Capítulo 0. Melody Gardner

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Jade se marcha para probar el nuevo cultivo y yo mientras tanto me entretengo colocando las macetas en las estanterías de todos los tipos de plantas que hemos logrado germinar. Anoto en mi pequeña libreta el nombre y los datos de la planta.

Estoy concentrada en mi pequeño trabajo cuando oigo que llaman a la puerta. Dejo la libreta sobre un mueble y me dispongo a tapar con una sábana las macetas de la mesa y de la estantería, por si acaso, y camino hacia la puerta.

-¿Quién es?- pregunto. No queremos visitas indeseadas.

-Soy Zach- responde la voz al otro lado.

Qué alivio, sólo es Zach Manson. Ese tipo es de fiar. Algo desordenado, pero de fiar. Abro la pesada puerta de metal y él entra en la sala corriendo.

-¿Qué pasa?- pregunto.

-Nada, sólo tengo curiosidad por probar vuestra nueva creación- explica apoyando las manos sobre la mesa de las macetas.

Pongo los ojos en blanco y me dirijo hacia donde está él, y destapo las plantas. Todas están ordenadas cuidadosamente, excepto por el hueco que ha dejado la que he colocado en la estantería.

-Tienes que ser más sigiloso, Zach, podrían pillarme- le reprocho cortándole algunas hojas.

-De acuerdo, tendré más cuidado- dice mientras coloca las manos en forma de cuenco, esperando a que le dé las hojas.

Hago lo propio y Zach se dispone a marcharse.

-¡Guay! Gracias, Melody.

-¡Espera!- lo detengo. -¿Te importa que vaya contigo? Necesito que me prestes uno de tus libros.

-Claro, no hay problema. Me parece un cambio justo, un libro por una cantidad generosa de hierba.

Sonrío agradecida y salgo del pequeño laboratorio. Tengo cuidado de cerrar bien la puerta para que no suceda ningún infortunio, y sigo a Zach hasta su sala. Sus padres están trabajando en los distintos sectores del Arca, por lo tanto tiene sala libre.

Zach tiene una enorme estantería llena de libros, algo irónico porque a él no es que la lectura le apasione mucho, precisamente. Sin embargo, es un buen tío y siempre está dispuesto a prestarlos, eso sí, siempre y cuando reciba algo a cambio. A pesar de todo, es muy agradable.

Ojeo los títulos de los libros colocados uno junto a otro, y mientras me decido me doy toquecitos en la barbilla.

-¿De qué va... Crepúsculo?- leo, extrañada. Este título no lo había visto antes en la estantería de Zach.

-Creo que va de vampiros y hombres lobo, pero no estoy muy seguro. Mi madre lo encontró en objetos perdidos y decidió traerlo. La verdad es que es un libro muy antiguo, se escribió en La Tierra hace aproximadamente 197 años- me explica Zach mientras le da caladas al porro que se ha liado. La planta está teniendo éxito.

-Interesante. Bueno, no me llama mucho la atención- decido.

Zach disfruta de su canuto, y no me hace demasiado caso salvo cuando le pregunto sobre la trama de algún libro. Al fin, mis ojos se posan en el lomo azul marino de un libro en el que reluce con letras plateadas el título Dimensión Espejo. Lo cojo y observo la cubierta, pero no me dice nada porque es más o menos como el lomo. Es un volumen que deberá de tener quinientas páginas aproximadamente, con la cubierta azul y letras plateadas.

-¿Y qué me dices de este, Zach?

Zach dirige vagamente la vista hacia mí, y se aparta el cigarrillo de los labios.

-Ah, ese aún no me lo he leído, pero es reciente. Lo escribió una persona de aquí, del Arca, que era una generación más vieja que nuestros padres.

Esa información me fascina. Al leer la parte de atrás del libro me doy cuenta de que se trata de una novela de ciencia ficción, no de un libro de información, como yo creía que era.

-Vaya- digo en un susurro. -¿Te importa que me lo lleve?

-Claro, todo tuyo- acepta.

Me quedo satisfecha con mi elección y me despido de Zach, dispuesta a volver al laboratorio. Llego hacia dicha sala pero no cierro del todo la puerta, ya que solamente voy a continuar colocando una fila más de macetas y nada más. El resto lo dejaré para mañana. Voy colocando macetas en el estante donde se lee el letrero "Marihuana", sin prisa pero sin pausa. Desafortunadamente, una de las macetas se me resbala de las manos y cae al suelo, rompiendo el tiesto y poniéndolo todo perdido de tierra. Me estremezco por el gran ruido que ha generado, y procedo a limpiarlo velozmente. Cuando alzó la cabeza de detrás de la mesa, veo a un guardia que se ha colado en el laboratorio. "Oh, no" maldigo para mí misma. El guardia observa las macetas con cara de asombro y seguidamente comunica algo por su walky-talky que no logro entender. Después, se dirige hacia mí y dice:

-Señorita, queda arrestada por cultivo de sustancias ilegales.

Trago saliva, y mientras el guardia camina hacia mí, me apresuro a agarrar el libro y a sujetarlo fuertemente contra mi pecho.

Los 100. Parallel WorldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora