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    - Lamento la tardanza -dijo el hombre, bajando las escaleras caminando elegantemente (cosa que no combinaba mucho con la indumentaria callejera que vestía)-. Les recuerdo que es costumbre del Clan Jabalí el llegar tarde -añadió, apagando su cigarrillo aplastándolo contra el barandal.

    - Claro, y mira cómo quedó la Guerrera de tu Clan hace doce años -dijo otro hombre, recostado contra uno de los pilares que sostenía el techo de la estancia.

    Jabalí volteó su mirada en dirección al otro hombre, pensando su respuesta.

    - Soy Tora, el Guerrero del Tigre. Asesino catastróficamente -dijo el hombre, irguiéndose, mirando fija y burlonamente a Jabalí.

    - Veo que al menos tienes modales apropiados para un guerrero -respondió Jabalí con tono altanero, observando a Tigre con odio-. Soy Inoshishi, el Guerrero del Jabalí. Asesino mediante absorción.

    El ambiente se había tornado tenso rápidamente. Los demás los miraban impresionados. La Guerra Zodiacal ni siquiera había empezado oficialmente y ya parecía que habría una baja. Ambos guerreros se miraban con odio. Parecía que fueran a enfrentarse en cualquier momento.

    - ¡Deténganse! -gritó la chica vestida de maid, interponiéndose entre ambos guerreros.

    - Quítate de en medio, burda sirvienta -dijo Jabalí, levantando el puño.

    Lo que ocurrió a continuación fue confuso para todos los presentes. Tanto Jabalí como Tigre salieron disparados en direcciones opuestas, cayendo en lados opuestos de la sala. Atónitos, todos miraron a la chica. Sus ojos semejaban llamas de color violeta, iluminados y amenazantes.

    - Soy Hitsuji, la Guerrera del Carnero. Asesino con elegancia- dijo la chica calmadamente.

    Liebre observaba con atención a Carnero, pensativa. "Será una rival formidable. Lo mejor será que la elimine de inmediato", pensó.

    Sin pararse a reconsiderarlo, Liebre saltó, kunai en mano, apuntando al cuello de Carnero. La lanzó y, como si de una bala se tratara, el proyectil letal voló hacia su objetivo.

    Un sonido metálico resonó en toda la estancia. La kunai de Liebre se encontraba clavada en un pilar, inmóvil, sin una mancha de sangre. Liebre observó su preciada arma, primero impresionada, luego furiosa.

    - Te lo advierto, Usagi -comenzó Carnero, fulminando a Liebre con la mirada-, será mejor si controlas tus repugnantes impulsos y esperas a que la Guerra Zodiacal comience. De lo contrario no tendré más opción que inmovilizarte completamente.

    Liebre regresó la mirada hacia Carnero, sin responder. Luego soltó una fría, aterradora carcajada, similar a la de un cazador cuando logra asestar un ataque a su objetivo.

    - Matarte será muy divertido, Hitsuji -dijo, en tono suave-. Espero ser quien corte esa repugnante cabeza tu--

    - Formidable combate -interrumpió una voz desconocida, resonando en la estancia-. No es de extrañar que los organizadores de esta Guerra Zodiacal digan que será una de las más interesantes.

Juuni Taisen: Nuevos GuerrerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora