19. Mi fé tiene un límite

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Pov. Naruto

Después de todo Kurama seguía vivo. Fue una gran sorpresa de parte de Hinata-chan haberlo cuidado en mi ausencia. No era la única sorpresa que me llevé, Gaara tenía uno llamado Shukaku y también había sido parte de las mascotas de la ex-reina Mei. Para Mei-sama habían sido más que todo una clase de arma para capturar a personas.

Estábamos ya en camino donde estaba exiliada la ex reina.

—Oigan ¿y por qué asuma no nos acompañó? —preguntó el rubio confundido a Shikamaru quien iba volando por voluntad propia junto a su hermana

—Naruto, el tiene una hija, por algo se quedó. Aún así va tratar de comunicarse con nosotros y ayudarnos en lo que pueda, pero de ahí no puede hacer más nada.

—Pero Shikamaru, necesitamos toda la ayuda posible.

—¿Qué acaso no habías dicho que tenías un plan? —preguntó Tenten confundida quien iba en un caballo de color blanco, y de jinete iba Neji

—No. Yo dije que todo saldría bien —todos miraron a Naruto con los ojos como platos y él riendo nervioso—. Más que confiaran en mí, fue todo lo que les dije hace un rato.

—¡¿Eres loco?! —Sasuke arrugó la nariz molesto —. Genial. ¿Cómo sabes que todo saldrá bien?, ni siquiera hay plan, ella es la Mei, debe tener varios trucos bajo la manga. Yo era tu y me asustaría, conociéndola querrá vengarse de ti por lo de...tu sabes, el frabulloso día.

—Lo sé, sólo confíen en mí.

—Sí confío, pero de creer que las cosas salgan bien... Mi fé tiene un límite. ¡Y si algo sale mal te miraremos al mismo tiempo y no tendré que decir que en verdad mi fé tiene un límite! —juró Sasuke en su caballo color negro

Nos dirigimos a un lugar donde según Mei había permanecido durante su exilio. Neji, Sasuke y Sai estaban nada convencidos de esto, pero había que encontrar a sus padres. Hinata y su hermana permanecieron a mi lado, mientras que Konohamaru transformándose en un lirón corría a gran velocidad, eso fue lo que después habían hecho los demás; se transformaron en sus formas animales.

Al fin y al cabo todos nos separamos. 

No había señal de nada, ni de nadie. Por más que buscara a los señores no había ni siquiera una señal, ni un cuarto secreto, ni nada sospechoso o fuera de lo ordinario.

Sasuke, Sai, Neji y yo subimos a una parte del lugar, era como una especie de cuarto. Observé un gran espejo que parecía reflejar cualquier cosa, no era el caso un espejo, a su lado había una pintura roja con manchas negras.

—No tiene caso, jamás aparecerá mi padre.

—Sasuke, ten fé, dattebayo —agarró un libro revisándolo —debe haber algo que nos de una pista.

—Sasuke te dijo tener un límite Naruto.

Miré a Sai con irritación.

De repente escuchamos varios golpes y gritos, tanto eso como cosas caerse. Neji se escondió donde nadie lo pudiera ver, ni siquiera yo sabía donde estaba, lo había perdido por completo.

Cuándo fuimos a voltear nos esperábamos a quienes no creíamos, ¿qué traición había sido esta?. Sasuke y Sai comenzaron a luchar con sus espadas, justamente y gracias a la reina Tsunade ella me había dado una por si acaso me tocaba pelear. 

—Yahiko, traidor.

—No tenía elección, ella me obliga.

—¿Quién?

—No seas imbécil, la ex-reina Mei.

Nos sentimos inútiles. Dejamos las espadas, nos sentimos como unos perdedores, a los cuales tuvieron que agarrar, y así nos sacaron del lugar.

Naruto a través del espejo. NH/SS/SI/NT/ST/GMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora