Voluntarios (Los Juegos del Hambre) [Editando]

Capítulo 25: La Cosecha de un Vasallaje

*Distrito 12*

P.O.V Katniss

Llegó el día, esta última semana la disfruté como si fuese la última que tendríá en mi vida. Despierto y me percato de que Peeta no está en la cama, supongo que ya se habrá ido a bañar... Me levanto y me quedo sentada en la cama, pensando en lo que pasaría hoy, no hay forma de no entrar en los Juegos, si alguien quisiera ofrecerse como voluntaria, tendría que estar entre los ganadores, y la única mujer que ganó Los Juegos del Hambre en nuestro Distrito fui yo... Definitivamente, tendré que volver a la Arena, no hay excusas. Recuerdo todas las cosas malas que sucedieron en los Juegos anteriores y la verdad es que me dan ganas de llorar, pero por alguna exatraña razón, no lo hago.

- Hola... - Dice una dulce voz masculina que me saca de mis malos pensamientos - ¿Pudiste dormir bien? Pude escucharte gritar el nombre de Prim, ¿Tuviste otra pesadilla? - Me pregunta y al instante bajo la cabeza, muy avergonzada, quiero tirarme del último piso de la mansión de Snow... Al parecer no lo dejé dormir con mis gritos.

- Si... Lo siento... - Le digo un tanto apenada.

- Oye... Esta bien - Me dice mientras pone sus dedos en mi mentón y me levanta la mirada, para que lo vea a los ojos - Sabes que yo entiendo eso... Además, yo tengo el sueño pesado, solo me despertaste una vez... - Me dice con una sonrisa y luego me besa dulcemente en los labios.

Yo intento sonreír pero no puedo, estoy muy triste por lo que va a pasar hoy, no hay escapatoria, yo soy la única mujer que ganó Los Juegos del Hambre, y por lo tanto, el único tributo Femenino. Estoy segura que repetí esto más de cien veces esta semana...

- Me gustaría decirte que todo va a estar bien mi amor, que nada va a pasarte - Me dice Peeta y comienza a sollozar - Te amo, no quiero que nada te pase y si... - No lo dejo terminar y lo beso con fuerza, tal vez sea una de las últimas veces que lo haga, ya que él puede que no sea seleccionado...

- Voy a bañarme... Te amo, no te preocupes ¿Sí? - Le digo acariciándole una mejilla mientras él tan solo asentía.

Peeta se retira de la habitación, no sin antes darme un suave beso, de esos que me tranquilizan cuando estoy nerviosa. Busco ropa, me voy al baño, y abro la canilla de agua fría para despejarme. Me ducho y mientras lo hago pienso en quien puede ser el tributo extra, ¿Será Prim? ¿O tal vez Jason? No lo se con exactitud. Termino de bañarme, me dirijo a mi habitación con la toalla rodeando mí cuerpo. Entro en mí cuarto, dejo caer la toalla luego de secarme, y me visto. Decido que en un día como este, lo que menos tengo que hacer es adorar al Capitolio, por lo cual decido usar ropa vieja, de las que usaba cuando vivía en la Veta. Una remera azul que está limpia, en buen estado, pero se nota que es vieja. Unos pantalones ajustados de color azul también, unas botas color marron, la cazadora de mi padre, y la trenza que uso habitualmente. Ni bien termino de prepararme bajo prácticamente corriendo. La mesa está servida, y todos están en silencio, esperándome. Me siento entre Prim y mi madre. Al tomar los cubiertos estoy temblando, se notan mis nervios, Prim me toma la mano y al instante giro la cabeza y la miro decepcionada porque se que no tal vez no vuelva a verla. No puedo evitar llorar por este pensamiento, mi madre me abraza, Peeta se levanta al instante y también me da un cálido abrazo. No hay nada que hacer, ya todo está prácticamente arreglado, volveré a la Arena sin importar lo que pase... Terminamos de comer y mi madre dijo que ella levantaría y lavaría los platos esta vez, que yo solo me siente e intente tranquilizarme. Camino hacia la sala, me siento en el sofá y cierro los ojos, intentando salir de la realidad, pero no puedo... Peeta se sienta a mí lado y me toma de la mano.

- Te amo Katniss - Me dice mientras intenta sonreír.

- Yo te amo a ti Peeta - Le digo mientras me apoyo en su hombro.