capitulo 2.

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Me desperte con una sensacion estraña. Me sentia vacia. Me incorpore y mire a mi alrededor y no me podia creer lo que veian mis ojos.

- No puede ser...-dije empezando a asustarme.

Me encontraba en una habitacion de piedra y el unico mueble que habia era el colchon en el que me encontraba.

Una densa niebla empezo a aparecer delante de mis ojos, era muy oscura casi negra y se veia una forma humana en su interior.

- Hola querida Kagome.

Entonces cuando la niebla se disipo pude reconocerle.

- Tu...TU!! No puede ser..¿ donde estoy? ¿que quieres de mi?

-Ahora estas en mi mundo kagome. Ahora....y siempre.

Sus ojos grises se clavaron en mi produciendome una sensacion de panico que estaba empezando a salir.

- Veras, kagome todo puede ir bien si tu quieres. Solo tienes que portarte bien y intentar agradarme en todo. Tu eres la mujer que une los mundos, la que me dara poder para gobernar a todos los demonios y humanos y...bueno eres preciosa, compartiremos una agradable vida juntos -dijo sonriendo

-creo que se te olvida algo.-dije con valor-Se te olvida que soy una sacerdotisa con bastante poder como para aniquilarte como a la cucaracha que eres, y que Inuyasha vendra, y te aseguro que acabara contigo. Solo es cuestion de tiempo.

Su sonrisa se borro. Sus ojos empezaron a oscurecerse y se volvieron amarillos.

-¿sabes lo mejor kagome? que tu aqui no tienes poderes.-dijo sonriendo cruelmente- y que tu querido inuyasha no va a venir. Dentro de poco se....cruzara con alguien muy querido de su pasado que le ara cambiar de opinion.

- Eso es imposible-dije segura

- ¿estas segura?

De repente aparecio en la habitacion un espejo viejo de madera grande y pesado. Un espejo...que no reflejaba nada. Me empece a girar para mirar a este malnacido cuando el espejo empezo a mostrar unas imagenes. Era mi querido Inuyasha. Estaba llorando apretando las manos. Lloraba por mi y yo no podia consolarle y eso me desgarraba el alma. De repente una mano blanca y delicada se poso en su pelo y....

No puede ser..ella no

Era kikio. Inuyasha alzo la mirada y no parecia sorprenderse de verla. Inuyasha empezo a curbar los labios sonriendola.

La imagen empezo a desbanecerse hasta que volvio a ser un espejo normal.

No puede ser. Seguro que le a pedido ayuda para buscarme. Inuyasha nunca se olvidaria de mi.

Un dolor empezo a atrabesar mi pecho y lo unico que pude hacer era agarrarmelo con las dos manos para que no explotase. Las lagrimas empezaron a correr por mis mejillas y lo unico que pude ver antes de desmallarme era la sonrisa cruel y despiadada de mi carcelero.

Inuyasha. Amor agridulceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora