Capítulo 17: Tal vez algún día

151 17 2
                                    

Pasa una hora exacta hasta que bajo a recepción y me encuentro a Fabri esperándome. No puede estar mas lindo. Viste un pantalón oscuro y una camisa blanca, botas y campera de cuero negras, que le dan ese toque rebelde tan particular de el. No puedo evitar compararlo en mi cabeza con Hardin. A veces no se si me gusta Fabri o me gusta su similitud con el protagonista de mi libro favorito. En fin, haciendo juego con el look, también tiene esa sonrisa preciosa que derrite a quien sea. El detalle que se roba toda mi atención es que por primera vez en varios días, en sus ojos puedo ver alegría y tranquilidad.
- Que puntual Di Santis — me dice en tono divertido.
- Buenas noches Cardelicchio, no lo quería hacer esperar ¿nos vamos?
- Claro que si.
Subimos al auto y al igual que en la otra noche, pone su mano sobre mi rodilla mientras maneja. La tomo entre la mía durante todo el trayecto. De tanto en tanto, nuestros ojos se encuentran, nos sonreímos como tontos. Esta vez el camino a la playa se me hizo más corto. Fabri reservó la mesa más alejada de todos, la misma de la primera noche en que vinimos. Pedimos unos jugos y algo de comer. Me insiste con que termine rápido porque tiene una sorpresa para mi. La ansiedad y los nervios me están sacando el hambre, por lo que entonces me ayuda a comer para terminar mas rápido. En menos de veinte minutos terminó devorando por completo su plato de snacks de pollo y el mío casi que también.

Abandonamos nuestra mesa y bajamos hasta la playa. Fabrizio repite la postura de nuestra primer noche acá. Se acomoda en la arena y me pone delante de él para rodearme con sus brazos. Apoya su mentón en mi hombro y me deja ahí mismo un dulce beso. Hace un silencio en el que parece quedarse dormido
- Fa, ¿estás bien?
- Estoy nervioso — contesta rápidamente
- ¿Nervioso vos? Eso si que es raro. Sos la persona más segura que conozco.
- Es que tengo algo para vos y no sé cómo vas a reaccionar o si te va a gustar. — saca del bolsillo de su campera una cajita roja de terciopelo. ¡Ay por dios! Espero que no sea lo que estoy pensando. Es una locura, a penas nos estamos conociendo, esto no puede estar pasando tan rápido. Me giro para verlo mejor a los ojos. Mi cara de susto debe ser tremenda, porque empieza a hablar — bebé tranquila, no es un anillo. Te pusiste pálida jajaja
- ¡No te rías! Me asusté en serio.
- Perdón, no te quise asustar. No es un anillo, pero si es algo muy importante para mi y de mucho significado. Dejame mostrarte — abre la cajita y se puede ver en ella una hermosa cadenita de oro blanco, con un dije de cruz, la saca de su lugar y sigue hablando — esto es una Cruz Latina, se que parece una normal, común y corriente pero aunque te cueste creer hay diferentes tipos de cruces. Esto, es lo único que conservo de ella. — habla de su madre biologica, no hay dudas, sigue contándome — Pensé en tirarla un montón de veces, pero en todo momento clave de mi vida, esta cadenita estuvo conmigo, se volvió mi amuleto de la suerte y decidí tatuármela — gira el anteabrazo y se puede ver la misma cruz dibujada, solo que  en un tamaño más grande en proporción a lo que es el dije. Me pone todo el pelo hacia adelante descubriendo mi nuca y colocándome la cadenita alrededor de mi cuello. Mientras lo hace, me dice — ya me dijiste que no queres estar de novia
- Fabri yo no estoy — lo interrumpo
- Dejame terminar. No queres estar de novia y lo entiendo. Tu última relación fue una porqueria y necesitas confianza. A mi también me asusta como la mierda todo esto, pero mis ganas de estar con vos son más grandes que mis miedos — está diciendo todo lo que necesitaba escuchar — quiero que te quedes con esta cadenita siempre puesta, para cuando tengas dudas o miedos, sepas que estoy con vos, que lo que sea lo vamos a poder solucionar juntos. Una parte de mí siempre va a estar con vos para darte la seguridad y la confianza de que "lo que sea que tenemos" como te gusta decir a vos, es real.
No puedo agregar nada, solo abrazarlo fuerte para que sepa que todo lo que me dijo fue perfecto, necesitaba saber realmente en qué punto estamos y ahora lo sé. Estamos estableciendo un vínculo, un lazo, como me aconsejó mi papá. El regalo, la promesa, sus palabras cuidadosamente elegidas, todo, me hace sentir especial. Tengo que decir algo para que sepa cuánto me gusto
- Gracias por todo esto. Tus palabras, este gesto de darme tu objeto más preciado. Te prometo que lo voy a cuidar y la voy a llevar siempre.
- No fue nada. Mientras no te olvides de cuidarme a mi también — me vuelve a abrazar y nos quedamos un ratito en silencio hasta que agrega — ¿vos tenes tatuajes?
- Si, tengo uno pero no lo vas a poder encontrar a simple vista.
- ¿Por que no? ¿Está en zona prohibida? — lo pregunta en tono sugerente, alzando una ceja como gesto pícaro.
- ¡Nooo! ¡¿que decís?!— le pego en el brazo, suave, en broma. — para verlo vas a necesitar esto — saco de mi bolso una toallita desmaquillante y le indico que me la pase detrás del brazo, por encima de la altura del codo. Lo escucho leer en voz alta a medida que lo va descubriendo
- Meaby One Day. ¿Tal vez algún día?
- Si.
- Es lindo, no deberías taparlo
- Es personal por eso lo tapo y también por las competencias.
- Ahora entiendo ¿maquillaje a prueba de agua? — pregunta alzando la toallita llena del producto.
- Si. — no sé si tengo ganas de hablar sobre el significado de mi tatuaje, pero él compartió algo muy importante conmigo, puede que sea mi turno y al parecer tiene ganas de saber porque sigue preguntando al respecto
- Tal vez algún día ¿que quiere decir?
- Quiere decir muchas cosas Fa. Tal vez algún día la entienda. Tal vez algún día vuelva. Tal vez algún día la olvide. Tal vez algún día deje de doler. Tal vez algún día tantas cosas. — Se levanta de la arena y también lo hace conmigo agarrada a él, me gira y pone de frente para vernos cara a cara. Me acomoda el pelo detrás de la oreja y me acaricia la mejilla izquierda como tanto le gusta hacer, lo se porque es un gesto cariñoso que repite siempre.
- Lo entiendo. Tal vez algún día quieras ser mi novia — me agarra de ambos lados de la cara y me besa con una ternura que jamás hubiese imaginado de él ni con él. Es un beso lento, suave y dulce que poco a poco toma ritmo. Se torna pasional e intenso en cuestión de segundos. Uno de los dos tiene que frenar y pienso ser yo. Lo interrumpo para responder
- Si. Tal vez algún día quiera serlo.
Me sonríe y en esa sonrisa puedo ver tanto la duda como la esperanza. Tal vez algún día solo quede una de ellas, espero que sea la esperanza.

Mi Casualidad Mágica #1 : En PedazosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora