidió que era una buena idea sacarme del juego. Solo vagos recuerdos iban y venían continuamente durante el tiempo en que Sherlock y yo quedamos en el suelo. Sino fuera porque un vigilante de la hacienda nos encontró, no se qué habría sido de nosotros.

-¿Cómo se siente, señorita? -pregunta un doctor bastante mayor al lado izquierdo de mi camilla, sosteniendo la carpeta de mi expediente.

-¡Necesito irme de aquí! -exigí molesta -. Les he dicho desde la noche que me siento bien, y supongo que gracias a todos los estudios que me realizaron sus tontos internos, pudieron confirmarlo.

-Ya le he repetido varias veces, señorita Morgan, que no se puede ir aún. Perdió sangre debido al fuerte golpe y estamos esperando otros de sus estudios -ruedo los ojos al escuchar lo mismo otra vez -. A parte, sufrió un shock por lo menos de una hora, eso puede complicar su salida.

-Ya le repetí que no estaba en shock, simplemente no deseaba hablar.

-Si, claro -revisa una vez más el expediente y hace una última anotación -. Esperaremos sus demás estudios.

-¿Después de eso me podré ir?

Pone una sonrisa falsa.

-No, algún familiar debe venir por usted. No puede irse sola después de...

-De perder tanta sangre -repito sus palabras con la intención de molestarlo -. Ya lo sé.

Hace un ademán como despedida antes de marcharse. Lo cual agradezco, ya que estaba por lanzarle el primer objeto que tuviera cerca.

Observé el reloj en la pared durante otras dos horas, estaba totalmente aburrida. Eso sí, sin perder ningún detalle del estado de Sherlock que se encontraba aún dormido sobre su cama al frente de la mía.

Una vez más, durante el lapso que mantuve sin hacer nada, el doctor que me tenía a cargo se digno a aparecer, desde la noche en que ingresé solo vino a verme una vez, los únicos que me molestaban cada media hora, eran los detestables internos. En cuanto el doctor se fue -después de darme unas cuantas indicaciones- un hombre en particular y con muy mala facha caminaba rumbo a mi área de descanso temporal. Tenía un color amarillento en su piel, unas enormes y oscuras ojeras, ojos hinchados, la misma ropa del día de ayer y esa cara de mal genio que ya era usual para mí.
Era Sebastian que venía a mi lado, con un olor poco agradable a mi nariz que emanaba de todo su ser.