Capítulo 16: Diferentes

120 18 1
                                    

El agua tibia me recorre todo el cuerpo y con ella se lleva todo rastro de alcohol. Algunas lágrimas me caen por el rostro y ni siquiera me había dado cuenta de que estaba llorando. Lo que dicen de emborracharse y llorar es cierto.
La sola idea de tener que hablar con Fabrizio ahora y en este estado, no me hace sentir muy segura, pero no somos nenes, no puedo escapar de la situación, tenemos que hablar y resolver lo que sea que pasó hoy. Me confunde cada vez más, para él no pasó nada extraño y para mi me tomo el pelo, me ignoró por completo y me cambió por alguien más. Somos diferentes. Quizás esa sea la única explicación que encontremos a esto. Golpea dos veces la puerta y pasa sin que le de permiso de hacerlo. Estoy atrás de la cortina de baño y es de un color oscuro, por eso no discuto.
- Te traje ropa limpia, es mía. Cuando estés lista, te espero para que hablemos.
No respondo. Escucho la puerta que se cierra.
Me tomo mi tiempo para secarme el pelo con una toalla y el cuerpo con otra. Es la primera vez que voy a usar ropa de un chico, Matias jamás me presto nada suyo. En otro momento de mi vida estaría emocionada de compartir esta situación tan intima y tierna con Fabri, pero no es el caso, me presto esta ropa porque la mía huele a alcohol, a humo y según el, a perfume de Juampi. Como de costumbre, Fabrizio llevándose todos los momentos lindos, siempre el mismo egoísta.

Salgo con el pelo suelto, húmedo pero peinado. La ropa que traigo es un short de entrenamiento y un buzo enorme que me llega hasta las rodillas. Fabri me mira de arriba abajo confundido. Me llama  para que me siente en la cama frente a él
- Vení, hablemos. Estás muy linda.
- Fa, no juegues conmigo. Querías hablar, hablemos.
- Ok. ¿Que hace Juan Pablo acá?
- No puede ser. Tenemos mil problemas y lo único que te importa es Juampi. Pensé que iba en serio lo de hablar.
- Por favor, quiero respuestas. ¿Podes por una vez dejar tu orgullo y tus caprichos de lado y contestarme? ¡necesito paz! — su mirada refleja angustia, miedo y rabia mezcladas con súplica. Algo lo atormenta y si quiero descubrir lo que es, tengo que acceder a darle lo que pide.
- Esta bien. Juan Pablo vino a ver la competencia regional, si lo conoces, sabrás que tiene una larga carrera en los saltos ornamentales a pesar de tener nuestra edad. Es el competidor más importante a nivel Nacional.
- Tremendo presumido, lo se.
- ¿Te sigo contando o vas a dedicarte a hacer comentarios todo el tiempo?
- Seguí, perdón.
- Va a entrenar acá todo lo que resta del verano con mi entrenador y vamos a volver juntos para competir en las nacionales, en el mismo equipo. También se va a hospedar acá, en este hotel, como nosotros.
- O sea que a partir de hoy, me tengo que acostumbrar a verle la cara lo que resta del verano. Increíble va a ser la estadía.
- Casi lo mismo que aguantar a tu amiguita Candy
- Ella se queda solo una semana, hasta el próximo sábado y no es mi amiguita. Somos compañeros de trabajo. La compañía discográfica la invitó. Hay decisiones que no dependen de nosotros, nos imponen.
- Yo no te veía muy obligado cuando bailabas y te reías con ella hace un rato. En eso somos diferentes, vos pensas que no hiciste nada pero yo me sentí excluida y no te importó.
- No me podes salir con eso, es un baile. No podes exagerar tanto, somos diferentes en muchas cuestiones más importantes que si bailé o no con otra chica. No pasó nada, no iba a hacer nada, estabas ahí, me veías.
- Y vos no podes decir lo de Juampi, lo conozco hace muchos años antes que a vos. Y sin embargo te molesta igual o más que a mi tus bailes con Candela.
- ¡Es diferente por dios! Juan Pablo Sheffeld es un idiota.
- ¿Que pasó entre ustedes? — no puedo con esta curiosidad, necesito armar este rompecabezas ya mismo.
- Las preguntas las estoy haciendo yo
- Bien, si así son tus términos, mejor me voy a mi habitación, tengo frío y muero de sueño. Esta charla no va a llegar a ningún lado.
- Espera — me acomoda el pelo detrás de la oreja y me acaricia la mejilla izquierda — no quiero que te vayas, agarra una manta y sigamos hablando.
- ¿Para que seguir hablando Fa? Solo estamos discutiendo sin parar. Yo también necesito que me des respuestas
- Esta bien, pero dejame contarte hasta donde yo quiera, no me presiones si no doy detalles te prometo que en cuanto me salga decírtelo todo lo voy a hacer, pero no esta noche ¿si?
- Esta bien, sin presiones.
- Primero lo primero — se levanta y va hacia el placard, saca una manta y me envuelve en ella para sentarse otra vez frente a mi — ahora si. Ok, Sheffeld. Fuimos mejores amigos, vivía a dos calles de mi casa. Salíamos todos los fines de semana, conocíamos a las mismas personas muy a pesar de tener pasiones distintas. Mi mamá lo tenía como un modelo al que yo debía seguir, lo que ella no sabía es que atrás de esa sonrisa de ángel hay un tiburón. Él no es nada de lo que aparenta Del, yo lo conozco de verdad, tenes que estar lo más lejos posible de una persona así.
- Fabri, confío en vos y en lo que me decís porque prometí intentarlo y es lo que estoy haciendo. Pero que me digas que Juampi fue malo con vos no tiene nada que ver conmigo. Primero porque nunca me hizo nada y segundo, porque tampoco lo vi hacerle algo malo a nadie jamás. Voy a ir a la competencia Nacional con él, vamos a entrenar todo lo que resta del verano y lo voy a ver a diario
- Pero te di... — trata de interrumpir pero lo freno y pongo mi mano sobre su boca para que deje de hablar
- Shhh dejame terminar de hablar. A pesar de verlo todos los días y de que nunca me hizo nada, si vos me decís que tenga cuidado lo voy a hacer, para que estés más tranquilo y porque en este poco tiempo que te voy conociendo, sé que si me advertís esto es porque realmente te preocupas por mi.
- Si, me preocupo mucho por vos. Más tranquilo me dejaría que lo mandes a la mierda y no lo veas más. Pero con que tengas cuidado y confíes en mi, me alcanza, por ahora.
- Te toca a vos decirme ¿por que me ignoraste toda la noche? — se remueve inquieto antes de contestar
- Perdóname, si lo hice no me di cuenta. Estoy seguro de que vas a decir que no parece que no me di cuenta, pero es la verdad. No estoy acostumbrado a tener que dar explicaciones o tener que centrar mi atención en alguien más. Cuando Javi y Demi me dijeron que vaya me fui y el tiempo se pasó. Hablando con vos, de esto, en este momento, me empiezo a dar cuenta que estuve mal porque no volví con vos. Era tu noche, tu celebración y te dejé sola. Soy de lo peor, no te merezco. Por eso quería ir a la playa para estar solos, ahora arruine todo. Es lo más sincero que puedo decir — su mirada refleja verdad, pura verdad y arrepentimiento.
- Es lo que más me gusta de vos, que asumís lo que pasa. Cuando dejas salir lo que sentís, es cuando puedo ver a tu verdadero yo. Valoro mucho tu honestidad y aunque me dolió un montón verte toda la noche con otra persona, te perdono.
Abro los brazos y le dejo espacio entre mi cuerpo y la manta, lo abrazo con ella y todo. Se relaja, su respiración se hace cada vez más lenta. Lo interrumpo antes de que se duerma
- Fa, tengo que ir a mi habitación así podes acostarte a dormir
- Quedate conmigo
- No, no ¡de eso nada!
- Del, quedate. Metete abajo de las sabanas. Yo me quedo por encima y me tapo con la manta, no me voy a desvestir ni vamos a tener contacto. Quiero abrazarte, solo eso.
Analizo la propuesta de Fabri por unos minutos, con las condiciones que puso me parece justo y la idea de abrazarlo toda la noche me emociona. Si le doy más vueltas, voy a decir que no, por eso antes de arrepentirme le termino diciendo
- Esta bien, pero en las condiciones que dijiste, sino me voy a mi habitación.
- Como vos digas bebé.
Se queda vestido, me meto en la cama por debajo de las sábanas y él se queda por encima de ellas, se tapa con la manta como dijo. Me abraza y en menos de cinco minutos nos quedamos profundamente dormidos.

El click de la puerta y unas voces me despiertan en un sobresalto. Siento que tengo un concierto de batería en la cabeza, se me parte en mil pedazos del dolor. Veo entrar a Gon con Javier, Demian y Rodrigo detrás de él. Fabri no se despierta para nada, esta abrazado a mi, en la misma posición en la que nos quedamos dormidos esta madrugada. Javi se pone a reír fuerte y a aplaudir. Ahora si despiertan a Fabrizio que les dice sentándose en la cama de muy mal humor
- ¿Que hacen acá? ¿Que quieren?
- Tenemos ensayo, estamos un poco tarde — responde Gon amablemente como siempre — te esperamos abajo.
Gonzalo, Demian y Rodrigo salen de la habitación y solo Javier se queda, Fabri se levanta de un solo salto.
- ¡Mierda! No puse el despertador — se pone a buscar ropa para ir al ensayo, yo me quedo quieta en mi lugar. Javier rompe el silencio
- Parece que hubo acción anoche, bien amigo, ya estás a la mitad
- ¿a la mitad de que? — pregunto sin entender de que están hablando
- Cerra la boca Javier, no sabes lo que decís. Vayamos a ensayar y no molestes. — Fabri lo pone en su lugar y se queda callado. Se vuelve a acercar a la cama para hablarme a mi
- Bebé, quedate si queres a descansar acá o volve a tu habitación, cuando termina el ensayo te mando un mensaje y te busco. Hoy no te escapas vamos a ir al bar de la playa.
- Voy a ir a mi habitación, te espero. ¿Que quiso decir recién Javier?
- No le hagas caso, es el rey de los comentarios desibicados. ¿Te sentis bien?
- Más o menos, me duele mucho la cabeza.
- Es lógico, por todo lo que tomaste. En ese cajón — me señala el que se encuentra a la derecha de la cama — hay aspirinas tomate dos y desayuna, vas a estar mejor, me gustaría quedarme a cuidarte, pero me tengo que ir.
- Esta bien, y te entiendo, después nos vemos y gracias por preocuparte.
- Me importas, no lo olvides — me da un tierno beso y se va.
- ¡Dale Romeooo! Nos van a matar a todos si llegamos tarde y va a ser tu culpa — grita Javier
Este chico es insoportable. Cierran la puerta y puedo escuchar como Fabri le grita cosas, no consigo entender bien que le dice, pero que le está gritando, eso es seguro. Mi chico temperamental, no soporta que nadie le diga lo que tiene que hacer.

Salgo de la habitación de Fabrizio y Gonzalo. Subo al ascensor que me lleva hasta mi cuarto. No llego ni a tocar la puerta que Sofi ya está abriéndome para que pase.
- Buen día ¿no te parece que tenes mucho para contarme? — me interroga de entrada.
- Buen día amiga, antes de tus interrogatorios necesito una ducha y cambiarme de ropa.
- ¿Es ropa de Fabri? Creo qué pasó mucho más de lo que imagino.
- No lo creas, estoy más que segura qué pasó mucho pero mucho menos de lo que tu imaginación cree.
No demoro más de diez minutos, ya tengo ropa mía y le explico a Sofi, que solo hablamos y me quede a dormir. Le expliqué también cuáles fueron los términos, entre risas y burlas lo entendió. Acepto que no pasó nada más que lo que conté y accedió en dejarme dormir.
Me despierto unas tres horas después por el insistente sonido de mi celular
- ¿Hola? — atiendo con mucha voz de dormida
- Bebe al fin. ¿Qué pasa, estás enojada conmigo?
- ¿Que? No Fa, estaba durmiendo.
- Ok, perdón. Me asusté, pensé que no me querías ver o que estábamos mal de nuevo. Recién terminamos el ensayo. Quiero verte. ¿Sigue en pie lo de ir al bar de la playa juntos?
- Si vos queres ir conmigo, obvio que sigue en pie. Eso si, me tenes que dar tiempo así me arreglo, como te dije, recién me despierto.
- Te doy una hora. Si no estás lista subo a tu habitación y te saco como estés.
- Jajaja estás loco. Voy a estar lista, pero déjame asi puedo empezar.
- ¿Estamos bien entonces? — su inseguridad me asusta por momentos
- Si, estamos bien. No te preocupes por eso, si llegamos a estar mal te lo voy a decir.
- Bien. Te quiero ¿sabes?
- Si, lo sé. Y yo también te quiero a vos. Nos vemos en una hora.
Corto la comunicación y siento angustia. Su manera de decirme te quiero es con miedo más una mezcla de tristeza y no logro entender por qué. Deberíamos querernos sin restricciones y en libertad. Pero al momento, se nos está complicando. Él me pidió confianza y yo se la di. Le pido lo mismo pero no logra hacerlo y en eso, también somos diferentes.

Mi Casualidad Mágica #1 : En PedazosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora