Código: KND: La 9na Era (L.1*)

Capítulo 37: Operación: D.O.L.O.R. (6° Parte)

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-----------Continúa el flash black --------------

Con aquella promesa tuve que retomar el plan que había abandonado porque ya llevaba como dos semanas que no dejaba de vigilarme entonces, solo me quedaba hacerla mi aliada.

Me acerque en cuanto tuve la oportunidad, ella me estaba dibujando, no me moleste ni siquiera cuando me dijo que era igual a un objeto sin vida, debía esta concretado mientras hablábamos, tenía que lograr causar un impacto en ella, algo que hiciera que tuviera ganas de ayudarnos, por ello me ofrecí a ayudarla con su tarea de artística para ir creando una relación en donde pudiera tener varias oportunidades de éxito.

Aquella cita de estudio no resulto muy bien, quería conocerla un poco más, y el único modo que tenía para ello era viendo sus reacciones, así que le dije que sabía que quería destruirme y luego intente bromea con la parte de que podría gustarle pero, a notar su silencio tuve el impulso de irme, me sentí un poco incómodo, para empezar es imposible que le guste a alguien linda como ella, si yo soy un perdedor ella seria todo lo contrario, una popular, así que intente buscar otras explicaciones para su silencio, lo que me llevo a recordar que tuvo la misma reacción el día que me conoció, quizás sea solo una parte de su personalidad, así como yo suelo guarda silencio cuando no sé qué contestar. Sin embargo cuando me volví a encontrar con ella esa teoría desapareció porque ella se sonrojo, de nuevo mi lado racional me decía que era imposible, que debió tener fiebre o algo así, de lo que si estaba seguro es que no era muy inteligente porque pronuncie su nombre pero no le pareció extraño que lo supiera.

—¿Porque dudas tanto? Son claras señales de que le gustas, también la parte en la que te mira de lejos, debe ser del tipo acosadora. — Le conté porque insistió en que al menos quería ayudarme dándome consejos.

—No lo creo, conociendo su personalidad creo que solo quiere destruirme. — Eso era lo que ella hacía en la otra ciudad.

—¿En serio crees que ninguna mujer puede enamorarse de ti?—

—No es eso, es solo con ella. No sé porque pero a pesar de las evidencias sigo sintiendo que no puede ser vedad. —

—Oohhh ya veo... — Me sonreía burlonamente. —Te gusta ella. —

—Sí, es muy linda. — Le respondí de inmediato.

—No me refería a eso, hablo del amor, estás enamorado de ella. —Lo pensé por unos segundos, pero aparte de verla hermosa no sentía nada más, como esas sensaciones que leía en los libros.

—No lo creo. — Dije muy seguro, pero el ignoro mi respuesta.

—Escucha, un hombre de verdad no niega sus sentimientos y va de frente, así que la próxima vez confiesa tus sentimientos. —

—Ya te dije... —

—Y hazla la mujer más feliz del mundo. — Volvió a ignorarme así que ni siquiera intente negarlo.

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3 días pasaron sin que se me acercara, pero siempre me vigilaba de lejos, debido a eso sabía que tarde o temprano volvería a acercarse, así que no tenía la necesidad de ir a buscarla, eso me daba más tiempo para poder pensar como causarle ese impacto, pero quien lo recibió fui yo 4 días después, ella se vistió más linda de lo normal y comenzó a besarme el cuello mientras me acariciaba la parte de atrás de la cabeza, estaba tenso podría ver como todos los que entrenaban en el equipo de rugby nos miraban pero a la vez sentía algo en el cuerpo que nunca antes me había pasado, como parecía que no iba a parar hasta lograr su cometido que era besarme en la boca yo cerré los ojos, dándole el gusto para que lo haga, ya comenzaba a sentirme incomodo captando hasta la mirada del entrenador. Sin embargo no paso, besó mi separador de página diciendo: