200 con vos / Trueno

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Una semana tal cual como le dije a Lara no funciono, pasaron meses, pero ya tenía a Julieta donde la quería, en mis manos, y ella, aunque no quisiera que se entere nadie, me tenía en las suyas.

Desde que hable con papá y me contó que Julieta iba a venir empecé a maquinarme la cabeza, había hablado con Lara y habíamos quedado en que acá no se iba a quedar y le íbamos a hacer la vida imposible, bullying en el colegio por parte de mis compañeros, iba a refugiarse en mí, la iba a enamorar y le iba a romper el corazón para que se vaya y no quiera volver.
El odio empezó desde mocosos, mí viejo siempre fue lo más conmigo, pero con ella se esforzaba el doble, siempre a ella todo.

Hoy iba a llevar a Julieta a un café y pasaría toda la tarde con ella para después contarle todo esto.
Fui hasta casa ya que estaba en lo de mí vieja, ya estaba lista, le di un beso, estaba hermosa.

-Estas mucho más linda hoy, tenés más brillo, no se.- le dije.

Ella sonrió y me beso.

Llegamos al café y hablo ella primero.

-Quien iba a decir que llegaríamos hasta acá después de todo el odio que había entre nosotros ¿no?.

-Si, todo fue muy raro, pero no puedo aguantar hasta la noche, necesito que sepas algo.

-Me asustas, ¿Qué pasa?.

-Te estoy boludeando.

-¿Qué?.

Vi lágrimas caer por sus ojos mientras le contaba todo lo que había hecho durante esos meses con ella, me sentía mal, pensé que lo iba a disfrutar, no se porque hice todo esto, tendría que haber parado, ahora era ella con el corazón roto y yo el enamorado.