Capítulo 8: Tregua

203 19 0
                                    

Se hizo un silencio casi eterno después de las disculpas públicas de Fabri. Este momento serio lo rompe Javier con una carcajada que resuena en todo el lugar mientras le habla: - Hermano, las disculpas no son lo tuyo. No te creyó ni una sola palabra. Lo que si te aseguro es que este es el momento más gracioso de todo lo que va del verano. ¿Vamos a grabar? Y a vos Delfina, gracias por tanto. —
Javier se va a otra sala acompañado por Demian y Rodrigo. Me quedo sola con Gon y un Fabrizio que tira rayos por los ojos. Me agarra una vez más del brazo y me aparta un poco. - Como la tenes con el bracito ¿no podes hablar sin agarrarme?
- ¿Se puede saber que te pasa? Me hiciste quedar como un tarado.
- Yo no te hice nada y tampoco me pasa nada, no se de que hablas.
- Te pedí disculpas.
- Y las acepto. ¿Que más querés un beso de reconciliación?
- Si en esas estamos...  — me dice mientras va acercando su boca a la mía, no lo dejo llegar.
- ¡¿Otra vez?!
- ¿Y ahora que hice?
- No puedo creer que lo preguntes en serio. Estamos en este lío por un beso. Me pediste disculpas y volvés a lo mismo.
- Ahhh ya entendí. Vos sos la que histeriquea, yo caigo y me haces quedar como el malo de la película que te quiere besar a la fuerza.
- Yo no te histeriqueo, de hecho no hago nada con vos, no quiero nada de vos y esto no es ninguna película ¿Por que no te divertís con alguna otra que se aguante tus chistecitos y le guste que le robes besos?
- No podes más de aburrida Nina.
- Y vos no podes más de peleador.
- Traté de hacer una tregua, pero no paras de discutir o enojarte conmigo.
- ¿Una tregua? Para empezar no estoy en guerra con vos. Ni siquiera me conoces. ¿Tenes idea de cómo soy al menos?
- No sos un misterio para mi. Te puedo leer a la perfección, esto es así: alguien te lastimó, estás resentida con todos los chicos y bla bla bla. Lo que sigue de la historia se cuenta solo.
- Resentida. Eso es lo que pensas de mi. Para tu información, el dolor no tiene nada que ver con el resentimiento, no sabes de qué hablas.
- Vos usas la palabra dolor para referirte a algún tarado que te hizo mal y el que no sabe de qué habla soy yo. ¡Genial! Me parece que si te cruzaste con un estupido que no supo cómo carajo cuidarte lo tenes que mandar a la mierda y punto. Creo que le estás dando mucha importancia poniéndote así. La vida sigue. La gente de porqueria la haces a un costado y ya está. Simple. Lo que no sirve, a la basura.
- Aunque las personas te hagan sufrir, siguen siendo personas.
- Si te tratan como mierda, no veo por qué tratarlos de la misma manera esta mal. No seas tan buenuda.
- No sabes nada de mi. ¿Qué te metes?
- Que reacciones así me demuestra que tengo razón. Punto para mi.
- Asi no vas a conseguir ninguna "tregua" metiéndote en donde no te llaman. Y menos vas a conseguir llamarme la atención, ya no se en que idioma decirte que no me interesas.
- ¡Ah bueno! Y después el agrandado soy yo. ¿Qué te hace pensar que te quiero llamar la atención? Los casos perdidos no son lo mío bebé.
- ¡Obvio! Estoy segurísima que lo tuyo son los casos fáciles, muy muy fáciles de ser posibles.
- No tiene nada de malo. Me gusta seducir y que me seduzcan.
- Si si, seducir.
- Seducir, sexo. Da lo mismo. Quizás para vos, que por lo visto sos un proyecto de Virgen Maria, la palabra sexo es demasiado fuerte. ¿Papá y mamá no te avisaron que no te trajo ninguna cigüeña de Paris? — y acá estamos de nuevo. Otra vez tocando el punto exacto para provocar mi estallido: - ¡Andate a la mierda Fabrizio!
- ¡Basta!.- nos grita Gonzalo a los dos. - Fa, anda a grabar con los chicos, ya fue mucho espectáculo y de nuevo, te estás pasando.
- Amigo lo intente, por vos, para llevarme bien con tu chica, pero esta loca. Es imposible, me rindo.
- Fabri, en serio, no tenes paz. Terminala acá, no es mi chica, no la podes seguir tratando así.
Del, vamos. Te llevo al hotel. —
Me pasa la mano por los hombros y me dejo llevar. Permito una vez más que me consuelen después de un ataque de este chico que desde que apareció no hace más que remover todo lo que quiero enterrar. Pero me cansé, me suelto del brazo de Gonzalo y doy la vuelta: - ¿Sabes que Fabrizio? Ya no me interesa saber que te pasa por la cabeza para tratarme así, pero estoy cansada de que me ataques. Si soy o no un proyecto de Virgen María es problema mío, no te voy a dar explicaciones de mi intimidad. Para que sepas un poco de mi, no tengo mamá. Un día se canso de serlo, se dio la vuelta y cruzo la puerta, no la vi nunca más. Lo último que escuché de ella fue un puto Delfi por eso no soporto que me digan así. Desde que me cruzo con vos lo único qué haces es despertar todos mis fantasmas, mis recuerdos y lo que no tengo ganas de volver a pasar. Como te dije, no sabes nada de mi y no tenes por qué mierda saberlo pero inevitablemente no hago otra cosa que chocarme con vos y tu mal humor. Me pedís una tregua donde no hay guerra, me atacas cuando no te hago nada. Lanzas un comentario hiriente tras otro y no puedo más con todo esto. Vos con tu carita de nene lindo, galán de una banda y una promesa del urban pop no tenes necesidad de ensañarte conmigo. No soy un problema ni una distracción para vos. Seguí tu camino, ocupate de vos y dejame en paz. No quiero tu lastima, ni tu consideración. Pero si hay un poco de caballerosidad en tu ser, respétame, no me hostigues, no me humilles y no hables de mi sin saber el infierno que transito. — Termino mi discurso con la cara bañada en lágrimas. Ni siquiera me di cuenta que Gonzalo me estaba agarrando de la cintura.
Veo a Fabri irse sin decir una palabra. Cuando creo que ya no está grita: - Gon, cuando vuelvas de llevar a tu chica melodramática grabamos—. La que se rinde soy yo. Claramente no hay ni una pizca de caballerosidad o amabilidad en Fabrizio. Me arrepiento de todo lo que le acabo de confesar porque ahora tiene más herramientas para lastimarme. No le voy a dar el gusto. Es la última vez que este galancito de cuento barato se mete conmigo.

