Capítulo VIII

915 95 98
                                    

¡Súper Easter Egg Mexicano!

— ¡Y entonces se lanzan a mí unos Huey, Dewey y Louie molestos! ¡En traje de baño! Dejaron marcas por todos mis brazos.

— Por más duro que lo hagan creí que a este punto de tu vida ya tendrías una piel anti mordisquitos. — asintió el brasileño con la mirada perdida en el pelirrojo que se encontraba explicándole, por enésima vez, su nombre a Goofy.

— ¿Mordisquitos, dices? ¡Muerden como bestias!

José se echó a reír por los comentarios que su pato amigo hacía.

Volvió la vista para ver cómo Panchito se despedía del pelinegro con un apretón de manos y ahora se dirigía hacia ellos.

— ¿Romeo Miguel Junípreto? — murmuró el rubio cuando el mexicano estuvo a su lado.

— Quinteto González. — agregó con cansancio.

— Creéme que su nombre Goofy no es en vano. — repuso Donald recargándose en el hombro del peliverde.

— Hola Joe, ¿dormiste bien? — le saludó con una tímida sonrisa.

El pato entonces se mordió el labio y corrió para dar alcance a su compañero — Tribilin, le decía él —, dejándolos a solas.

— Muy bien, muito obrigado. — respondió frunciendo el ceño viendo como Donald lo había abandonado.

— ¿Le has dicho algo a Don?

— ¿Sobre qué?

— De... ¿Nosotros? — vaya, que hermoso que había sonado.

— Creo que sospecha. — se encogió de hombros para luego darle la espalda.

Estaba incómodo, Panchito lo notó. Una idea de pronto iluminó su mente y rostro. Vaya que se iba a arriesgar, pero nada que un beso no lograra reparar si cometía un error. Al menos a su parecer.

— José... ¿Te importaría acompañarme al estudio? — sin dirigirle la mirada el peliverde tensó la cara.

Varias posibilidades surcaban sus pensamientos.

— ¿Para qué? — atajó.

— La verdad es que no sé cómo lo vayas a tomar.

— Dime, ¿puede que acabes con una mejilla abofeteada? — se cruzó de brazos alzando una ceja.

— Tal vez.

Lo miró incrédulo. — Yo voy.

El pelirrojo se echó a reír mientras lo abrazaba por los hombros y caminaban a dicha habitación.

Llegaron y Panchito procedió a encaminarse al vestidor de allí. Volvió con el brasileño llevando una caja blanca decorada con un moño amarillo.

— ¿Panchi...? — balbuceó.

El mencionado abrió el regalo, dejando a la vista el contenido. José al apreciarlo casi se va de espaldas, mas mantuvo el equilibrio y observó a su compañero con los ojos bien abiertos.

— ¿Qué quieres decir con esto, Panchito Romero Miguel Junípero Francisco Quintero González Tercero? — se aclaró la garganta después de haberle llamado por su nombre completo. El mexicano sonreía nerviosamente.

Lo que el obsequio portaba era una blusa blanca con olanes rodeando el cuello, una falda lisa de satín con ondas naranjas en la parte inferior, un pañuelo rojo y un collar de perlas del mismo color.

Romeo Ya No Quiere Una Julieta ~ Panchito & JoséDonde viven las historias. Descúbrelo ahora