Capitulo 8.

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Me encontraba fatal. El dolor era insoportable. Pero el recordar a Inuyasha me daba fuerzas para seguir adelante.

Seguí corriendo como pude, hasta que tropecé y caí. Tenia todo el vestido manchado de sangre, y si no me daba prisa cualquier animal vendría a por mi.

No podía morirme sin mas. No podía dejar que kikio se saliera con la suya. Tenia que ver a Inuyasha aunque fuera una sola vez más y sobre todo, darme prisa, antes de que me fallaran las fuerzas, para poder quitar el hechizo.

Me levante lentamente y me fui apoyando en los árboles.

Seguí andando pero pronto tuve que parar. No podía más.

Inuyasha....lo siento perdoname.

y me deje caer en la oscuridad.

*************

Que tranquilidad....que cálido....

Abrí lentamente los ojos. No entendía nada...debería estar muerta...

- Señorita Kagome- dijo Rin

- Oh! Rin...¿que haces aquí?

- Vi como ese hombre te apuñalaba señorita kagome y le digisteis a Shessumaru que quería llevarme con el así que le convencí para alejarme y poder ayudaros.¿es verdad que quería llevarme con el?

- No te preocupes Rin. Yo hice que kojaku fuera a decir a shessumaru que iba a terminar con el para que los distrajera y poder escapar. Dije des pues que quería secuestrarte para que os fuerais pues ya había escapado.

- No hagáis esfuerzos. Aré que venga alguien y...

- No! Rin necesito llegar al pozo de los huesos. Porfavor solo ayudame a levantarme

- Espere. La puedo dejar a Au-tum el monstruo de dos cabezas para que la lleve. Yo iré con usted.

- No Rin, es peligroso tu queda te. Me valdrá Au-tum.

Rin me ayudó a subirme y como pude sujete las riendas.

- Gracias por todo Rin.

Au-tum empezó a caminar cada vez mas rápido hasta que sus patas dejaron de tocar el suelo y empezó a volar.

No tardaría ya mucho en llegar. Tenía que pensar bien lo que iba a hacer. Lo principal era quitarle el hechizo para que no siguieran utilizándole.

Poco a poco vi el pozo de huesos y empecé a descender.

Casi no me quedaban fuerzas pero me daba igual. Aunque muriera quitaría el hechizo a Inuyasha.

Cuando Au-tum tocó el suelo y me bajé, hecho a correr de nuevo y levanto el vuelo. Me quede sola.

- Kagome....

- kikio.

Me di la vuelta y hay estaba....me las iba a pagar.

- Una lastima que vayas a morir por una herida así. Pensaba que al ser reencarnación mia seria mas lista.

- Desde luego kikio lo de lista no va contigo porque si no, no estarias aqui.

- jajaja y porque no. Acaso tu, mocosa, podrás hacer algo? mirate, no tienes fuerzas ni para sostenerte en pie.

- Me da igual lo que digas. Donde esta Inuyasha.

- Mi querido Inuyasha vendra enseguida kagome. Que ironico. Yo mori a manos de Inuyasha y tu te lo quedastes. Ahora tu sufriras lo mismo.

- No creeras que Inuyasha me aria daño. El me ama kikio. Mas de lo que alguna vez pudo amarte a ti.

- Eso lo comprobaremos ahora mismo.

Y porfin le vi... hay estaba entre los árboles... mirandome...con odio.

- Inuyasha....

Inuyasha. Amor agridulceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora