Juuni Taisen: Nuevos Guerreros

3

    - ¡Ahora! -gritó Perro, dando la señal a su cadavérica marioneta. El cadáver salió de su escondite, rápidamente, y se abalanzó sobre Tigre. Tigre saltó rápidamente, esquivando el ataque del cadáver.

    Perro saltó hacia Tigre, levantando el puño. "Lo noquearé con unos golpes y luego lo lincharé utilizando a mi marioneta", pensó.

    Tigre detuvo su golpe, en el aire. Sostuvo con fuerza el puño de Perro, clavándole las uñas.

    - ¡Agh! -exhaló Perro, sintiendo la sangre brotar de su puño-. ¡Suéltame!

    - ¿Soltarte? Pero si apenas acabo de empezar -respondió Tigre, sonriendo maliciosamente. Acto seguido, tiró fuertemente del brazo de Perro y la lanzó contra el cadáver andante.

    Perro sintió, súbitamente, un intenso dolor a la altura del hombro. Como si sus ligamentos hubieran sido arrancados de raíz.

    Dirigió su mirada hacia su brazo... Sólo que éste ya no estaba. Chocó estrepitosamente contra Rata, cayendo ambas al suelo. Inmóvil, agarrándose el hombro para tratar de detener su hemorragia, observó a Tigre.

    Tenía su brazo entre las manos. Lo sostenía fuertemente, rasgándolo con las uñas.

    Por primera vez en mucho tiempo, Perro se sentía acorralada... Asustada. Sabía que subestimó a Tigre, y que ese error podría costarle la vida.

    - En tus ojos puedo ver el miedo -dijo Tigre, acercándose a la mutilada joven-. Temes a la muerte, ¿no?

    Dejando caer el brazo de Perro en el suelo, Tigre siguió acercándose. Perro se giró y se levantó como pudo. Comenzó a huir de aquella temible amenaza.

    "Maldita sea. ¡Maldita sea! ¿Cómo es que terminé teniendo que huir?", pensó. "Odio esto, ¡odio esto! Y mi brazo... ¡Duele!".

    - ¿Vas a alguna parte? -dijo una voz masculina.

    Perro dejó de correr. Se giró rápidamente, encontrándose cara a cara con Tigre.

    Ahogó un grito. Tigre colocó ambas manos a los lados de la cabeza de Perro y, apenas esforzándose, la giró sobre sí misma. Lo último que Perro sintió fue su cuello fracturarse, observando su propia espalda con el rabillo del ojo.

    Aún estando muerta, Tigre no se detuvo, y giró la cabeza de Perro un poco más, hasta que ésta se desprendió por completo. La cabeza cayó, rodando un poco por el suelo, brotando sangre. Tigre soltó el decapitado cuerpo de Perro, dejándolo caer de espaldas e impregnarse con su propia sangre.

    En algún lugar, unos metros atrás, el cadáver de Rata había dejado de moverse. El efecto que Perro había ejercido sobre él se había roto.

Tigre vs. Perro †

Fin de la 7ma Batalla