Blas se encontraba mirando hacia afuera, con su cabeza levemente apoyada contra la ventanilla del avión. Estaba observando las nubes, los edificios, cada vez más pequeños, que se convertían en pequeñas manchas cada vez más indistinguibles, que finalmente desaparecían.
Hoy va a ser el día
En que ellos van a recordarte lo que pasó
Ya deberías de algún modo
haberte dado cuenta de lo que tienes que hacer
Junior estaba apoyado contra el vidrio de la ventana del auto. Podia ver los demas autos pasar, a la gente caminando, paseando, o apurada, de traje, yendo a trabajar, o corriendo, entrenando con los auriculares puestos. Eso quería el, desconectarse de la realidad, por un día, por un momento. Solo uno. Le gustaría dejar de existir, pero sobretodo dejar de sentir. No sabía lo que le pasaba. No entendía. Pero aunque se negara a aceptarlo, muy dentro de el sabía, que lo que había sentido era real y que lo que había pasado aquella noche había significado algo.
No creo que nadie
Sienta lo que yo siento por ti ahora
Blas no podía evitar recordar aquella noche. Se le humedecian los ojos de solo pensar todo lo que estaba dejando atrás. Se estaba rindiendo y abandonando su sueño, aquel de estar con aquel chico de ojos oscuros que lo trae loco hace tanto tiempo que ni siquiera podría contarlo.
Estoy seguro que lo has escuchado antes
Pero realmente nunca dudaste
No creo que nadie
Sienta lo que siento por ti ahora
El menor se había excusado a si mismo diciendo que estaba borracho pero ambos sabian que aquello no era cierto. No estaba tan borracho como para no controlar sus dichos, ni mucho menos sus acciones.
Blas había tratado de hablar con el un millón de veces desde que en aquella fiesta se besaron, pero el no lo había dejado. Se había encerrado en si mismo, destruyendo así aquella relación que habían formado a través de los años, que siempre había estado cargada de amor, sinceridad y cariño, eso era innegable y cualquiera lo podría haber notado.
Hasta el mismo Junior lo había notado. Habia visto la forma en que Blas lo miraba, no le regalaba las mismas miradas que al resto de sus amigos, y eso, sin saber porque a el le encantaba. Le fascinaba pensar que el era especial, distinto a los ojos de Blas, pero también lo asustaba. Y eso había hecho, se había dejado llevar por el miedo, y éste había triunfado. En este momento Blas estaba volando camino a Canadá y Junior ni siquiera se había animado a despedirlo.
Y todos los caminos en los que tenemos que recorrer se están volviendo confusos
Y todas las luces que nos guían el camino son cegadoras.
Blas no quería llorar, pero no podía evitarlo, porque lo amaba y lo estaba dejando ir. No podía soportar más esa situación. Junior ignorándolo, saliendo con otras chicas. Era mucho, era demasiado. Se consolaba pensando que sólo necesitaba alejarse y distraerse, y así lo iba a poder olvidar.
Hay muchas cosas que
Me gustaría decirte
Pero no sé cómo
¿A quién querían engañar? No iban a poder olvidarse. Inconscientemente de eso estaban seguros, sus cuerpos lo sabían, por eso no se dejaron engañar, esperando el reencuentro que sabían que iba a llegar.
Porque quizás
Tú vas a ser el unico que me salve
Y después de todo
Eres mi maravilloso apoyo
