Capitulo 7.

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Pequeña Rin.

No sabia que estaba pasando. Un hombre muy raro había llegado para decir que la señorita kagome iba a matar al señor shessumaru si no la dejaba en paz.

El señor shessumaru empezó a arrugar el ceño y sin dirijirle la palabra siguió andando por el bosque.

- Eres un maleducado. No sabes acaso que estas hablando con el gran Shessumaru y que nadie puede vencerle?.-dijo Jaken muy enfadado.

El hombre tan raro, de repente se me quedo mirando y sonrió. Me atrapo en su mirada y me daba mucho miedo. Un escalofrío me recorrió entera y asustada fui a llamar a Jaken para que me ayudara, cuando el señor Shessumaru apareció de la nada y le levanto del cuello.

- Si vuelves a posar tu asquerosa mirada en ella estas muerto.- dijo.

Y con un solo movimiento le estrello en un árbol y siguió andando.

Desde entonces el señor Shessumaru me mira un poco raro. Pero no me daba miedo. A veces si  saber porque me siento mal. Tengo ganas de llorar y me siento triste. Me gustaria poder alargar la mano y cogerle la suya, pero es muy complicado.  El es el gran Shessumaru y yo...solo la humana, la carga.

Paramos en un pequeño claro del bosque y Jaken utilizo su bastón para encender la hoguera.

- Jaken has cogido muy pocos palos. Voy a buscar mas antes de que se apague la hoguera.

Me aleje un poco. Necesitaba pensar.

Ya era noche cerrada y poco a poco me acostumbre a la luz de la luna.

Empecé a recoger leños cuando me acorde de la mirada de aquel hombre y otra vez me vinieron los escalofríos.

De repente escuche un ruido a mi lado y presa del pánico eché a correr. No sabía que me pasaba. Nunca había estado tan asustada, pero algo dentro de mi me advertía del peligro.

Seguí corriendo y una rama me araño la mejilla pero no paré. Mire a mi derecha y vi que algo corría a mi lado. Bufaba y gruñía. Me asuste más, grité y de repente caí al suelo.

Pensé que iba a morir. Lo estaba esperando, cuando escuché su voz.

- Rin.- Sonaba serio...cabreado incluso.

- Señor Shessumaru... perdón.- bajé la mirada llena de vergüenza cuando vi el cadáver de un jabalí a mi lado.

Las lágrimas empezaron a brotar de mis ojos. Era una estúpida. Así solo conseguía que el me viera aún mas niña.

- Rin, estas bien?.-con sorpresa vi que estaba preocupado.

- Si señor. No os preocupéis.

Me paso una mano por la cintura y con la otra me agarró la mano y me levantó como si pesara lo mismo que una pluma. Al levantarme nuestros rostros quedaron muy pegados y yo me perdí en sus ojos dorados. Era lo mas hermoso que había visto en mi vida.

- Rin esta mañana...no soportaba como te miraba ese desgraciado. Solo con pensarlo tengo ganas de matarle y...-dijo con rabia

- Señor Shessumaru... no se preocupe. No quiero causarle problemas y...

Me calló con un beso. Mi primer beso.

Supe que todos mis besos iban a ser siempre para él.

- Desde que estas conmigo te e cuidado, desde niña. Y por fin as crecido y quiero que sepas que me gustaría que fueras mía. Yo siempre te protegeré y te cuidare. Quiero que lo pienses tranquila y ya me diras que...

- Si!!! por favor Shessumaru si. Te quiero.

Y lentamente empezamos a amarnos.

A la mañana siguiente me desperté y vi que estaba al lado de la hoguera. Debí de quedarme dormida después de... me sonroje al recordarlo y mire al rededor. Vi a Shessumaru mirarme y sonreír levemente. Me sonroje más.

- Debemos partir. Hay algo que necesito hacer.

Estuvimos caminando hasta que llegamos a un castillo y shessumaru dio un salto y con su látigo derribó el muro.

- Kojaku. Sal cobarde y preparate para morir.

Todo sucedió muy rápido. Cuando quise darme cuenta ese hombre apuñalo a la señorita Kagome y ella le quemó la cara con una especie de fuego salido de su interior. Corrió hacia el muro y desapareció en el bosque.

Me pregunté donde estaría Inuyasha, y porque no estaría con ella. Debía de hacer algo. La señorita Kagome sangraba mucho y si no actuaba rápido moriría.

- Jaken, necesito tu ayuda.

Inuyasha. Amor agridulceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora