Charles bebía su té, hojeando un viejo libro que prácticamente se sabía de memoria. Aún así, no podía dejar de leerlo, sentir como sus yemas recorrían las gastadas páginas y aspirar el aroma de la tinta.
Pero en el fondo sabía que no importaban las palabras que contenía, lo que realmente significaba es que era un viejo regalo, de su gran amigo, Erik Lehnsherr. Quien también tenía un importante lugar en su corazón, inclusive Charles pensaba que el muy bastardo era el verdadero dueño.
Dio un salto al escuchar un par de voces en su cabeza, no podía creer lo que estaba escuchando, de seguro era su mente la que le estaba haciendo una jugarreta. Quizás Hank le había drogado para algún experimento, en esos momentos sería la hipótesis más lógica.
Pero de un momento a otro las voces no estaban sólo en su cabeza, también se sentían en sus oídos. Soltó su taza y dejó su libro, para salir corriendo en búsqueda de los nuevos invitados.
Su corazón latía con fuerza mientras bajaba los escalones corriendo y dio un grito al ver dos figuras que tan bien conocía, un hombre alto y fornido, quien le dio una altanera sonrisa. Acompañado de una azulina mujer, quien tenía un semblante triste y un bultito entre los brazos.
Charles se acercó a pasos lentos, aún no lograba procesar lo que estaba pasando. Cuando al fin estuvo más cerca, lo primero que sintió fue uno de los brazos de Raven, quien se pegó a su cuerpo y comenzó a sollozar de forma lastimera. Hank que hizo acto de presencia, miró aún confundido, aún así tomo el pequeño bulto de las manos Mystique, para descubrir un pequeño bebé tan azul como su madre.
La mujer ahora ya con libertad de movimientos comenzó a llorar de una forma mucho más ruidosa, haciendo que Charles se metiera en su cabeza, pues no lograba comprender que estaba pasando. Al leer los pensamientos de quien consideraba su hermana, no pudo evitar soltar un par de lágrimas, sabía que en esos momentos no necesitaba hablar, sólo acariciar a Raven, con delicadeza pasaba suavemente sus manos por la espalda.
No sabe cuanto tiempo pasó, pero en algún momento la mujer cayó desmayada en sus brazos. Con ayuda de Erik la llevó hasta su habitación, aun no lograba articular palabra alguna.
Cuando Mystique ya estuvo arropada, logró soltar un suspiro, para a continuación sentir unos fuertes brazos, mientras una cabeza se apoyaba en su espalda.
- Charles –
- Erik –
Rápidamente el de ojos azules se giró, para lograr que sus labios chocaran. Fue un beso rápido pero lleno de pasión, primero necesitaban aclarar un par de cosas, sobre todo, encargarse del pequeño bebé, a quien Charles sentía llorar en esos momentos.
Hank nervioso no sabía que hacer, el pobre chiquillo no se consolaba con nada. Charles se lo arrebató de forma delicada, viendo por primera vez a quien ya consideraba su sobrino. Era un bebé de un par de meses, se parecía a su madre y sus pequeños ojos curiosos no le apartaban la mirada. El niño le hizo un esbozo de sonrisa, para luego acurrucarse en su pecho, quedando como una bolita.
El castaño sólo pudo darle mimos, aun haciéndose a la idea de lo que acaba de pasar los últimos minutos en su mansión.
- Su nombre es Kurt, aunque de seguro ya lo sabes –
- Erik, cuéntamelo todo –
Magneto comenzó a relatar como había sido su encuentro con Raven, la pobre mujer estaba sola y deshecha, con un pequeño recién nacido casi al borde de la hipotermia. Su encuentro había sido fortuito, pero sin duda algún Dios estuvo de por medio, o al menos así lo pensó Erik.
ESTÁS LEYENDO
Gran Resiliencia (Cherik)
FanfictionErik ha sido el amante ocasional de Charles, pero nunca han estado juntos más que un par de días. Producto de los infortunios de Raven, ambos hombres se reencontraran nuevamente, haciendo que el amor se manifieste. Pero cuando Charles demuestra su...