Pequeña Rin.
No sabia que estaba pasando. Un hombre muy raro había llegado para decir que la señorita kagome iba a matar al señor shessumaru si no la dejaba en paz.
El señor shessumaru empezó a arrugar el ceño y sin dirijirle la palabra siguió andando por el bosque.
- Eres un maleducado. No sabes acaso que estas hablando con el gran Shessumaru y que nadie puede vencerle?.-dijo Jaken muy enfadado.
El hombre tan raro, de repente se me quedo mirando y sonrió. Me atrapo en su mirada y me daba mucho miedo. Un escalofrío me recorrió entera y asustada fui a llamar a Jaken para que me ayudara, cuando el señor Shessumaru apareció de la nada y le levanto del cuello.
- Si vuelves a posar tu asquerosa mirada en ella estas muerto.- dijo.
Y con un solo movimiento le estrello en un árbol y siguió andando.
Desde entonces el señor Shessumaru me mira un poco raro. Pero no me daba miedo. A veces si saber porque me siento mal. Tengo ganas de llorar y me siento triste. Me gustaria poder alargar la mano y cogerle la suya, pero es muy complicado. El es el gran Shessumaru y yo...solo la humana, la carga.
Paramos en un pequeño claro del bosque y Jaken utilizo su bastón para encender la hoguera.
- Jaken has cogido muy pocos palos. Voy a buscar mas antes de que se apague la hoguera.
Me aleje un poco. Necesitaba pensar.
Ya era noche cerrada y poco a poco me acostumbre a la luz de la luna.
Empecé a recoger leños cuando me acorde de la mirada de aquel hombre y otra vez me vinieron los escalofríos.
De repente escuche un ruido a mi lado y presa del pánico eché a correr. No sabía que me pasaba. Nunca había estado tan asustada, pero algo dentro de mi me advertía del peligro.
Seguí corriendo y una rama me araño la mejilla pero no paré. Mire a mi derecha y vi que algo corría a mi lado. Bufaba y gruñía. Me asuste más, grité y de repente caí al suelo.
Pensé que iba a morir. Lo estaba esperando, cuando escuché su voz.
- Rin.- Sonaba serio...cabreado incluso.
- Señor Shessumaru... perdón.- bajé la mirada llena de vergüenza cuando vi el cadáver de un jabalí a mi lado.
Las lágrimas empezaron a brotar de mis ojos. Era una estúpida. Así solo conseguía que el me viera aún mas niña.
- Rin, estas bien?.-con sorpresa vi que estaba preocupado.
- Si señor. No os preocupéis.
Me paso una mano por la cintura y con la otra me agarró la mano y me levantó como si pesara lo mismo que una pluma. Al levantarme nuestros rostros quedaron muy pegados y yo me perdí en sus ojos dorados. Era lo mas hermoso que había visto en mi vida.
- Rin esta mañana...no soportaba como te miraba ese desgraciado. Solo con pensarlo tengo ganas de matarle y...-dijo con rabia
- Señor Shessumaru... no se preocupe. No quiero causarle problemas y...
Me calló con un beso. Mi primer beso.
Supe que todos mis besos iban a ser siempre para él.
- Desde que estas conmigo te e cuidado, desde niña. Y por fin as crecido y quiero que sepas que me gustaría que fueras mía. Yo siempre te protegeré y te cuidare. Quiero que lo pienses tranquila y ya me diras que...
- Si!!! por favor Shessumaru si. Te quiero.
Y lentamente empezamos a amarnos.
A la mañana siguiente me desperté y vi que estaba al lado de la hoguera. Debí de quedarme dormida después de... me sonroje al recordarlo y mire al rededor. Vi a Shessumaru mirarme y sonreír levemente. Me sonroje más.
- Debemos partir. Hay algo que necesito hacer.
Estuvimos caminando hasta que llegamos a un castillo y shessumaru dio un salto y con su látigo derribó el muro.
- Kojaku. Sal cobarde y preparate para morir.
Todo sucedió muy rápido. Cuando quise darme cuenta ese hombre apuñalo a la señorita Kagome y ella le quemó la cara con una especie de fuego salido de su interior. Corrió hacia el muro y desapareció en el bosque.
Me pregunté donde estaría Inuyasha, y porque no estaría con ella. Debía de hacer algo. La señorita Kagome sangraba mucho y si no actuaba rápido moriría.
- Jaken, necesito tu ayuda.
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Inuyasha. Amor agridulce
FanfictionPrefacio. Brilla la luna llena. Ilumina todo el bosque, pero aun no la puedo ver. Mis ojos lloran de rabia, no se que me pasa, ya casi no puedo recordar ni su olor. No me rendire. Aunque sea lo ultimo que aga me las vas a pagar, morire si hace falt...