Capítulo 3. Terribles amenazas

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El grupo al completo se quedó con la boca abierta, sin saber qué decir al respecto. Lo mismo sucedía con las copias perfectas de ellos mismos pero con el sexo opuesto. Aquello era verdad, las teorías de Clayton y su madre resultaban ser verdad.

-Vosotros...- comenzó a decir la chica rubia del otro grupo - ¿Sois nosotros?

-Técnicamente no, no convivimos dentro de una misma persona y, creo que se da por hecho, todos somos del sexo opuesto- explicó con seguridad Melody, dando un paso al frente y corrigiendo a la rubia. Y el chico de ojos rasgados que era su copia masculina se quedó asombrado ante la inteligencia de la joven.

Clayton recobró el aliento e intentó empezar a hablar de nuevo.

-Vaya, al final sí que era real- dijo, más para sí mismo que para los demás.

-¿Qué es lo que era real?- quiso saber la rubia, algo alterada y bastante nerviosa.

-Somos vosotros, pero vivimos en universos paralelos donde, como podéis comprobar, nuestro sexo es el opuesto- explicó Clayton, sacando a la luz los resultados de sus longevas teorías.

-A mí todo esto me parece muy raro- habló esta vez la réplica femenina de Orlando, colocando las manos sobre las caderas, y el joven le dirigió una mirada de desconfianza, igual que ella.

-Mi nombre es Clayton Garrett- se presentó el muchacho, aguardando la reacción de su versión femenina.

-Yo soy... Clarke Griffin- finalmente se presentó la rubia. Hasta sus nombres se asemejaban.

Orlando no estaba disfrutando del momento, y mientras tiraba a Clayton de su manga de la chaqueta, se quejaba:

-A mí esto me huele a chamusquina. Anda, Clayton, volvamos al campamento.

-Eso, Clarke, vámonos- le replicaba también la muchacha castaña a la chica rubia.

Ambos rubios decidieron hacer caso a sus acompañantes, pero cayeron en la cuenta de que no sabían en qué punto del bosque se encontraban.

-Tal vez sería mejor que volviéramos sobre nuestros pasos- propuso Fizz, y su versión masculina se la quedó mirando con una sonrisa de agrado en los labios. La chica castaña que lo acompañaba lo miró con recelo, y Fizz se ruborizó bajo la mirada del chico, colocándose una onda de pelo detrás de la oreja.

-Sí, pero... Los arbustos ocultan el camino- se lamentó Clayton.

-Seguidme, creo que sé un camino- dijo de pronto la chica llamada Clarke, la réplica de Clayton.

El grupo decidió seguirla y ambos bandos caminaron a través del bosque siguiendo los pasos de la momentánea líder.

-Nosotros íbamos en busca del Monte Weather- comenzó a contar la chica.

-¿En serio? Nosotros también- exclamó Clayton, sorprendido por la coincidencia. -Lo que pasa es que nuestra nave ha aterrizado en la montaña equivocada.

-¡A nosotros nos ha pasado lo mismo!

Ambos rubios continuaban su animada conversación, y mientras los demás intentaban hacer lo propio con sus respectivas réplicas.

Fizz caminaba tras los líderes de los grupos, centrada y en silencio. Mas el joven de cabello largo parecido a ella la sorprendió por detrás dándole unos toquecitos en el hombro.

-Eh, veo que vas muy concentrada.

-¿Eh? Sí. Es que... Quiero llegar pronto- se excusó Fizz.

-A mí no me engañas. Según tu amigo, soy tu réplica y soy exactamente como tú, así que sé que estás un poco nerviosa.

Los 100. Parallel WorldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora