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*Julieta*

Qué impulso de mierda, dos segundos después de eso y ya lo estaba besando.

-Ay perdón.- dije al separarnos.

-¿Por qué?.- empecé a llorar otra vez.

-Porque me gustas y me había hecho ilusión cuando empezamos a tratarnos bien y que se yo, ay nada, deja, ¿Te podes ir por favor? Quiero estar sola.

Se levantó de la cama y se fue de la habitación como se lo pedí, nunca había llorado tanto, nunca había sentido tanto, no me gustaba de ahora, no lo quería de ahora, desde chiquita era lo mejor que tenía, aunque solo me tratara mal, aunque nunca se iba a fijar en mí, aunque siempre hiciera todo mal conmigo.
Me acosté llorando y me termine por dormir. Después de un par de horas quise moverme y no pude, sentía un peso arriba mío. Un oso de peluche y una carta.
Me levanté, saque el oso de encima de mí, y abrí la carta.

Sé que mañana no vas a tener mucho tiempo
pero necesito pasar una última tarde con vos
algo bueno que recordar de vos, algo que con tu mamá no pude hacer.

Papá.

Se me paralizó todo, el nunca había sido así de bueno, y ¿Cómo sabía que mañana no tendría tiempo? Era todo muy raro, pero era mi papá, tenía que despedirme y perdonarlo aunque sea solo con verlo, necesitaba hacerlo para tener paz conmigo misma.
Deje las cosas en la cama y baje a cenar.

...

-Padrino, salgo, vuelvo en un rato.- grite atravesando la sala.

-Bueno pero estate atenta a la hora así no se te va el avión.- grito contestando desde la planta de arriba.

Salí de la casa y me crucé a Mateo.

-¿A dónde vas tan linda?.

-A ver a mí papá.

-¿Qué? ¿A dónde? ¿Por qué? No vas a ir sola.- me agarró de la mano.

-Ay Mateo cálmate.

-Te quiero acompañar.

-No creo que sea buena idea, es momento de padre a hija y no se.

-No vas a ir sola Julieta ¿Qué parte no entendés?.

-Uy bueno dale, vamos.

Fuimos hasta una plaza que estaba a un par de cuadras, nos sentamos en un banco y esperamos.

-¿Vos decís que apruebe matemáticas?.

-¿Sinceramente?.- asintió con la cabeza.- No.
-¿Por qué?.- rió.

-Porque sos re terco y cabeza dura para cuando te explican los temas.

-¿Y si me macheteo?.

-No te sirve de nada en matemáticas Mateo.- me reí.

-¿Te puedo dar un beso?.

-¿Qué?.

-Supongo que eso es un sí.

Me agarró de las mejillas y me beso, al principio no sabía qué hacer, luego me relaje y empezamos a besarnos aún más.
La hora paso, con el ahí, dándome el amor que siempre quise tener.

-Ahora si voy a tener un buen recuerdo con vos.- dijo y me acordé de la nota.

-Mi viejo no me mandó la carta, fuiste vos.

200 con vos / TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora