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Capítulo VII

Porras y carteles

La profesora en turno acababa de dejar el aula, la mayoría de alumnos ya habían salido también; y algunos cuantos seguían dentro conversando. Sai apresuraba a Hinata mientras ella guardaba sus apuntes en la mochila.

—Ya voy —repetía, sonriendo.

Hinata acomodo las correas de la mochila y cuando iban a salir Sai y ella, un profesor de un grado mayor los retuvo. Los muchachos que ya habían salido volvieron y todos tomaron asiento. Sakura, Ino y Shion entraron vestidas de porristas, y con un gran cartel. Sai miró a Ino sin algún disimulo.

Sakura e Ino extendieron el cartel: Dos coronas doradas con un fondo plateado brilloso y grandes letras dónde se leía "Baile de Coronación".

—Después de darle su merecido a Mangetsu —decía Shion—, el domingo se celebrara con un gran baile de coronación. Sí, se que estamos grandes para eso —algunos rieron—, pero es parte de la tradición de esta universidad. Después de todo, es la última fiesta antes de las vacaciones. Buena manera de despedir el semestre ¿no?

Shion seguía dando detalles del baile y también menciono lo del partido. Hinata solo escuchó lo del partido: Sábado 6:00 p.m.

—Hinata —susurró Sai, ella se recargo en el respaldo—. ¿Irás al baile?

—Es de citas. Tú iras con Ino, así que a parte de ti no creó que alguien me invite.

—Puedo con ambas.

—No quiero dañar su noche perfecta —alardeo.

—¿Qué hay de Naruto?

Hinata suspiró.

—Seguro irá con Shion.

—Hinata él...

—Vamos —interrumpio—, ¿no tenías prisa? —rió.

Sai sacudió la cabeza y se levanto.

—Tienes razón. Mi estómago me matará si no como algo pronto.

~•~

Suspiró. Naruto estaba corriendo alrededor del campo con el equipo encima. Ya había dado quince vueltas y su camiseta estaba empapada de sudor. ¿Cómo podía seguir corriendo? Hinata se recargo en sus rodillas. Aveces deseaba ser como él. Seguir y seguir sin rendirse. Ella había decidido seguir pero ¿cómo? Aun estaba Shion de por medio. Hablando de Shion, ella estaba practicando con las demás porristas y Hinata tenía la sensación de que la vigilaban. Quizá sea su imaginación.

Se palmeó las mejillas. No era momento de retroceder.

Bajó de las gradas y comenzó a correr. Correr la ayudaba a despejarse. Cuando paso junto a Shion, esta le dio la espalda y agitó los pompones.

Corrió por algunos minutos, pero en alguno de ellos llegó a alcanzar a Naruto. Vio su espalda y el número nueve en su playera. Estiraba la mano. Apuraba el paso. No lograba alcanzarlo.

—¡Naruto! —gritó inconsciente.

Se detuvo. El corazón se le saldría del pecho. Paso las mano por debajo de sus lentes limpiando de sus ojos las lágrimas que habían salido sin su consentimiento.

—Hinata.

Hinata lo miró y sonrió apenada. En verdad no planeaba distraerlo de su entrenamiento.

—¿Estas bien? —pregunto Naruto.

—Lo siento, no sé porque te llame.

Naruto mordió su labio y bajo la mirada. Se notaba nervioso y sus manos temblaban. Volvió a mirarla.