El camino de vuelta al hotel con Gonzalo lo hacemos en silencio. Al llegar, para el auto y empieza a decirme: - Del, yo no tenia ni idea. Tu historia es... — lo freno. - Gon yo no quiero que me tengas lastima por lo que me pasó. No tengo idea porque se lo conté a Fabri, no tendría que haber abierto la boca, siento que va a usar todo lo que sabe de mí en mi contra.
- Fabrizio no es malo. Yo sé que con vos no esta teniendo la mejor de las actitudes, pero lo conozco mucho, es uno de mis hermanos. No se va a burlar de vos, ni de tu historia. Eso sería caer demasiado bajo, incluso para Fabri. Si te deja más tranquila voy a hablar con él.
- Prefiero que no. Habla muy bien de vos que quieras ayudarme, una vez más, pero como dijiste recién Fabri es uno de tus hermanos. Si hablas con él, vas a quedar en el medio de los dos. Y a mi recién me conoces, es injusto que te expongas así.
- Eso no tiene nada que ver Del, no interesa hace cuanto te conozco. Si me necesitas, voy a estar. Y a Fabri lo quiero un montón, pero como cualquier ser humano se equivoca y no voy a estar de acuerdo con él incondicionalmente cuando se que no tiene razón. Me toca como amigo, hacerlo entender que se está equivocando o al menos intentar que entre en razón. Es parte de la amistad también, poner en su lugar a un amigo cuando no hace las cosas bien.
- ¿Vos de donde saliste? Tenes tan pocos años y tanta sabiduría. ¡Quiero ver tu documento. Estás mintiendo. No tenes 22 años!
- Jajaja si queres te lo muestro, solo si prometes no reírte de la foto.
- Te creo. Tengo la sensación de que si me decís que el cielo es violeta y marrón, te voy a creer.
- Lo tomo como un cumplido, pero no es necesario. Yo nunca te voy a mentir, jamás haría nada que te pueda lastimar — finaliza esa frase con una caricia en mi mejilla.
Gon es el príncipe por el que cualquier chica perdería la cabeza por completo. Lo raro de todo esto es que debería estar derretida por él, pero no es lo que siento. Me da seguridad, contención, cariño. Gonzalo es una protección, un abrazo seguro, una palabra justa o un silencio. Estaría loca si digo que no quiero a alguien así en mi vida, pero no me inspira ese tipo de amor, sino más bien uno como de hermano. Nunca me puse a pensar en si él siente lo mismo por mi. Si me ve como una amiga, como una hermana, como una loca a la que siente la necesidad de cuidar, realmente no tengo idea. Pero esta caricia, me desconcierta. Si siente algo más por mi, lejos de la amistad, no lo voy a poder seguir viendo. Y pensar en eso en este momento me asusta mucho, porque la sola idea de perder a alguien me pone muy mal, más si ese alguien es él.
- ¿Querés que te deje acá o queres ir a dar una vuelta?
- Si no te molesta Gon, prefiero subir a la habitación y descansar un poco, pensar o mejor a dejar de pensar.
- No estes preocupada Del, confía en mi. Fa no va a usar tu historia en tu contra. No puede porque te entiende mejor que nadie.
- ¿Qué?
- Mmm nada. Olvidate, pero no te preocupes. No va a pasar nada, están en tregua a parte.
- Por si no te diste cuenta, la idea de tregua de tu amigo duró unos cinco minutos máximo y eso ya es exagerar. Gon, necesito saber con quien me enfrento.
- No me corresponde a mí contarte Del. Es la vida de Fabri. Así como vos cargas con tu pasado, el lo hace con el suyo. Como todos.
- Por favor, no es de curiosa. No voy a ir salir a contarlo por todos lados. Quiero entenderlo. Necesito saber el motivo por el cual  es así conmigo. Necesito quedarme tranquila de que no va a usar todo lo que sabe de mi para lastimarme más de lo que ya lo hizo. — lo dejo que evalúe la idea de contarme o no. Se queda en silencio, mirando por la ventana. Sé que está librando una batalla en su interior. Gonzalo es una persona tan noble y leal de sentimientos, que me puedo imaginar que siente que va a traicionar a Fabrizio si me cuenta algo íntimo de su vida. Espero transmitirle la confianza suficiente como para que se dé cuenta que no busco curiosear, sino más bien entender a alguien que se volvió, sin buscarlo, mi verdugo de verano. — me mira nuevamente:
- Ok, pero acá no. Bajemos a la playa. Te lo voy a contar todo.

Mi Casualidad Mágica #1 : En PedazosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora