One Shot's || Marvel.

Loki O. || El engaño. || 1

—¿Quien eres realmente?

—Soy… Tom.

—¡No es cierto! ¡Dimelo!

—Liah, yo…

Su cabeza daba vuelta, su respiración era errática. Ya no podía aguantarlo más, sus ojos ardían y solo obtenía engaños de la otra parte.

Un engaño que dolía.

Aquel hombre de ojos celestes suspiro dolido, sintiéndose de igual manera miserable. Sentado en la cama negó con suavidad, una risa irónica salió de los colorados labios de la morena.

La mujer salió de aquel departamento sin más que un bolso de mano, dando un portazo. Dejando a un hombre lleno de dolor meditando.

Sus pasos eran veloces, no quería parar y es que la adrenalina de su cuerpo era mayor. ¿Quien era su amor exactamente? Sentía que ya no lo conocía, sentía que había vivido en una mentira desde que lo hubo conocido.

¿Cómo fue eso exactamente?

Podría recordarlo cada día de su vida. Había terminado en medio de la noche en las calles de Nueva Jersey, una fiesta había dado su fin y otra comenzaba instantáneamente. Podía recordar las risas de sus amigas a su alrededor, hasta que subió a su coche. A la par los automóviles habían dado marcha, sin embargo ella se quedó un instante retocando su maquillaje.

Terminó pronto, tras un suspiro encendió el motor y con ello las luces. Dio marcha sin embargo no pudo comenzar a manejar, pues un grito ahogado la hubo hecho voltear. Observó en ese entonces la oscura calle, al lado del antro central habían unos restaurantes algo abandonados tras la hora.

Frunció el ceño, la oscuridad dejaba poco a su visión. Negó con suavidad queriendo despejarse, sin embargo lo volvió a oír. Aunque más bajo que el anterior.

«

Un hombre había caído del cielo, sus ojos verdes observaron las estrellas con dolor, decepción tal vez. Decepcionado de sí mismo. “—Te prometo hermano, que el sol volverá a brillar para nosotros.”

Pura mierda, tan solo pudo huir de la nave cuando todo se hubo calmado. Thanos salió y su hermano también… Abandonando su inútil cuerpo una vez más. Ahora había caído allí, en un montón de revistas y papeles entre la basura. Se quejó sin poder evitar que una lágrima resbalara en su mejilla. Posiblemente su hermano tenía razón, estaría mejor lejos de él. “—A donde quieras que vayas, hay caos, destrucción y sangre.” Su padre igual tenía razón.

Se removió como pudo, sin evitar que un leve grito escapara de sus labios, se sentó sobre la olorosa pila que se encontraba bajo él. Fue entonces que una voz femenina lo alertó, maldijo en sus adentros al sentir una cercanía próxima. Visualizó a sus alrededores, algo desesperado al recordar lo que había hecho en NY. Entonces una revista llamó su atención, diferentes modelos posaban ropas formales. Un destello recorrió su cuerpo cambiando sus ropas a un pantalón de tela junto una camisa celeste sobre un saco oscuro. Sus cabellos se volvieron rubios y corto, en un peinado que se veía reflejado en la revista. Su barba apareció apenas alrededor de su boca, y sus ojos; sus ojos esmeraldas se volvieron en el azul del mismo océano. De aquel modo se convertiría en alguien más, de aquella manera la conoció.

Sus ojos se encontraron, estáticos se quedaron.

—¿E-estas bien?

La voz de Leah había movido algo en el interior de un dolido dios. Quien solo atinó a asentir.