La voz provenía de una figura que se encontraba en la cima de las escaleras. Desconcertados, los Guerreros miraron en su dirección. Allí se encontraba un hombre que no conocían. Nadie sabía cuándo o cómo había entrado. Es como si siempre hubiera estado allí. El hombre estaba ataviado con un abrigo, largo hasta las rodillas, y un elegante sombrero de copa alta.
- Espero que tengan ese mismo entusiasmo una vez que la Guerra Zodiacal comience -
continuó el hombre con tono calmado-. Mi nombre es Duodecuple, juez de la Guerra Zodiacal.No hubo respuesta. Los Guerreros simplemente observaban al juez, esperando a que continuara.
- Antes de iniciar el combate, quiero hacer algunas aclaraciones -continuó-. Para empezar, a diferencia de la Guerra Zodiacal anterior, ésta no tendrá límite de tiempo.
Hizo una breve pausa, antes de continuar.
- Sin embargo esta Guerra Zodiacal fue organizada un poco diferente a las demás. Como pueden observar, esta sala tiene exactamente doce paredes. Cada una de ellas, incluyendo la que se encuentra detrás de mi, lleva a un ascensor. Los usarán para llegar al piso base. Una vez hayan salido del edificio cada uno de ustedes avanzará en una dirección diferente. La Guerra Zodiacal iniciará exactamente doce minutos después de que salgan del edificio -finalizó el juez-. ¿Alguna pregunta?
Una mujer, vestida con un elegante traje, levantó la mano.
- Disculpe, señor Duodecuple -dijo la mujer, pronunciando lenta y cuidadosamente el nombre del juez-, pero ¿cómo sabrán si los Guerreros se mantienen en el combate? Me refiero... Ya que no hay límite de tiempo, existe la posibilidad de que algún Guerrero escape.
- ¡Ah! Excelente pregunta. Tu antecesor en la Guerra Zodiacal anterior también decidió hacer preguntas importantes acerca del combate. Es cierto que no tienen tiempo límite para combatir, sin embargo, no podrán salir de la ciudad -respondió el juez-. Esto se debe a que, junto con sus invitaciones a participar en la Guerra Zodiacal, incluimos una sustancia que en este momento se encuentra en sus cuerpos. Lo llamamos "Suero de Bestia". Con eso, sabremos exactamente la ubicación de cada Guerrero y, al mismo tiempo, sabremos si sus signos vitales desaparecen. ¿Recuerdan haberse cortado misteriosamente al abrir el sobre? -finalizó el juez.
"Así que eso fue lo que sucedió...", pensó Liebre. "Cuando abrí el sobre me corté con el papel... Supongo que allí fue cuando este 'Suero de Bestia' entró en mi cuerpo...". Liebre rió para sus adentros. "Maldito viejo... Sólo encerraste a los otros Guerreros y les impediste escapar de mí".
- Señor Juez, también tengo una pregunta-dijo otra mujer, levantando una mano repleta de pulseras doradas y anillos. Llevaba un vestido largo y liso, de color blanco. Múltiples joyas relucían sobre su cabeza.
Parecía un miembro de la realeza.
"Habló la princesita extravagante", pensó Liebre, observando a la mujer con desdén.
- ¿Qué hay para aquel que sobreviva a la Guerra Zodiacal? -continuó la mujer, con un acento un poco extraño. Sonaba suave y sibilante, como un siseo.
- Otra buena pregunta. El ganador obtendrá un deseo... Cualquier deseo. No importa qué sea, se hará realidad -explicó Duodecuple.
Los Guerreros miraban al juez, esta vez aún más interesados con respecto a la Guerra Zodiacal.
- Bueno, si no hay más preguntas, no tengo más que decir aparte de desearles suerte. Guerreros, acérquense a sus respectivos ascensores. Con estas palabras, la decimotercera Guerra Zodiacal comenzará. ¡Todos, aplaudan sus manos!
Habiendo finalizado, Duodecuple aplaudió fervientemente. Los demás sólo observaron, y algunos incluso le siguieron el aplauso con timidez.
Liebre se encontraba corriendo, sin detenerse, por un callejón. La lluvia arreciaba con fuerza, empañando ligeramente su visión ya de por sí dañada.
El horrible callejón le traía recuerdos... Horribles recuerdos. Esos días viviendo en las calles en verdad fueron un infierno. Incluso la prisión era mejor. Al menos en la prisión obtenía comida sin necesidad de robar y asesinar para obtenerla.
"Aunque... Lo de asesinar no me importaría...", pensó Liebre. "De todas formas aún debo eliminar a esa chica... Hitsuji...".
- ¿Por qué tanta prisa? ¿Vas a alguna parte?
Una voz masculina, ya conocida, interrumpió sus pensamientos.
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Juuni Taisen: Nuevos Guerreros
FanfictionDestruir. Llorar. Matar. Cada doce años, los doce signos del zodiaco Chino toman la forma de guerreros y son llamados a la definitiva batalla real. Se enfrentarán unos a otros en batallas hasta la muerte, usando todos los poderes de sus signos zodia...