18. Despedidas y reencuentros.

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El celular tuvo que sonar varias veces antes de que la pareja lograra despertarse, sólo lo suficiente, para poder reaccionar.

—Blas, tu celular. —Francisco, quien había sido el primero en despertar y estaba aún medio entredormido, le propiciaba leves caricias en la espalda a su reciente pareja, tratando de despertarla.

—Mhm —murmuró este en respuesta, estirandose para alcanzar el teléfono, y atendiendo el mismo sin nisiquiera fijarse quien estaba llamando.

Hola, ¿Blas? —Las emociones de Blas variaban entre la sorpresa, la confusión y la preocupación. No entendía porque su ex novio podría estar llamándolo tan temprano en la mañana, cuando la última vez que se habían visto lo había echado de su casa.

—¿Junior? —preguntó el mayor. Habia un deje de nerviosismo que lo acompañaba en la voz, y el creía siempre lo acompañaría. Se le hacía imposible mantener una conversación con él sin ponerse nervioso. Nadie solia notar esto, era experto en ocultar sus sentimientos.

—Si soy yo —le aclaró —. ¿Te desperté? — A Junior, en el estado en el que estaba, no se le había ocurrido pensar que Blas podría estar durmiendo u ocupado hasta ese momento.

—Si, no se ni que hora es —afirmó Blas. Aunque más que como un reproche o queja se lo dijo solo como un comentario al pasar.

—Perdón, es que no sabía a quien llamar —se disculpó Junior rápidamente.

—¿Qué pasó? —dijo Blas empezando a preocuparse. Se sentó en la cama rápidamente, ganándose una mirada confundida por parte de su novio.

—Pasó que vine a bailar con mis amigos y me afanaron la camioneta — Blas tenía la sospecha de que Junior estaba borracho, pero no podría afirmarlo con seguridad.

—¿Qué camioneta, Junior? —le preguntó confundido.

—La del tío —contestó el menor como si aquello fuera lo más obvio del mundo.

— ¿Pero cómo que te la robaron? ¿Estás bien? —Blas hablaba rápidamente, la preocupación marcada en sus ojos y en su postura, hecho que no pasó desapercibido para la persona a su lado.

—Si, yo estoy bien. Pero no se que hacer, no tengo como volver y… —Junior dejó la frase por la mitad, sin saber muy bien qué decir.

—Bueno, pasame la dirección y voy para allá —dijo Blas cortando luego de que el menor le dijera que le mandaría la ubicación por mensaje.

—¿Qué pasó? —preguntó Francisco al ver como su novio se levantaba rápidamente de la cama, comenzando a vestirse.

—No sé. Junior que dice que le robaron —Blas quería disimular su preocupación, pero no podía evitar que esta se le plasmara en la cara— Está en la calle,le dije que lo iba a ir a buscar.

Blas odiaba sentirse asi. Odiaba no poder evitar preocuparse por Junior y no poder evitar amarlo, pero simplemente las emociones lo superaban. No era algo que pudiera controlar. Pero también estaba cansado. Cansado de que Junior se mandara una detrás de otra, cansado de tener que ir a su rescate, cansado de que, aun después de cuatro meses de su ruptura, la relación siguiera funcionando exactamente igual.

—Todavía lo querés, ¿no? —No era la primera vez que Francisco notaba como Blas se preocupaba por Junior. El cariño con el que siempre lo recordaba o siempre se refería a él era demasiado notorio para intentar siquiera negarlo.

—Lo quiero, pero no en un sentido romántico. No sé, no lo quiero dejar tirado ahí —Blas empezó a dudar de si debería ir a ayudarlo o no.

— Pero te importa todavía, se nota. —Francisco lentamente empezaba a notar, que cuando se trataba de Junior, el estaba de más.

No me sueltes ~ BLASNIOR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora