La llegada a la torre Stark hubo sido lo más placentero que la menor hubo sentido en su corta vida, al menos en lo que recordaba de esta. La sonrisa de su rostro parecía ser imposible de inmutar al salir de Shield, y es que la vista a la enorme ciudad le parecía el paraíso más puro. ¿Ahora tendría una nueva familia?, aquello la hacía emocionar aún más.
Con maletas en manos y dos hombres a sus espaldas, sonrió aliviada al estar a una puerta de su nueva vida.
-Vamos, te encantará lo que hay dentro. -Alentó Happy, buscaba que sus palabras fueran más suaves de lo normal.
-Es enorme...
La idea de perderse se había sentado en ella, aún así sin perder el tiempo cruzó la puerta al instante. La voz de FRYDAY la hizo exaltarse, buscando refugio en los brazos de un divertido Happy. Este la calmó al instante explicándole de donde provenía la voz, nada más que un invento del millonario Stark. Aún así, subió al ascensor sosteniendo la mano del mayor, no la soltaría hasta que estuviese con los demás. Y así lo hizo.
Una sonrisa volvió a sus labios al observar al equipo, esta vez sin sus ropas de "héroes". Antes de guiarla a una habitación, plantearon una idea. Cada quien pasaría media hora con la menor, tal vez más para conocerse y crear un vínculo de una manera más sencilla.
¿Cómo será su tiempo compartido?
Ｔｏｎｙ Ｓｔａｒｋ 🧠💸
El egocéntrico millonario había pedido el último turno, sin embargo quedó con el inicio. Su tacto con los menores no era el mejor y estaba consciente de ello.
•La dirigió hasta su laboratorio.
-¡No toques nada! - Su voz se oyó incluso cuando sólo intento sentarse, haciendo caso omiso se sentó igual en una banqueta alta.
•Solo se limitó a trabajar y de vez en cuando hablarle sobre su proyecto actual. La niña solo asentía ante sus palabras sin entenderle.
-Muestrame tu deformidad. -No quiero. -Hazlo, niña. Soy el mayor aquí.
•Busco que la adversa pusiera su piel de cristal, la adolescente al final accedió para que dejara de insistir. •Quiso tomar muestras del cabello blanquecino de la niña. •Steve llegó y lo reto de un grito, haciendo que la menor riera hasta salir de allí.
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Ｓｔｅｖｅ Ｒｏｇｅｒｓ🇨🇺
El soldado se mantenía algo nervioso, pero no bajaba su compostura. La había guiado hasta la sala de entrenamiento, simplemente era donde él encontraba la tranquilidad.
-Puedes venir cuando quieras.
•Le propone entrenar cada mañana a su lado. •Le habla de su época, con añoranza e ilusión. •Nombra a Peggy seguidamente. •KB piensa que en cualquier momento él podría llorar.
