Música: Adore You de Harry Styles
«Lo siento jodidamente todo»
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OLIVER
—¿Qué mierda haces tú aquí?
Diría que la pregunta me sorprende, pero en realidad no esperaba una gran bienvenida al poner de nuevo un pie en el interior de «Taylor's Lunch & Bar».
Soy consciente de que los hijos del dueño me odian —por diferentes razones—, pero fuera no hay ningún cartel con mi cara donde pongan «Prohibido el paso», así que no pido otra cosa que ser tratado como lo que soy esta noche: otro cliente.
—Hola para ti también, Ezra. —Entrelazo mis manos sobre la madera de la barra—. ¿Me sirves un whiskey? En las rocas, por favor.
Mi puya lo hace tensar la mandíbula. Aun así, no parece tener intenciones de disculparse. No tardé mucho en descubrir que había sido este imbécil el causante de mi contusión cerebral. Lisa se lo dijo a Ed y Ed me lo dijo a mí. La chica no tenía idea de que Emma me había mentido respecto a eso en el hospital, y Emma no tiene idea de que me cabreé un montón cuando supe la verdad. Sin embargo, decidí no hacer comentario al respecto y dejarlo pasar. Primero, porque me habría cabreado muchísimo más que se pusiera a defenderlo, y segundo, porque mientras menos menciones hagamos de este pelele cuando estamos juntos, mejor.
Sin embargo, esta noche, cuando Emma me escribió para decirme que no la esperara porque la celebración en el bar se extendería y que ya se iría más tarde con el transporte, no pude resistir el impulso de bajar de mi auto y venir a comprobar que se encontrara bien. Después de que anoche se pasara su turno sin probar bocado y casi se desmayara mientras estábamos en la pizzería, tengo razones para preocuparme hoy.
Y que el viejo Mustang de su ex estuviera aparcado frente al local, haciéndome temer que al final de la noche fuera él quien se ofreciera a llevarla a casa, no tiene nada que ver con esto.
—¿Qué haces aquí? —repite, sujetándose del borde de la barra con más fuerza de la necesaria.
—Solo quiero un trago mientras espero a que mi... a que Emma acabe su turno.
Ezra sonríe, aunque no parece alegre en lo absoluto.
—Si te das cuenta que no eres bienvenido en este lugar, ¿verdad? —inquiere en un siseo—. Casi matas al hijo del dueño.
—Y tú casi me matas a mí para defenderlo. Me parece que estamos a mano. Ahora cumple con tu trabajo y sírveme el puto trago.
—No pienso servirte una mierda. Así que mejor lárgate antes...
—¿Antes de qué? —replico—. ¿Qué vas a hacer si no me da la jodida gana de irme? Porque, que yo sepa, solo soy un cliente mayor de edad y con dinero en el bolsillo para pagar por el maldito trago que desea tomar.
—Si crees que con tus billetes, ese brazo tatuado y esa actitud de mierda vas a conseguir intimidarme, te digo que estás muy equivocado
Las luces rojas del establecimiento confieren un aspecto mucho más rudo del que sé que tiene, pero si soy completamente sincero, me sorprende un poco que tenga los huevos para ir de frente esta vez en lugar de atacarme por la espalda como aquella noche en el parque.
—No estoy aquí buscando problemas, Ezra. Tampoco venganza, si es lo que estás pensando. Solo intento hacer tiempo mientras Emma acaba su turno. Es todo.
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EUREKA / Un Verano para Encontrarte [YA EN LIBRERÍAS]
RomanceDinero, placer, fiestas, y mi pasión: las apuestas. En eso se resume la «mundana» vida que llevo en Miami. Un desmadre en todo su esplendor, si me lo preguntan. Pero, ¿qué pasa cuando soy obligado a pasar el verano lejos de todo eso, en un pueblo ba...