«Un poco de tu historia con la salvaje»
___________________________OLIVER
«Taylor's Lunch & Bar».
Ese es el nombre del único lugar en el pueblo en el que no se han negado a servirnos el desayuno a las doce del mediodía.
Es un local con vibras de cafetería retro de los 50s y decorado por dentro con retratos de estrellas icónicas del pasado, luces de neón y asientos tapizados en cuero rojo.
Ed y yo escogemos la mesa de la esquina, con vistas a una calle transitada por personas que visten con atuendos acordes a la temporada y que no parecen tener prisa por llegar a ninguna parte. Tomamos lados opuestos a pesar de que en un solo asiento podrían caber perfectamente tres personas.
—Entonces, ¿cuál es tu plan, princesa?
—¿Eh? —inquiero en dirección a mi amigo, distraído.
—Dijiste que esta noche ibas a darle una lección a tu vecina, ¿cuál es tu plan?
—Aún sigo pensando en eso. —Suspiro, desviando la mirada hacia el fondo del local, donde las botellas de licores que adornan la barra relucen bajo las luces del establecimiento.
Un chico delgado y de cabello negro se encuentra al otro lado de la madera, puliendo las copas. Él levanta la cabeza y nuestros ojos se encuentran a través de la pista de baile que nos separa. Con un movimiento de barbilla me dedica un saludo que no soy capaz de devolverle mientras intento descifrar a quién demonios se me parece.
No logro hacerlo antes de que una camarera aparezca a nuestro lado.
—Hola, me llamo Jessica y estoy aquí para atender todas sus órdenes. —La chica nos dedica una sonrisa con la que fácilmente podría malinterpretar esa última frase, pero el bolígrafo y la libreta que sostiene en su mano me confirman lo contrario.
—Hola, Jessica —Es Ed quien le devuelve el saludo—. Mi amigo y yo vamos a querer panqueques con miel, huevos, tocino, pan tostado, café americano y zumo de naranja. Todo por partida doble. Y de postre una marquesa de chocolate.
Jessica toma nota a la velocidad de la luz y yo aprovecho su distracción para darle un repaso con la mirada.
Puede que este pueblo sea un infierno, pero no puedo negar que su población femenina no tiene nada que envidiarle a la de la ciudad.
—¿Algo más, guapos? —inquiere al finalizar, mordiéndose coquetamente el labio inferior.
—Depende —le digo, inclinándome un poco sobre la mesa—. ¿Tú estás en el menú, preciosa?
La chica se ríe, negando con la cabeza.
—Me temo que no, casanova.
Finjo una mueca de decepción.
—En ese caso, tendré que ponerle mi reclamo al dueño.
—¿Y cuál será tu argumento? —Me sigue el juego.
—Que están dejando lo mejor de este lugar fuera del alcance del cliente. ¿No te parece ese uno suficiente?
—Tal vez. Pero yo no he dicho nada sobre estar fuera de tu alcance. —Los labios de la pelinegra forman una sonrisa pecaminosa antes de agregar—: En cinco minutos regreso con su orden.
Después de eso se da media vuelta y se pierde en lo que supongo es la cocina.
—¿Por qué lo haces? —me pregunta Ed, siguiendo la dirección de mi mirada.
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EUREKA / Un Verano para Encontrarte [YA EN LIBRERÍAS]
RomanceDinero, placer, fiestas, y mi pasión: las apuestas. En eso se resume la «mundana» vida que llevo en Miami. Un desmadre en todo su esplendor, si me lo preguntan. Pero, ¿qué pasa cuando soy obligado a pasar el verano lejos de todo eso, en un pueblo ba...