Capítulo 5. Golpe de realidad

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El grupo formado por Clayton, Orlando, Fizz, Jade y Melody llegó a su campamento con paso cansado. Sus compañeros les abrían paso conforme daban un paso al frente, y sus rostros reflejaban sorpresas al no verles con nada de comida en las manos.

-¿Se supone que vais en busca de comida y volvéis con lo mismo con lo que os fuisteis? O sea, ¿Nada?- les cortó el paso June Marshall.

-Aparta, June. ¿Dónde está mi hermana?- la interrumpió Orlando.

-Está ahí dentro, pero no sé si es un buen momento para interrumpirla.

"¿Por qué no?" Preguntó para sí Orlando, y se separó del grupo para ir en busca de Beverly. Corrió la cortina que habían colocado para que sirviera de entrada en la nave en la que habían llegado a La Tierra.

-Beverly, hemos...- comenzó Orlando, pero se detuvo en seco al encontrarse a un muchacho con el torso desnudo poniéndose los pantalones y a su hermana, completamente desnuda, tapándose con unas mantas.

Antes de que el individuo se marchara, Beverly lo detuvo agarrándolo del dobladillo de la camiseta y poniéndolo a su altura para despedirlo con un beso. Una vez que los hermanos estuvieron a solas, Beverly estalló:

-¿Qué?

-¿Qué estabas haciendo con Edward?

-Jugar al escondite. ¿A ti qué te parece?

Orlando sacudió la cabeza, intentando pasar por alto el hecho de que su hermana acababa de acostarse con otro chico del campamento.

-Mientras me cuentas lo que sea que me vayas a decir, date la vuelta mientras me visto- le ordenó Beverly.

Su hermano así lo hizo y comenzó a hablar. Inspiró profundamente antes de empezar.

-Clayton tenía razón.

-¿Sobre qué?- preguntó Beverly mientras se ponía la camiseta de tirantes negra.

-Sobre el universo paralelo.

La joven dejó escapar un profundo suspiro y se masajeó las sienes.

-Ya te ha comido la cabeza a ti también, ¿No?

-No, Beverly. Yo lo he visto con mis propios ojos- continuó Orlando finalmente dándose la vuelta, ya que Beverly se había vestido entera.

Su hermana se puso en pie y se dirigió al chico.

-Orlando, creo que deberías dejar de tomar esas bebidas tan raras que preparan Jade y Melody.

Dicho esto, dejó a su hermano con la palabra en la boca y salió de la nave. Divisó el perímetro y su vista se clavó en las manos vacías que el grupo de su hermano traía al campamento.

-¡Ni siquiera habéis conseguido algo de comer!- exclamó furiosa.

-Lo siento, no hemos estado pendientes de ello ya que hemos tenido que rescatar a la versión masculina de Jade, que ha sido empalado por una lanza- respondió Orlando cruzándose de brazos, pronunciando la primera frase con ironía.

-¡Ya estoy harta, Orlando!- estalló Beverly. Acto seguido, se puso su chaqueta y se armó con su inseparable pistola. -Si quieres que algo salga bien, debes hacerlo tú mismo- citó para ella misma y para su hermano. -¡Clayton!- llamó, dejando a Orlando atrás -te vienes conmigo.

El rubio decidió que era mejor no llevarle la contraria e hizo lo que la chica le decía. Ambos dejaron atrás el campamento, otra vez, y se perdieron en el bosque con el único objetivo de conseguir comida.

-Clayton, estoy harta de tus estúpidas teorías- comenzó Beverly una vez que estuvieron los dos a solas.

El muchacho la miró molesto.

-Ya te lo ha contado Orlando, ¿No?- quiso saber, pero no esperó por una respuesta. -Deberías dejar tu orgullo de lado y hacerle caso por una vez en tu vida.

Esas palabras trastocaron los pensamientos de Beverly.

-¿Qué acabas de decir?

-Es la verdad. Siempre estás diciendo que quieres proteger a tu hermano, pero eso no significa que antepongas tus órdenes a su opinión- continuaba con convicción Clayton.

-No sabes qué estás diciendo, Clayton.- sentenció la joven. -Una cosa es prevenir a Orlando y otra muy diferente es la de hacer creer a todo un campamento que...

Clayton interrumpió a Beverly levantando una mano y llevándose un dedo a los labios. A la chica le sentó fatal que su compañero lo interrumpiera. ¿Cómo se atrevía? No obstante, le hizo caso por si se encontraban en una situación peligrosa y debían ponerse a cubierto. Beverly aguzó el oído y le pareció distinguir un sonido de lo más familiar.

-Eso son... ¿Voces humanas?- preguntó con intriga. Se llevó una mano a la frente y dijo: -Estoy segura de que no hemos caminado en círculos, pero parece que hemos vuelto al campamento.

Clayton le hizo gestos con la mano, indicándole que lo siguiera en silencio. Ambos se ocultaron tras una roca lo suficientemente grande y alzaron la vista para descubrir de qué se trataba. Divisaron un campamento idéntico al suyo, pero lo extraño era que Beverly no era capaz de reconocer ni un solo rostro. Aquello era muy raro. En cambio, Clayton ya sabía de qué se trataba.

La confusión de Beverly comenzó cuando sus ojos se centraron en una chica con un rostro dulce, ojos claros y cabello largo y castaño, justo como la apariencia de su hermano.

-¿Orlando?- se escapó de sus labios.

-No, Beverly, no es Orlando- la corrigió Clayton en un susurro. -Es su réplica femenina.

La joven no lo quiso creer, pero acabó dándose cuenta de que no tenía más remedio. De repente, las teorías de su compañero por fin cobraban sentido para ella, y poco a poco fue convenciéndose a sí misma que se encontraba ante la imagen del universo paralelo con personas idénticas a ellos pero con el sexo opuesto.

Los dedos de Beverly temblaban mientras intentaban sujetarse a la roca. Sus ojos continuaban jugando a adivinar los rostros de sus compañeros pero en versión masculina o femenina. Distinguió a un chico con los mismos ojos y la misma cara de pocos amigos que June Marshall, al joven de cabello largo y ondulado y mandíbula pronunciada como Fizz Carter, a las réplicas de Zach Manson y Henry McAllary apartadas, trabajando en equipo y muchas más.

Entonces, de la nave salió una chica rubia con ojos azules y el semblante serio, y Beverly le dio un codazo a Clayton y le dijo:

-Se supone que esa es tu versión femenina, ¿No?

-Supongo que sí- respondió Clayton con una suave sonrisita en su rostro.

-Oye, ¿Y la réplica de Jade dónde está?- preguntó.

Pero entonces, el recuerdo de las palabras de su hermano golpearon su mente: "Hemos tenido que rescatar a la versión masculina de Jade, que ha sido empalado por una lanza".

-Ha sido empalado por una lanza- le respondió Clayton, repitiendo sus pensamientos.

El rostro de Beverly se oscureció, y agachó la vista. Entonces, una duda fugaz como una estrella y oscura como una sombra estalló en su cabeza.

-Clayton, ¿Tú crees...- hizo una pausa y aprovechó para tragar saliva -que si a nuestras réplicas les ocurre algo grave... A nosotros también nos ocurrirá?

Clayton dejó de sonreír y miró a Beverly fijamente a los ojos, y cayó en la cuenta de que nunca había pensado en ello.

-No lo sé- soltó en un susurro. -Jamás se me habría ocurrido y ni siquiera lo he estudiado.

Ambos se quedaron en silencio con esa preocupación oprimiéndoles el pecho. Después volvieron a centrar toda su atención en el campamento paralelo. Entonces Beverly se percató de una cosa.

-Oye, Clayton, ¿Y dónde está mi yo masculino?- le preguntó a su amigo.

Pero unos pasos a sus espaldas interrumpió su conversación. Los dos se giraron lenta y cuidadosamente y sus miradas se encontraron con un joven de aspecto fuerte, cabello castaño y alborotado y ojos marrones.

Los 100. Parallel WorldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora